El barro y el silencio: Libro recomendado
Juan Gustavo Cobo Borda
Juan David Correa
Laguna Libros
2018
Armero, un pueblo de 35.000 personas, al cual una avalancha de lodo espeso y de cuatro kilómetros de ancho arrasó por completo. Allí quedaron sepultados los abuelos del escritor, Luis y Otilia Ulloa, que habían llegado hacía treinta y siete años.
El libro trata de la infructuosa búsqueda de sus huellas y cómo la madre del narrador, Consuelo Ulloa, entrevistada por su hijo, tantos años después, recobra la voz y le cuenta lo que fue aquella explosión del Nevado del Ruiz, ese volcán de fuego y piedra que cambió la vida de todos.
Volver a un erial de cruces, tener que recurrir a un mapa y un guía para intentar ubicar casas desaparecidas, calles ahora inexistentes y referencias que son solo imprecisa memoria. Así se reviven.
Niñas atrapadas, como Omaira, que todo el país vio morir. O recordar cómo el novelista Gustavo Álvarez Gardeazábal en su novela Los sordos ya no hablan y en conferencias y columnas de prensa advirtió lo que podría suceder, no fue escuchado y ocurrió.
Esta población del norte del Tolima, habitada por 35.000 personas recibiría 450 millones de metros cúbicos de lodo y desaparecería de la faz de la Tierra.
De dicha tragedia brotará lo peor de la especie humana, arrancando de las encías de los muertos las calzas de oro, y en sentido contrario, la compasiva solidaridad de quienes acompañan a los impedidos e intentan corajudamente salvarlos.
“Una ola de lodo que se vino después de un aguacero tremendo y que los sumergió durante horas en un mar caliente, hirviendo, en donde muchos se quemaron, otros fueron mutilados, algunos salieron sin cicatrices y casi todos vieron morir a cientos de personas y oyeron los gritos desesperados de miles como gárgolas saliendo de los muros de una catedral gótica.”
Cada uno de estos retratos muestra la capacidad de narrador de Juan David Correa, quien desde muy niño convivió con este drama y con una franja de la política colombiana, desde la toma del Palacio de Justicia y el carácter liberal de su abuelo en el Armero de aquellos años, que repudia la intolerancia clerical y los feroces discursos de Laureano Gómez en el Congreso.
Un libro estremecedor en todos los sentidos.