5 hoteles para hospedarse en el Círculo Polar Ártico
Revista Diners
¿Qué hay para ver en el Círculo Polar Ártico? Quizá esa sea la primera pregunta que usted se haga, mientras imagina un desierto blanco interminable, habitado solo por bloques de hielo y ráfagas de viento helado. Un paisaje duro, casi lunar, donde la geografía se diluye. Pero la realidad es otra, más compleja y sorprendente.
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Al norte de Noruega se esconde la isla de Senja, un territorio que parece trazado por la mano de un dios paciente. Montañas escarpadas, fiordos de aguas limpias y una fauna que todavía se mueve con libertad. Allí uno puede sumergirse en lagos que reflejan el cielo como si fueran espejos, y luego caminar durante horas por senderos que cruzan bosques, acantilados y valles. Son más de 1.500 kilómetros cuadrados de naturaleza intacta, que en verano se encienden de verde y en invierno se recogen en blanco.
Más al norte aún, casi tocando el Polo, el archipiélago de Svalbard ofrece un espectáculo que ha sido venerado durante siglos: las auroras boreales. No hay fotografía que haga justicia a esas luces que nacen del cielo y caen en cascada sobre el mar ártico. Se dibujan con una lentitud hipnótica y un misterio ancestral. Aquí, la noche no es del todo noche, y el tiempo parece detenerse.
Y sí, también hay verano. La isla de Sommarøy ,su nombre significa, con justicia, “isla de verano”, desafía cualquier prejuicio. Sus playas de arena blanca, sus aguas cristalinas y sus colinas cubiertas de vegetación invitan a quedarse. Es posible remar en kayak mientras el sol no se pone nunca, o simplemente caminar descalzo, sin prisa, con el sonido del mar como única compañía.
Aquí le mostramos los mejores hoteles de la zona para comenzar esta travesía sin precedentes.
1. Sommarøy Arctic (Sommaroy, Noruega)
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El hotel de la ciudad de Sommaroy, a 50 minutos de Tromso, el centro cultural de Noruega, donde está la Catedral del Ártico, es el lugar ideal para conocer el otro lado del Círculo Polar Ártico. Aquí podrá encontrar un lugar perfecto para viajar con su pareja, pues el hotel combina la decoración campestre con el lujo de un servicio de cinco estrellas.
Los noruegos definen Sommaroy como el “Caribe del Ártico”, pues podrá disfrutar las playas de coral que lo harán sentir que está en cualquier lugar del Caribe.
2. The Arctic Hideaway (Fleinvaer, Noruega)
Este hotel de la remota isla de Fleinvaer lo invita a desconectarse del mundo por completo y vivir la experiencia del silencio y tranquilidad del Círculo Polar Ártico. La apuesta de este hospedaje es que esté lo más lejos de la civilización para que pueda meditar y experimentar la conexión con su “yo” interior.
Las habitaciones están diseñadas para dos personas y son tan solo 10 cabañas, con sauna, baño y ventanales de piso a techo para que reflexione sobre el paisaje desolador del Ártico.
3. Bardu Huskylodge (Bardu, Noruega)
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Este hotel de lujo se encuentra dentro del santuario de vida silvestre Polar Park, donde los huéspedes pueden convivir con lobos, domesticados de dos metros de altura (parados en sus patas traseras). El Wolf Lodge cuenta con tres suites con ventanales de piso a techo para ver las constelaciones y las auroras boreales. Por otro lado, contará con un chef privado para preparar cualquier clase de comida, podrá practicar trineo, moto de nieve y esquí.
4. Kakslauttanen Arctic Resort (Saariselkä, Finlandia)
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A tan solo un kilómetro del Parque Nacional Urho Kekkonen se encuentra este resort que le ofrece a sus huéspedes cabañas o chalets tradicionales que cuentan, cada uno, con iglúes de cristal para no perderse los fenómenos astronómicos. Por otro lado, aquí podrá practicar senderismo guiado por perros esquimales y hacer esquí de fondo. Por último, la recepción principal sirve de museo de arte moderno, donde los artistas escandinavos exhiben sus obras.
5. Arctic Bath (Harads, Suecia)
El pueblo de tan solo 600 personas cuenta con el recién inaugurado Artic Baths, una joya arquitectónica que planea traer a más de 5000 turistas al mes para conocer las maravillas naturales del Círculo Polar Ártico, sin abandonar el lujo.
Este lugar, diseñado por los suecos Bertil Harström y Johan Kauppi, está suspendido sobre el río Lule, que en invierno se congela y sirve de pista de patinaje para los visitantes. El hotel cuenta con una estructura circular de cuatro niveles, con varios tipos de saunas y turcos, además de un restaurante gourmet.