Zetaquira, el paraíso boyacense para los amantes de la aventura

Revista Diners
Hay lugares en Colombia que sorprenden uno tras otro. En esta ocasión, Zetaquira es uno de esos municipios que no deja de ofrecer experiencias emocionantes a muy buenos precios, pues allí, por fortuna, la gentrificación aún no ha hecho su entrada. De hecho, son pocos los turistas que llegan a este destino, en gran parte porque suelen quedar eclipsados por las artesanías, la gastronomía y las ofertas de otros pueblos boyacenses.
Sin embargo, Zetaquira resulta ser especial: ideal para quienes disfrutan los destinos alternativos y poco conocidos en redes sociales. Por eso, en Diners queremos mostrarle este rincón del país, para que lo tenga en cuenta en sus próximas vacaciones o escapadas de fin de semana.
Zetaquira: el lugar de la culebra
Antes de la llegada de los españoles, este territorio era reconocido por los pueblos indígenas por su alta población de culebras, que hacían casi imposible su ingreso. Con el tiempo, los nativos fueron domando la selva hasta convertirla en un espacio habitable que, gracias a su ubicación geográfica, se transformó en un lugar abundante en agua, alimento y refugio.
Enclavado en el piedemonte de la cordillera Oriental, Zetaquira alberga diversos ecosistemas que van desde el páramo de Mamapacha hasta las orillas del Lago de Tota. El municipio cuenta con 32 nacimientos termales de agua dulce, que los visitantes pueden descubrir únicamente a pie, recorriendo trochas y filos de montaña. Uno de sus tesoros es la cascada termal más alta de Colombia, que lleva el mismo nombre del municipio.
Lo más fascinante de este lugar es que la cascada tiene tres temperaturas distintas que se pueden experimentar en el cuerpo: la primera, sobre el río Mueche; la segunda, durante el recorrido entre los parajes donde se practica senderismo; y la tercera, en su caída final.
Un lugar exclusivo para aventureros
Zetaquira ofrece una de las ofertas más completas de la región en actividades como senderismo, trekking, montañismo y hasta canoping. Por ejemplo, los zetaquirenses suelen visitar los fines de semana el cerro de la Virgen del Coro, protectora del Valle de Lengupá. Este lugar se alcanza a través de antiguos caminos muiscas que bordean la lengua de Tierra Blanca. Además de su carácter espiritual, representa una de las caminatas más exigentes del territorio: una ruta pensada para personas activas y con buena condición física.
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En esa misma línea se encuentra la cascada Las Tinajas, ubicada a 45 minutos del casco urbano. El ascenso a pie toma aproximadamente 30 minutos, un esfuerzo que vale completamente la pena: desde allí se alcanza el límite entre la provincia de Guanentá y el municipio de Miraflores, con una vista panorámica privilegiada y aguas heladas ideales para refrescarse.
Si cuenta con la indumentaria adecuada, no dude en subir al páramo de Mamapacha, donde encontrará Las Cuchillas de los Indios, una imponente formación montañosa en la que crecen frailejones y palma de cera. Allí habitan venados, loros y, con suerte, podrá divisar a lo lejos un oso de anteojos. Es imprescindible llevar botas impermeables (no de goma) y vestimenta térmica.
Las veredas que rodean a Zetaquira
Las veredas del municipio nutren su oferta de aventura y naturaleza. Por ejemplo, en la vereda de Hormigas se encuentran las lagunas Tierra Blanca y Agua Blanca, dos grandes espejos de agua ideales para compartir en familia, meditar y disfrutar de un paisaje sin igual en Colombia. Sin moverse de allí, también puede ingresar al balneario Piscinas Hospigas y al río Lengupá, donde es posible soltar los nudos musculares en medio de la naturaleza.
Entre tanto, en la vereda de Esperanza se esconden la cascada Las Máquinas, El Billar del Diablo, el Alto de los Indios y la cueva de La Virgen: todos espacios icónicos que se conservan casi intactos gracias a su difícil acceso, lo cual los convierte en tesoros exclusivos para los turistas más aventureros.
Si después de tantas caminatas y esfuerzos físicos busca un verdadero descanso, no dude en visitar la vereda de Patana, donde se encuentran las termales El Arcoíris, además de las cuevas de cristal y el río Fuche. Estos son lugares que invitan a la reflexión y al turismo contemplativo.
Y si aún cree que no hay suficiente aventura, continúe la ruta hacia la vereda de Juracambita, donde lo esperan el páramo El Bijagual, así como los altos de La Vieja y El Tambor. Puede cerrar toda esta experiencia con una visita fugaz al balneario El Ocho, ubicado en la vereda Centro.
La gastronomía y la estadía en Zetaquira
Aunque Zetaquira es un destino enfocado en el turismo de aventura, esto no significa que no cuente con una oferta gastronómica memorable que rinde homenaje a los sabores boyacenses. En el casco urbano, de arquitectura que mezcla lo colonial con lo moderno, se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y una serie de restaurantes que han sobrevivido al paso del tiempo por amor a la cocina local.
Es el caso de San Francisco, una cocina que exalta los sabores de la región. Le recomendamos probar los envueltos de mazorca dulce, el tradicional cocido boyacense, y las bandejas con pollo y otras comidas típicas colombianas. Sin duda, una de las mejores propuestas gastronómicas del municipio. En otro nivel está El Morichal, donde se sirven asados llaneros y sopas cargadas de carne, ideales para un día frío, pues destacan por su generosidad en proteína y sabor.
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Considere también la oferta gastronómica de los ecohoteles que rodean al municipio, que además son excelentes opciones para pasar la noche. Un buen ejemplo es Ecos del Aire, que combina lo mejor de la arquitectura colonial y moderna con estructuras en guadua. Al estar ubicado sobre una peña, ofrece una vista privilegiada de todo el pueblo. Aquí la atención es excepcional, desde el desayuno hasta la cena: disfrute de arepitas recién horneadas, pescados locales con guiso, y ensaladas frescas con encurtidos y vegetales cultivados en la zona.
Otra opción, un poco más convencional, es el Hotel Las Heliconias de Zetaquira, que cuenta con piscina termal, habitaciones con todas las comodidades, y estaciones de café para disfrutar una merienda en la tarde. Se destaca especialmente por su atención al detalle, lo que lo convierte en un lugar perfecto para una escapada romántica. El personal se esmera para que la experiencia sea verdaderamente inolvidable.
Lugares de interés en Zetaquira que debe tener en su radar
Zetaquira tiene una variedad de actividades emocionantes para todos los gustos. Aquí le mostramos las que definitivamente deben estar en su radar:
Visita al parque temático Los Tegüas
Si viaja con niños, este es el lugar ideal. Aquí podrá dar paseos a caballo, alimentar llamas y disfrutar de juegos infantiles como saltarines y espectáculos de marionetas. El lugar cuenta con restaurante y entretenimiento para toda la familia.
Cascada termal más alta de Colombia
Tal como su nombre lo indica, esta es literalmente la cascada termal más alta del país. Un fenómeno natural que sorprende a propios y visitantes, donde el agua caliente se mezcla con la del río, creando un espectáculo que se puede disfrutar tanto en familia como con amigos. Lo mejor: está muy cerca del casco urbano.
Cacique Guanatá, para tomar café
Pocos saben que Zetaquira es un municipio productor de café en Boyacá. Esto queda demostrado en la tienda Cacique Guanatá, donde Jairo y Fanny ofrecen una experiencia sensorial única desde su labor como caficultores. Allí podrá ver cómo se tuestan los granos artesanalmente sobre un fogón de leña y seguir el recorrido desde la plántula hasta el fruto maduro, pasando por cada etapa del proceso de producción.
Visita a la laguna Tierra Blanca
Aunque llegar hasta ella puede ser un reto, porque está algo retirada del casco urbano, el esfuerzo vale la pena. Puede conducir hasta la entrada de la laguna, pero para llegar a la orilla debe caminar al menos 30 minutos. Una vez allí, encontrará una casa azul donde se ofrecen comidas rápidas, café y uno que otro bizcocho local. También hay servicio en camioneta 4×4 para adentrarse en el bosque cercano, donde podrá observar flora, fauna y una cueva ancestral. Un plan perfecto para disfrutar en familia.