San Agustín, el destino que está en boca de todos

Revista Diners
San Agustín es el destino de moda para estas vacaciones. En 2024, recibió a más de 27 mil turistas en estas tierras que Konrad Theodor Preuss exploró en 1914 y bautizó como uno de los tesoros más importantes del hemisferio occidental. Además de contar con una de las regiones selváticas y prósperas del país, es también la huella inicial de una cultura que alcanzó la cúspide en el arte rupestre.
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Y es que resulta inevitable hablar de San Agustín sin mencionar las 300 piezas históricas que simbolizan la concepción sagrada de una cultura amparada por la naturaleza y una cotidianidad alentada por la agricultura y los rituales comunitarios.
Cuando los españoles llegaron al lugar, encontraron entre el bosque, las mesetas, las pendientes y las llanuras, piezas talladas en piedra volcánica que, hasta el día de hoy, antropólogos, etnólogos e historiadores siguen analizando para entender qué sucedió con esta civilización del mundo precolombino.
El Parque Arqueológico San Agustín, único en el mundo

A la entrada de este parque encontrará un museo que atesora 600 piezas artesanales, las cuales le darán la bienvenida a un recorrido de cuatro horas, en el que los visitantes pueden comprender cómo se fusionan la naturaleza y los vestigios de una cultura que supo vivir en comunidad y encontrar en el arte una manifestación suprema que sigue viva, comunicando las formas de vida de tiempos pasados.
Perfectamente puede perderse en este inmenso parque arqueológico por sus sinuosos caminos llenos de historia. Entre ellos, destaca el que lo lleva al Alto de Lavapatas, un lugar donde las artesanías abundan a ambos lados de los senderos. También encontrará vasijas y tejidos que responden a una herencia cultural legada por esta civilización que talló su día a día en piedras volcánicas.
En el centro de San Agustín
San Agustín tiene un poco más de 35 mil habitantes, quienes viven en la puerta de entrada al macizo colombiano. Este territorio es rico en manantiales y reservas de agua dulce, e incluso se le considera un tesoro de la biodiversidad. Al estar alejado de las grandes capitales y del bullicio de las moles de concreto, el municipio ofrece al visitante la oportunidad de sentirse como un auténtico explorador.
Para disfrutar de un festín gastronómico, le recomendamos visitar Casa Jaguar, un restaurante de autor con propuestas para todo el público. Lejos de ser un lugar pretencioso, su chef ofrece platos conocidos para los comensales, como alitas, ceviches, tapas, solomillo e incluso paellas reinterpretadas con ingredientes del Huila.
Por otro lado, está el restaurante de Casa Tarzán, que también cuenta con hotel y ofrece platos de corte internacional para disfrutar en cualquier momento del día. Mientras tanto, si busca algo típico, diferente e incluso sentirse en un auténtico espacio colombiano, visite Yuma, donde encontrará una cocina abierta de la que salen sancochos, asados, pescados y hasta arepas de maíz.
Las actividades al aire libre
Sus senderos son patrimonio de la humanidad y se pueden recorrer a pie o a caballo hasta llegar a lugares que parecen de otro planeta, como La Chaquira, La Pelota, El Purutal y El Tablón, ubicados a la orilla del río Magdalena. Están rodeados de aves multicolores y flora ancestral, que incluso se puede identificar en las piedras talladas por la comunidad precolombina y que han resistido el paso del tiempo.
Si desea ver de cerca las aguas del río Magdalena, puede ir a 11 kilómetros del área urbana, donde encontrará un estrechamiento del cauce de este gran río a tan solo dos metros de ancho. Allí, un filtro natural lleno de rocas convierte el agua en un arroyo turbulento y ensordecedor.
Para quedarse en San Agustín

Entre los lugares para alojarse y disfrutar de un descanso de lujo, destaca Ceiba, un espacio que abre sus puertas a viajeros que buscan bienestar, armonía y relajación.
A las afueras de la zona urbana de San Agustín se encuentra este refugio con vistas al cañón del río Magdalena, gracias a la panorámica que ofrece su diseño de tradición local. El lugar está construido con guadua, piedra y tierra, por lo que se le considera un ecolodge de lujo que se integra de manera armoniosa con la naturaleza.
Aquí también podrá realizar caminatas por senderos sinuosos rumbo a cascadas de agua pura, o participar en talleres de agricultura y gastronomía sostenible. Además, su restaurante ofrece un menú con productos frescos y locales, cultivados en la huerta del hotel, reflejando su compromiso con la sostenibilidad de la región.
En esta línea también se encuentra Akawanka Lodge, un lugar tradicional pero de lujo que ofrece desconexión y descanso en una casona de estilo colonial, con habitaciones espaciosas equipadas con todo lo necesario para disfrutar en familia.
El lugar también ofrece una amplia variedad de delicias gastronómicas, así como guías expertos que lo ayudarán a descubrir aquellos rincones reservados para los curiosos de San Agustín, asegurando que su viaje quede en el recuerdo e incluso lo recomiende a sus más allegados.