Infancias, duelos y fantasmas: tres historias para sumergirse en la lectura

Revista Diners
Distintas infancias, playas y ciudades: aquí le presentamos los tres libros recomendados por Isabel Calderón Reyes para comenzar el semestre.
Un libro álbum, del español Luciano Lozano; una novela sobre el amor y la pérdida, de la estadounidense Lorrie Moore, y otra, sobre la relación de un padre y una hija, de la chilena María José Ferrada.
Kramp – María José Ferrada (Laguna 2024)

Estamos en la década de los ochenta en Chile. Hay un oficio que consiste en recorrer el país para vender tornillos y productos de ferretería —marca Kramp— como solo se venden hoy las cremas Avon. Una niña de siete años decide acompañar en el trabajo a su papá, uno de esos vendedores viajeros, aunque eso implique faltar al colegio. O quizá precisamente por eso: por la emoción de salir al mundo.
La relación entre el papá y la hija es sobrecogedora, real; una mezcla de complicidad, humor, manipulación e ingenuidad, pero no del todo, por supuesto, porque la niña percibe lo que los adultos tratan de ocultar.
Ferrada construye una mirada infantil que no solo conmueve o denuncia, como en tantas historias de “los hijos” en las dictaduras, sino que además reescala lo político y lo personal: nos hace dudar de lo que considerábamos “grande” o “pequeño” y nos pide que juguemos con los diálogos, las palabras y los símbolos, sin dejar de intuir —de saber con certeza— que estamos ante una historia sobre todo tipo de desapariciones.
Si este no es mi hogar, no tengo hogar – Lorrie Moore (Seix Barral, 2024)
Lorrie Moore regresa con el ingenio y la sensibilidad que han caracterizado su obra en esta novela, que es una meditación sobre el amor, la pérdida y la persistencia inquietante de la memoria. En el centro de una historia de fantasmas está Finn, un profesor de bachillerato que enfrenta varias crisis: la enfermedad terminal de su hermano, la vida en Estados Unidos mientras Donald Trump hace su primera campaña presidencial y la muerte de Lily, su antigua pareja, con quien estaba en contacto intermitentemente.
Sin embargo —y aquí es donde comienza lo extraño—, Lily no ha desaparecido del todo. Su presencia —parte recuerdo, parte fantasma, un poco grotesca, siempre en diálogo— impulsa a Finn a emprender un viaje por carretera entre paisajes cubiertos de nieve, envueltos en niebla, aguanieve y un frío existencial. Fiel a su estilo, Moore equilibra el humor con la devastación, así como con la ligereza respecto al temor a la muerte y al olvido.
(Cinco refugios en Colombia para vacaciones de última hora)
Un niño en la playa – Luciano Lozano (Akiara, 2024)
Un niño observa la vida desde la playa. En su forma de mirar está implícita la curiosidad de la infancia, pero también su melancolía… porque sabemos que hay tristeza (y vergüenza) en los primeros años. Un día, conoce a otro niño, que viene de Japón. No habla su lengua, pero entre ambos se establece una amistad que florece sin explicar nada.
En las ilustraciones de Lozano, el mundo de los pescadores, la playa y el intercambio entre dos culturas se sostienen sobre el uso de dos colores: el amarillo y el azul. Y con el mismo respeto que tienen los amigos por el silencio, en el libro se dice todo con pocas palabras. Se habla de ese espacio ambiguo al que nos referimos con la frase “Muchos años después”: un intervalo en el que caben los tránsitos y aprendizajes, los amigos que todos tuvimos y a los que nunca volvimos a ver, y la llegada de la vejez.
Al final, se revela que la historia está parcialmente inspirada en una anécdota sobre Palmar Kristmundsson, arquitecto islandés que creció en un pequeño pueblo pesquero y cuya vida lo llevó a fusionar las influencias de su entorno natural con otras culturas, como la japonesa. Todo calza.