Bolivia: un viaje en lo más alto de los Andes

Revista Diners
Privilegios Davivienda lo invita a conocer los rincones de este país suramericano, ubicado en la parte más alta de la cordillera de los Andes. Desde La Paz hasta el Salar de Uyuni, Bolivia es uno de los países más interesantes para los viajeros en busca de lugares insospechados, donde naturaleza, tradición y cultura andina se conservan y actualizan en medio del ritmo y de los avances del siglo XXI. Con destinos que van desde los 3.000 hasta los casi 7.000 metros sobre el nivel del mar, esta nación alberga bellos paisajes y rincones que atraviesan la imponente cordillera de los Andes.
Un viaje por las aguas de Bolivia
Bolivia no tiene por qué envidiarle mar a ninguno de sus países vecinos, pues en el inmenso lago Titicaca se expresan la magnitud y el poder de sus aguas. En este lago navegable que comparten Perú y Bolivia —el más alto del mundo, además—, el azul profundo de sus aguas se combina con las montañas que lo rodean, generando una atmósfera de sitio sagrado donde se encuentran pequeñas islas flotantes, algunas de las cuales fueron habitadas por los uros, un pueblo indígena que construyó sus hogares sobre balsas de totora, una planta local.

Así mismo, la isla del Sol, considerada un lugar sagrado por las culturas andinas, tiene algunas de las ruinas y vistas más impresionantes de esa zona de los Andes.
El desierto de sal más grande del mundo
El Salar de Uyuni es un destino que parece sacado de otro mundo. Localizado a 3.656 metros sobre el nivel del mar, este desierto de sal es considerado el más grande y alto del planeta por sus más de 10.000 kilómetros cuadrados. Durante la temporada de lluvias, el salar se convierte en un gigantesco espejo, en el que se refleja el cielo y se crea un paisaje surrealista que deja sin aliento a quienes lo visitan. En el invierno, cuando la sal se seca, su superficie se cubre de patrones geométricos que dan una sensación de infinitud.
Dentro del salar se encuentra Incahuasi, una isla en mitad del desierto llena de cactus gigantes, algunos de los cuales alcanzan los diez metros de altura, así como también el Cementerio de Trenes, una de las principales atracciones turísticas de la zona, donde se hallan vestigios de este medio de transporte que cuentan la historia de la minería en la región.
Adicionalmente, Uyuni es el punto de partida para explorar deslumbrantes lagos de colores, como la laguna Colorada y la laguna Verde, que se destacan por su intensa tonalidad y por la población de flamencos que por allí asoma. El Salar de Uyuni, una combinación de misterio y belleza, encanta a visitantes y fotógrafos con paisajes como de ciencia ficción que confirman que esta es una de las grandes maravillas de la naturaleza.
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La Paz

Bolivia es quizás el único país del mundo que tiene dos capitales. Aunque en su Constitución aparece Sucre como tal, La Paz es reconocida internacionalmente como capital por ser el centro administrativo del país. Situada a 3.600 metros sobre el nivel del mar, esta ciudad rodeada de majestuosas montañas tiene el sistema de teleférico más grande del mundo, con 30 kilómetros de recorrido, aproximadamente.
Inaugurado en 2014 y conocido como Mi Teleférico, este sistema de transporte atraviesa diversas zonas de La Paz y El Alto, facilitando el acceso a las áreas más altas de la ciudad y permitiendo a residentes y visitantes disfrutar de las panorámicas que ofrece La Paz.
Además de su eficiencia y de las espectaculares vistas, desde allí se puede observar el majestuoso nevado Illimani, ubicado a 6.460 metros sobre el nivel del mar. Más abajo, al nivel de sus calles y edificios, el Mercado de las Brujas expone en sus corredores la riqueza cultural de Bolivia, entre artesanías, hierbas, amuletos y objetos místicos y ancestrales: una prueba de la magia que espera en las ciudades y destinos naturales del país.
Santa Cruz: una última parada cerca de la Amazonía
Con una herencia colonial marcada y colindante con la selva amazónica, Santa Cruz es un destino que alberga maravillas como el Parque Nacional Amboró, conocido por su biodiversidad, y el Samaipata, un sitio arqueológico patrimonio de la humanidad.
Aparte de la flora y fauna que se riega a sus alrededores, en la ciudad lo esperan plazas, monumentos y a lo mejor también un majao, plato tradicional cruceño acompañado de ilajwa, una salsa picante hecha a base de tomates, cebolla, ají y hierbas frescas, así como un refresco para cerrar la travesía desde lo más alto hasta la selva.