Tres historias de jóvenes que transforman la sociedad

Social Skin, el programa de emprendimiento liderado por el Grupo Bolívar, premió algunas iniciativas que tienen un impacto fuerte en la sociedad colombiana. Estas son tres de estas propuestas.
 
Tres historias de jóvenes que transforman la sociedad
Foto: Ilustraciones: Jorge Ávila
POR: 
Catalina Oquendo

En diciembre de 2018, Greta Thunberg, una joven sueca de 16 años sacudió la Cumbre Mundial del Clima con un llamado a la acción. “Algunos dicen que Suecia es un país pequeño, que no importa lo que hagamos, pero he aprendido que nunca eres tan pequeño como para no hacer la diferencia y que si unos pocos niños pueden conseguir titulares en todo el mundo solo por faltar a la escuela unas semanas, imagínense qué podríamos hacer juntos si realmente quisiéramos”, dijo la joven que a los 11 años realizó una huelga escolar por el cambio climático.

“Sí, necesitamos esperanza pero sobre todo, acción. Cuando actuemos, la esperanza estará ahí”, agregó. A miles de kilómetros de distancia de Suecia, sus palabras coinciden con los jóvenes colombianos que desarrollan proyectos de emprendimiento social en distintos ámbitos, y que desde varios rincones del país generan iniciativas para mejorar la vida de los que pasamos por este planeta.

Para ellos, para destacar su trabajo y empujarlos a no desistir se creó Social Skin, una iniciativa del Grupo Bolívar, bajo el liderazgo de su presidente, Miguel Cortés Kotal. Junto con aliados como Naciones Unidas, las universidades del Rosario, Javeriana, Nacional, Andes, Externado, Minuto de Dios, La Sabana, Tadeo, el Colegio de Estudios Superiores de Administración y Sergio Arboleda, así como iNNpulsa y el Ministerio de Comercio, se desarrolló la primera versión de un premio que destacó el trabajo de 21 jóvenes transformadores.

Los requisitos eran simples: ser jóvenes, contar con la energía para transformar el mundo y tener un proyecto de innovación social que funcionara activamente desde los últimos dos años.

Los proyectos fueron expuestos ante un jurado compuesto por expertos en emprendimiento social, como Jozef Merkx, representante de Acnur en Colombia; Carolina Carrasco, del Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo; Johana Bahamón, fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Acción Interna; Simón Borrero, fundador de Rappi; Ignacio Gaitán, gerente de iNNpulsa; Karen Henken, profesora de Práctica, Innovación Social y Emprendimiento de la Escuela Kroc, en la Universidad de San Diego, y Jen Timm, directora de consultoría Agora Partnerships.

Fueron siete categorías enmarcadas en las problemáticas globales definidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que reflejan grandes preocupaciones del país: Inclusión, reducción de desigualdades y pobreza; Salud y bienestar; Educación de calidad; Medioambiente; Ciudades y comunidades sostenibles; Trabajo decente y crecimiento económico sostenible, y Paz, justicia e instituciones sólidas.

Los ganadores no solo recibirán una mentoría sino también un apoyo de 40 millones de pesos para el avance de la innovación social y otros 17 millones para destinación libre. Estas son sus historias:

El sueño de un colegio bilingüe en Siloé

Los hermanos Lilibeydy y Adarley Manrique Ramírez, nacieron en el barrio Siloé de Cali y son los fundadores de La Fontaine, un colegio que se enfoca en la enseñanza bilingüe a niños de estratos 1 y 2 de este barrio. “Somos testimonio de que a través de la educación se puede transformar la vida. Por eso queríamos acercar a los niños del barrio a los idiomas. Teníamos la ilusión en el corazón, creemos que la educación alarga la vida”, dice Lilibeydy, licenciada en Idiomas, con estudios en Estados Unidos, y quien después de trabajar como profesora en instituciones privadas, decidió que los niños del barrio donde creció la necesitaban más.

Así, con un préstamo bancario compraron la licencia de un pequeño colegio, donde tienen 140 alumnos que pagan bajos costos y otorgan becas para los que no pueden costearlos. Dan empleo a seis personas del barrio y los fines de semana dictan clases de inglés gratis a los padres de sus alumnos. ¿Cómo lo hacen? Cuentan con voluntarios internacionales (miembros de la red Aiesec) y el apoyo económico de personas de la sociedad civil que apadrinan a los estudiantes.

Su trabajo ha sido reconocido por la Young Leaders of the Americas Initiative, un programa creado por el expresidente norteamericano Barack Obama; y ahora, gracias al Premio Social Skin, que les da apoyo económico, planean invertir en una sede con más espacio, terminar la biblioteca y poner a funcionar una sala de sistemas.

Nueva vida a los neumáticos

Durante seis años, Norton Jaimes trabajó como operador de barredora en la empresa de aseo de Cúcuta. Cada noche, mientras limpiaba la ciudad, observaba algo que se ha vuelto común en las calles de todo el país: una cantidad de neumáticos que no solo contaminan sino que atraen el mosquito Aedes aegypti, generador de enfermedades como el dengue. Nadie se encargaba. Por el tipo de material, la empresa no las podía recoger y las llantas seguían acumulándose.

En el día, el mismo muchacho, hoy de 32 años, cursaba Administración de Empresas en la Universidad Minuto de Dios y decidió dedicarse a investigar qué ocurría en el país con eso que él veía en su trabajo nocturno. Y creó Fénix Planet, un emprendimiento que usa ese material, lo recicla y reconvierte en producto para canchas sintéticas, reductores de velocidad y tapetes decorativos para pisos de parques infantiles.

“Identifiqué los puntos críticos, comencé a recogerlas y a encargarme de su disposición final, lo cual era un beneficio para los montallantas, que de no hacerlo se exponían a comparendos ambientales. Hoy, incluso me llaman empresas comercializadoras y transportadoras para que vaya por las llantas”, cuenta Norton, quien tiene una pequeña bodega donde hace la transformación de los neumáticos en el nuevo producto y da empleo a dos personas.

Con el premio, dice, no solo podrá comprar una camioneta de estacas para mejorar la recolección, sino cotizar una máquina que le permita continuar con su emprendimiento de forma menos artesanal. “Mi proyecto contempla también la creación del Fénix verde, un sello que certifique a las empresas que les den una buena disposición a los neumáticos y contribuyan a mejorar el medioambiente”.

A mejorar la vida de pacientes con Párkinson

Mientras conversa con Diners, Juan Pablo Esquivel redacta una carta de renuncia al trabajo formal que tiene para dedicarse de lleno a Capio, el proyecto que comenzó como una tesis de grado de Diseño Industrial y ahora es un emprendimiento social que busca mejorar la marcha de las personas con Párkinson.

“Se trata de un software combinado con un dispositivo físico, que entrega estímulos a los pacientes para que utilicen una región distinta del cerebro mientras están realizando movimientos automáticos, para que sean conscientes de ese movimiento”, explica Juan Pablo.

Después de diseñar, con su compañero Julián Valencia, un prototipo y trabajar con veinte pacientes de la Fundación Parkinson, en Cali, obtuvieron el Premio Nacional a la Innovación en Dispositivos Médicos, de la Andi, ganaron la convocatoria nacional de patentes de Colciencias y ahora tendrán un impulso económico para el proyecto gracias a Social Skin.

“El objetivo es garantizar la viabilidad del producto, salir al mercado este año y estar en terreno real con los pacientes, para lo cual conformamos una empresa de investigación y desarrollo a la que se sumó también otro amigo (Juan David Figueroa). Pero a futuro creemos que se puede extrapolar el proyecto al desarrollo de diferentes productos y servicios para diversas patologías, siempre en pro del bienestar humano”, concluye.

         

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abril
29 / 2019