Adiós a España en el Mundial 2014: el bus de la victoria

Hoy se va del mundial España y juega por jugar contra Australia, en la Arena da Baixada de Curitiba, un estadio que pese a celebrado ya dos partidos (este será el tercero) aún está a medio acabar.
 
POR: 
Adolfo Zableh

La cara que tenía Vicente del Bosque el día que Chile eliminó España (adjunto foto) es para no olvidar. Era la propia cara de la derrota luego de seis años de victorias.

Hoy se va del mundial España y juega por jugar contra Australia, en la Arena da Baixada de Curitiba, un estadio que pese a celebrado ya dos partidos (este será el tercero) aún está a medio acabar. Han maquillado las gradas y la cancha para que luzca bien en las transmisiones, pero el interior de la construcción es un caos de escombros, con escaleras a medio acabar y con baños hechos de afán con dos inodoros por cubículo.

Un escenario en caos para el final de una era. Esta España que se aburrió de tanto perder que luego se dedicó a ganar a todo lo que jugaba. Dos Eurocopas y un mundial, algo que nunca antes logrado, a punta de ‘Los jugones’, una cantidad de futbolistas de poca talla y mucha técnica (Iniesta, Xavi, Mata, Pedro, Fabregas, Silva, Cazorla) y con el llamado ‘Falso 9’, donde cualquiera de los anteriores llegaba al área rival como si fuera un atacante de raza. Durante más de un lustro, este equipo se dio el lujo de jugar muchas veces sin un delantero y ganarles a todos

Este esquema será recordado y se seguirá usando, como el 4-4-2, el 4-5-1 o cualquier otro que se le ocurra. Gracias a él, esta España tenía el balón y ganaba con los justo: de las 15 victorias logradas en las dos Euros y el mundial de Sudáfrica, seis fueron por 1-0.

Así jugaba España y no había razón para cambiar. Hay una ley del fútbol que dice que equipo ganador no se cambia, pero cuando uno no cambia, los rivales lo cambian a la fuerza. Le pasó en su día a la Argentina de Bielsa que cabalgó las eliminatorias y se quedó por fuera en primera ronda del mundial, y le ocurrió a los de Del Bosque, que se volvieron predecibles y sosos. Holanda y Chile supieron enfrentarlos y en 180 minutos lo mandaron de vuelta a casa.

Cuando los resultados se dan todo es fiesta pese a las diferencias, cuando se pierde es que salen a relucir las grietas. Canchero y ganador, a Del Bosque le pasó factura intentar manejar un vestuario lleno de estrellas que a veces prefieren el juego de poder al juego de la pelota. Recientemente pasó lo mismo en el Barcelona con Martino, mientras que en la década pasada las figuras del Real Madrid descabezaron en seis años a Carlos Queiroz, José Antonio Camacho, Vanderlei Luxemburgo, Mariano García Remón, Berd Schuster, Juande Ramos y Manuel Pellegrini.

Tan acongojado estada Del Bosque la tarde del juego contra Chile que sus respuestas fueron tan exactas y medidas como siempre, pero en su voz había decepción. Cuando uno ha ganado todo quiere seguir ganando, quizá por eso después de la rueda de prensa en la que tomé esta foto, el míster casi se sube al bus de Chile por error. Eso sí es querer subirse al bus de la victoria como sea.

         

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junio
23 / 2014