11 cosas que vive un bogotano, según el escritor J.J. Muñoz

Óscar Mena
Antes de mostrarle las cosas que vive un bogotano, permítanos presentarle a J.J. Muñoz. Es un escritor de 45 años que aunque su familia es de Cali, nació en Bogotá, fue registrado en Soacha como Jhon Jairo y en su juventud fue pintor de casas y estilista.
Después recorrió todos los barrios de la capital y trabajó en peluquerías de Quinta Camacho y Rosales donde escuchó, lavó y peinó a una diversidad de clientes durante 25 años. Sin nunca perder la vista en leer y escribir, ganó unas cuantas becas que lo llevaron a convertirse en magíster en Literatura y ganador del concurso Reescribir el Género 2020, entre otras menciones especiales como su participación en la colección de libros Bogotá Cuenta.
Actualmente es el creador y productor del podcast Relatos Ñeros y escritor de la novela Lo que le diga es mentira, publicada por la editorial 531, de donde originalmente J. J. Muñoz y Diners hallaron estas cosas que los bogotanos han visto o vivido en carne propia.

En palabras de la escritora Melba Escobar: “Es uno de los pocos autores colombianos que no nació, ni vive en inmediaciones de la carrera Séptima ni estudió en colegios privados. J.J. es un narrador natural, un nativo de Suba que creció en Corinto, Ciudad Jardín, Aures 2 y Casa Blanca, y que cuenta historias cargadas de humor negro, como las calles que lo vieron crecer”.
Sin más que agregar lo dejamos con esta divertida lista.
Acento gomelo
“Hablan como si estuvieran a punto de escurríseles las babas. Justamente hablé de esto con otro escritor, Andrés Ospina, y decíamos que se puede determinar su lugar de nacimiento en Bogotá, según el movimiento de boca. Si nace en Rosales habla casi sin abrir la boca. y si nace en Altos de Cazucá o Ciudad Bolívar, exagera las vocales. Así que no es difícil saber de dónde es usted. Además, los gomelos utilizan la palabra “demasiado” y se aman todo el tiempo”.
Cosas que vive un bogotano al almuerzo
“Trabajé por más de 25 años en la peluquería y allá llevaba mi almuerzo en una cajita plástica. Y claramente uno no va a empacar salmón ni prosciutto. Ahí se mete lo que haya en la casa, y a veces tocaba las sobras porque los hermanos se comían todo y solo dejaban la pega. También es el lugar donde uno encuentra el huevo duro -para que no se mezcle con los otros ingredientes- las salchichas, la carne molina, el plátano y otros ingredientes que me parecen recursos del menú bogotano”.
Gonorrea
“Me parece fascinante cómo la gente de estratos bajos logró transformar una palabra ante los ojos moralistas del mundo. Es que la palabra gonorrea está en el diccionario con su significado y en Bogotá la convertimos en una ofensa. Es tanta su influencia que las veces que viajé a otros países uno le dice que hable como colombiano y lo primero que se les viene a la cabeza es gonorrea. Me parece una riqueza lingüística muy bonita y que viene de la cultura popular”.
Gota a gota
“Tengo entendido que son personajes que no consiguen abogado para cobrar su plata. Los que conocí eran absolutamente queridos, pero en los barrios populares se le conoce o por ayudar a la gente a salir de deudas o salir muertos o lastimados por no pagar a tiempo un préstamo”.
Jabón Rey
“En la peluquería aprendí que se debe partir en cruz, quedarse con tres partes para hacer aseo y la cuarta toca botarla porque es de mala suerte. El jabón Rey tiene una parte cultural muy bonita, de hecho, Santiago Rivas lo sacó en Los puros criollos y sin duda muchos bogotanos lo usan para bañar a los perros, bañarse a sí mismos y hasta los punkeros del Parque Lourdes lo usan para hacer sus crestas. No sé cómo llegaron a mezclar este ingrediente en su cultura, pero siempre me dio mucha curiosidad”.
José Gregorio Hernández
“Es un personaje que alaban y tiene seguidores de todo tipo. Una vez me infiltré en un culto y es bastante interesante ver cómo funcionan sus operaciones por las noches, con un plato con sal, agua y todo en blanco. Sé que la iglesia católica no lo ha convertido en santo y tampoco ha sido beatificado, pero sus seguidores están convencidos de que sana a los enfermos. Sus opositores, en cambio, lo acusan de charlatán y borracho, que murió atropellado por uno de los primeros carros que llegaron a Caracas, y como murió antes de lo esperado, lo convirtieron en un mártir religioso”.
La prensa bogotana
“El periodismo es muy gracioso en el país. Cierto sector está enmarcado en el sensacionalismo y en el querer hacer mucho ruido. Para la muestra está la crónica roja, a la que respeto mucho. Aquí nació una tradición que empezó en los años 20 y 30 con cronistas que se han valido hasta de mentiras para vender el periódico. También se le conoce por ser la lectura de la cultura popular, donde se compraban los periódicos con el crucigrama y por la mujer desnuda de la última página”.
Noticiero del mediodía con corrientazo
“Esa combinación de almuerzo y desgracia es todo un espectáculo bogotano. Hasta hace unos años existía el personaje vestido de payaso, ahora hay un señor que dice el menú en diminutivos: ‘el platanito, la sopita, el arrocito’. Y cuando ya está dentro del restaurante, tienen el televisor a todo volumen con las noticias”.
Papi
“Es una nueva costumbre que se usa en Bogotá y Cali. El papi entre hombres me parece una bonita labor de deconstrucción masculina”.
Radiola TV
“Es un canal muy divertido por la estética de los videos y sus letras. Pero lo mejor son los letreros que salen de personas buscando una relación seria y que tengan entre 25 a 60 años. Me parece increíble porque es un Tinder televisivo”.
Taxista bogotano
“Son personajes que marcan la cultura de la ciudad. Se la pasan todo el día sentados tras el volante y con la piedra afuera. Algunos con la música a todo volumen y otros con gafas oscuras, gorra y pantaloneta, al estilo cartagenero. Tampoco hay que olvidar sus costumbres, como decir, ‘yo no voy por allá’, ‘ya voy a entregar y no alcanzo’ y sobre todo, ‘para dónde va”.
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