Amor y control en Navidad: consejos para evitar los gastos

Lo que hemos vivido en 2020, en términos emocionales y económicos, nos deja grandes lecciones para que nos propongamos disfrutar de Navidad con exceso de cariño y cero despilfarro.
 
Amor y control en Navidad: consejos para evitar los gastos
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POR: 
Adriana Macías

Navidad es época de alegría, de buenas comidas, de compartir con los seres queridos. Pero también es una temporada en la que los colombianos solemos gastar mucho más de lo normal, incluso al punto de padecer una especie de guayabo financiero en enero.
Pero esta no será una Navidad normal. Muchas familias todavía no se han recuperado del golpe económico, físico y emocional de la pandemia y las perspectivas de la economía colombiana muestran un camino tortuoso hacia el crecimiento, por lo que quizás lo mejor podría ser excederse en cariño y medirse en gastos.

Confieso que hasta ahora no he tenido método para gestionar mis gastos en estas fiestas, me he comportado como mamá Noel y gastado sin mucho control. Además, suelo dejar las compras para última hora y padecer para encontrar un buen detalle para mis padres y suegros.

En esencia, esa improvisación me sale cara porque termino desesperada echando mano a lo primero que se me cruza en el camino. Pero no soy la única. En 2019, la Encuesta de Navidad de Fenalco reveló que el 43 % de los colombianos hacía sus compras de fin de año a partir del 16 de diciembre, en buena medida por el pago de la prima.

El gran interrogante que surge es si con pandemia se volverán a presentar estos comportamientos. Teniendo en cuenta que las compras virtuales se han acelerado en 2020. Según un informe de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, mientras en enero de 2019 se realizaban en promedio 176 transacciones por minuto, en julio de 2020 se efectuaron 479 transacciones de compra cada minuto.

Dado que ya todos probamos la facilidad de hacer compras en línea y es muy grande la tentación de gastar en exceso en las tiendas virtuales, revisé algunas medidas que le permitirán controlarse o, por lo menos, evitarse la pena de recibir ofertas tentadoras que no podría resistir.

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La primera opción es adquirir una tarjeta de crédito exclusivamente virtual. Casi todas las entidades financieras cuentan hoy con las famosas e-cards, que solo se pueden usar en el mundo digital, de tal forma que podrá restringir el valor con el que desea endeudarse y asignar un cupo pequeño que les ponga tope a sus compras.

Otra alternativa es conseguir una tarjeta prepago virtual, que funciona muy bien para quienes no planean endeudarse en Navidad. Estas tarjetas funcionan con recarga previa en línea, lo que permitirá asignar un monto específico para las compras navideñas y evitará pasarse del presupuesto.

Este año implementé una práctica que me ha dado buen resultado: cuando necesito restringir el acceso a mi efectivo disponible creo bolsillos virtuales o abro un fondo de inversiones virtual, por lo menos a 30 días, en el que deposito el dinero excedente para evitar la tentación de gastarlo innecesariamente. Así sé que tengo un colchón para el pago de impuestos o de otras obligaciones.

Si usted simplemente no tiene fuerza de voluntad cuando lee la palabra oferta o el espíritu de celebración le afloja el bolsillo con fuerza puede pensar en otras opciones más extremas, controlando todos sus movimientos en la web.

¿Es de los que acepta sin miramientos las cookies en cada página virtual que visita? Bueno, ese es el primer motivo por el cual la blusa divina y la bicicleta soñada sobre la que hizo clic cuando leía su revista favorita lo persiguen sin descanso, así esté mirando baterías de cocina. Entonces, el primer consejo para evitar la tentación es no aceptar las cookies de cualquier página que se despliega ante sus ojos.

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Otra estrategia, bastante cruel para su espíritu festivo, es bloquear los mensajes promocionales que le llegan a su correo electrónico con el anuncio de las ofertas y lanzamientos de su tienda o marca favorita. Una vez lleguen a su bandeja de entrada márquelos como spam y olvídese de ellos, por lo menos mientras pasan las fiestas navideñas.

¿Lo bombardean mensajes de texto con promesas de descuentos y lanzamientos nunca antes vistos? Ármese de valor y elimínelos sin leerlos, porque si le tiembla el dedo para hacerlo va a terminar siguiendo el link que le enviaron para verificar si de eso tan bueno sí dan tanto.

Hay otras medidas a un clic, como bloquear en su navegador la URL de los sitios web que no puede parar de visitar para antojarse, o eliminar esas páginas de su lista de sitios favoritos. Claro, usted tendrá en su mente la dirección disponible, pero si no está a la vista en su navegador podrá respirar un poco más tranquilo.

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Medidas urgentes para controlar los gastos navideños

En busca de más consejos decidí hacer una breve encuesta entre personas de mi entorno profesional y encontré ideas que me han inspirado para organizar, de una vez por todas, la manera como gastaré mi salario este diciembre.

Natalia es una profesional de mediana edad, con una familia grande y muchos amigos. Le encantan las fiestas y las cenas amenizadas con buenas conversaciones y excelente vino. Ella ha sido una mujer organizada en su vida personal y profesional, por lo que no me extrañó que me hablara de un presupuesto anual exclusivo para la temporada decembrina.

“Yo ahorro a lo largo del año, aunque este estuvo más bajo de lo normal debido a la situación. Un par de meses antes hago una lista de regalos con el nombre de cada persona y un valor específico. También hago mi lista de celebraciones; si la reunión es en mi casa defino los gastos del menú y las bebidas. Pero si voy de invitada también asigno un rubro para comprar algún ‘detalle’ como galletas, flores, un postre o una bebida. El promedio es de 30.000 pesos para esa compra”, dice ella.
Natalia también es juiciosa con los gastos en obsequios, pues registra en el celular su lista y así puede ir comprando cosas cuando va a un centro comercial o a un almacén. “Eso me ha servido para no comprar por desesperación cuando todo queda para última hora”.

De las útiles prácticas que tiene Natalia me quedó una en particular: la herencia entre amigas. En este apartado vale casi todo: libros, accesorios, elementos decorativos, ropa… lo que puede ser disfrutado al máximo en esa “segunda vida”.
Xiomara es una mamá muy joven, con dos niñas pequeñas, que desde mucho antes de la pandemia desempeñaba su labor mediante teletrabajo. Ella está afiliada al fondo de empleados de la empresa donde trabaja, lo que le facilita ahorrar una suma fija cada mes, con destinación clara para cubrir los gastos que se generan en diciembre. “A ese ahorro le sumamos una parte de la prima de fin de año para completar”, afirma ella.

Una “vaca” muy navideña

En la casa de Martha, la “vaca”, es decir, el aporte que hacen todos los hermanos de su familia para organizar esos momentos especiales, incluido el asado del primero de enero, es lo que suelen implementar. “En nuestra familia solo hay una niña, la que recibe regalo, y mi mamá. Todos los demás jugamos al amigo secreto y nos encargamos de darle un obsequio a la persona que nos tocó en suerte”, explica.

Viviana es mucho más práctica con el manejo de sus recursos. Todo el ingreso de noviembre lo asigna a los gastos extra de diciembre y no toca su salario de fin de año por nada del mundo. Puede ser una regla simple. Pero implica una disciplina de largo plazo, pues cada mes debe ceñirse a gastar lo estrictamente necesario para poder destinar un salario completo a las celebraciones.

Tengo que reconocer que jamás se me había ocurrido tener un presupuesto navideño. Pero ahora caigo en la cuenta de que me resulta clave diseñar ya uno nuevo, pues lo usual es que viajemos a visitar a mi familia, que vive en Cali, lo que dispara los gastos.

Mi propósito, estimado lector, no es amargarle las ganas de celebrar. Por el contrario, más bien quiero brindarle algunas reflexiones que podrían servirle antes de gastar “de lo lindo” en uno de los almacenes que, con toda seguridad, va a visitar en las próximas semanas:

La prima no es ilimitada, mejor haga bien sus cuentas. Es cierto que en diciembre llega la prima. Pero recuerde que en enero también podría tener gastos no usuales, como el pago de la matrícula del colegio de los niños o del semestre de la universidad de los muchachos. Además, en el primer trimestre del año llegan las facturas por el impuesto predial y de vehículos. Si se pagan con anticipación generan un descuento muy atractivo.

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Converse con su pareja o familia sobre cómo celebrar sin gastar en exceso. Los principales errores de gasto se cometen cuando no se ha conversado sobre las normas y límites que tendrán en cuenta al gastar en diciembre. Involucren a los más pequeños en la conversación, de tal forma que se comprometan con el plan familiar. Pídale a su pareja o familiar que le ayude a reflexionar si está infringiendo los acuerdos sobre el gasto.

Recuerde que en enero casi todo sube. Así como se reajusta el salario mínimo y el Dane revela el IPC del año anterior, se elevan los valores de los arriendos, la administración del edificio, las pensiones, el pago de la ruta escolar, los pasajes, la gasolina, los peajes y muchas otras cosas que debe adquirir en el día a día. Piense en eso cuando esté a punto de comprar un regalo más costoso de lo estimado.

Tenga bajo control su dinero plástico. Recuerde que las tarjetas de crédito no son un regalo. Son un préstamo de corto plazo a tasas muy altas que tendrá que pagar cada mes. Así que antes de lanzarse a realizar un “tarjetazo” calcule cuántos meses tendrá que trabajar para cubrir la cuota de ese antojo.

Planee sus regalos con cabeza fría. Haga una lista concreta de las personas que recibirán un obsequio suyo y qué valor piensa destinar a ese regalo. Una vez asignado el presupuesto, respételo.

Herencias de valor. Revise aquellos objetos que podrían ser valorados por sus seres más cercanos. Como libros, accesorios o un equipo electrónico en buen estado que reemplazó por el último modelo.

El recurso más valioso es el tiempo. Para que reflexione un poco sobre la manera como gasta su dinero, aprovechando las fiestas, le dejo esta frase magistral del expresidente de Uruguay, Pepe Mujica: “Cuando uno compra algo no lo compra con plata, lo compra con el tiempo de su vida que tuvo que gastar para tener esa plata”.

¿Cuánto tiempo está dispuesto a emplear el próximo año para pagar lo que se gastó en exceso en diciembre?

         

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diciembre
18 / 2020