“La isla de plástico también es culpa de nosotros”, Pirry

Diners siguió el viaje de una botella, desde Honda hasta el mar Caribe. Una campaña para tomar conciencia ambiental de Pirry y cerveza Corona. Esto fue lo que encontramos.
 
“La isla de plástico también es culpa de nosotros”, Pirry
Foto: Cortesía Corona
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Revista Diners

Una botella sin etiqueta, sin una firma comercial detrás, fue el objeto que eligió Guillermo Prieto La Rotta, Pirry, defensor de los derechos animales y del medioambiente, para demostrarle a los colombianos en dónde termina el plástico que día a día se bota en el país.

Pirry soltó la botella en el río Magdalena, y con un GPS integrado, rastreó su recorrido que comenzó en Honda, Tolima. La botella no iba sola, al momento de lanzarla, ya había otros desechos de plástico, bolsas de basura, canecas, cepillos de dientes e icopores que reposaban en las orillas del río, y que seguramente se sumarían a la travesía del envase .

Fue un camino de 5 días y 5 noches que fue fielmente reseñado en una bitácora digital, a través de Instagram en la cuenta @elviajedelabotella, en donde cualquier persona podía seguir de cerca su recorrido.


El plástico viajó junto a peces, tenedores y bolsas enteras de basura de puerto en puerto. Pasó por Puerto Boyacá, Puerto Nare, Puerto Berrío, Puerto Wilches, Puerto Mosquito, Puerto Sagoc, Santa Cruz de Mompox, Santa Ana y Puerto Las Carmelitas, llegó a hasta la desembocadura Bocas de Ceniza y llegó a la inmensidad del mar Caribe.

La botella sobrevivió a sumergirse en el fondo del río Magdalena y a quedar encallada en las orillas de los puertos gracias al seguimiento milimétrico de Pirry, que acostumbrado a dejar a los colombianos con la boca abierta con sus denuncias y a explicar de forma contundente lo que pasa en el país, también se sorprendió por la cantidad de basura que llega al río.


“Aunque la gente saca la basura para que se la lleven los camiones a los vertederos, muchas de estas bolsas terminan en el río y nosotros somos los que tenemos que pagar las consecuencias”, cuenta el periodista de 49 años, quien en el camino se topó con capitanes de botes y ciudadanos como Wilfredo Herrera, quien junto a otros habitantes de Puerto Nare, sacó más de 7 toneladas de plásticos del río Magdalena.

A mar abierto

Aunque la botella contaba con su debido GPS, Pirry le perdió la pista en el mar Caribe donde se reunió en un bote con una docena de periodistas, influencers y camarógrafos para relatar cómo fueron los últimos minutos del plástico antes de perderlo en la inmensidad del océano.

“Es increíble, pero parece como si todo lo hubiéramos mandado a hacer. La idea de la botella nació de una alianza con cerveza Corona, quienes suelen hacer limpieza de playas y campañas para evitar el uso de plásticos. Pero ahora nos encontramos con que en Puerto Colombia tenemos una playa de plástico y aquí al lado, en Isla Salamanca, están quemando basura a diestra y siniestra”, dice Pirry.

Aunque no fue necesario encontrar la botella para corroborar que todo lo que cae a los ríos termina en el mar. Solo basta con asomarse al agua, donde termina el río y empieza el mar, para ver un puñado de paquetes de galletas, unas pequeñas islas de basura flotante adornadas con algas marinas y bolsas de basura.

“Desde 1950 se han fabricado 8 mil millones de toneladas de plástico, lo que equivale al peso de mil millones de elefantes. Solo reciclamos el 9 % de este material y el resto termina en vertederos de basuras y en el mar. Vean la isla de plástico que se formó en Puerto Colombia”, recalca el periodista.

Sin embargo, Pirry, en ánimos de mejorar la situación, aclaró que los esfuerzos individuales son importantes para hacer un cambio efectivo. “Cuando estuve en África le pedí a una señora que me diera un mensaje para las futuras generaciones. Ella me corrigió y me dijo: ‘no, el mensaje debe ser para esta generación, porque o si no, no existirán las próximas’. Eso mismo le digo a ustedes, porque nosotros somos los responsables de que exista un futuro. La isla de plástico no es solo culpa de las instituciones, también es culpa de nosotros”.

“Me gusta que las personas me escriban que dejaron de pedir bolsas en los supermercados, que dejaron de comprar fruta plastificada y que se resisten a comprar café y agua que vienen en vasitos de plástico y botellas pet que tardan más de 100 años en degradarse”, concluye Pirry.

Corona, detrás de la campaña


Con una botella y un GPS, Corona se las ingenió para mostrarle a los colombianos los estragos que pueden causar una simple botella al medioambiente. Esta botella se reunió con la más de 800 toneladas de basura que se encuentran a las orillas de Puerto Colombia.

Más que un llamado a reducir el consumo de plásticos, es una alerta para negarse a usar cualquier plástico de solo un uso. “Yo me niego a usar pitillos y vasos que sé que van a terminar en una montaña de basura. Prefiero llevar mi vaso de café, mi pitillo de bambú y todo lo que necesite a la mano para no afectar más al planeta. Recuerden que los pequeños cambios hacen la diferencia”, recalca Pirry.

Es de ahí que Corona, junto a la organización Parley, invitan a los colombianos a generar cambios sustanciales, no solo en el Día Mundial de los Océanos (8 de junio) ni en el Día Mundial de la Tierra (22 de abril) sino todos los días. Si quiere empezar, le contamos que la marca recibirá el 15 y 16 de junio plásticos a cambio de una cerveza.

Esta campaña se suma a las jornadas de limpieza en las playas colombianas. Si usted quiere hacer parte de ellas y estar enterado a dónde puede ir, inscríbase aquí.

Corona y Parley han trabajado hasta la fecha con 25 mil voluntarios para limpiar 537 playas en más de 23 países, aproximadamente 3 millones de metros cuadrados. En Colombia, el objetivo es hacer 12 jornadas de limpieza para limpiar 120 mil cuadrados de playa entre finales de 2019 y principios de 2020.

         

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junio
6 / 2019