“No necesitas quedarte cuadrapléjico para valorar la vida”, Fritz Thompson

Óscar Mena
Este texto titulado “No necesitas quedarte cuadrapléjico para valorar la vida”, Fritz Thompson fue publicado el 18 de septiembre de 2018.
El 24 de abril de 2001, Fritz Thompson, de 33 años, volvía del trabajo a su casa en la carretera de Puebla – México, a bordo de su Volkswagen Golf verde. Iba concentrado en la vía, y con uno que otro pensamiento de su familia, los negocios y la rutina. Cuando llegó a la curva de Río Frío y Llano Grande una sombra lo sacó de sus pensamientos y sin tiempo de reaccionar vio cómo una camioneta pick-up blanca se dirigía al techo de su auto dando volteretas.
El auto de Fritz quedó compactado por la fuerza de la camioneta. Nadie pensó que el conductor sobreviviría a tal impacto. Sin embargo, Fritz estaba vivo, aunque con dos cervicales rotas y el cuello sumido en su cuerpo.
Una vez en el hospital, Fritz Thompson, despertó y sin rodeos los doctores le dijeron que a pesar de las cirugías e intervenciones quedaría cuadrapléjico. Fritz pensó en el suicidio, pero su condición le impedía realizar una acción violenta contra su vida. Después de muchas lágrimas, Fritz pensó en las dos opciones que tenía: “quedarme en la cama y echarle la culpa a un conductor irresponsable o agradecer la bendición de tener a mi familia y a mis amigos a mi lado”.
Cortesía: Fritz Thompson.
Con la segunda opción, este mexicano decidió someter su cuerpo y mente a ejercicios de 14 horas diarias durante 8 años continuos. Su historia se convirtió en noticia mundial porque es muy improbable que una persona recuperara la movilidad de su cuerpo.
Cortesía: Fritz Thompson.
El siguiente paso
No conforme con superar la cuadriplejia, Fritz intenta lo impensable: participar en un triatlón. “De la nada un día, a raíz de una clase de natación de mi hijo, se me ocurrió participar en un triatlón, a pesar de que tener problemas motrices, la fatiga y de que no me sirve la pierna izquierda”.
El triatlón sirvió para que Fritz se convirtiera en la primera persona en salir de la cuadriplejia y participar en una competencia de alto rendimiento. “Tuve que nadar, andar 40 kilómetros en bici y luego correr otros 10. Tenía argumentos para no participar, pero a pesar de eso lo hice para decirle a la gente que si yo pude participar en una triatlón la gente es capaz de hacer lo que sea”, sentencia.
Cortesía: Fritz Thompson.
Gracias a su historia, el mexicano está de gira por Latinoamérica y en su paso por Bogotá, Diners aprovechó para conversar con Fritz Thompson sobre sus secretos de superación:
¿Cuál es el principal problema que encuentra de las nuevas generaciones?
He observado que las generaciones actuales tiene un mundo donde todo es fácil y ellos no desarrollan habilidades para superar las dificultades. Uno de ellos es el tema de la perseverancia, no son virtudes que tiene en su día a día. Ahora se meten a Google y sacan la información que quieran o en WhatsApp y hablan con la persona que se les antoje.
Esto hace que sus personalidades sean muy débiles a la frustración y ¿qué es lo que yo observo? Que cuando se dan cuenta que la vida no es color rosa, no tienen la capacidad para enfrentar exitosamente este tipo de adversidades.
La vida puede ser pesada cruel, difícil y nosotros necesitamos desarrollar la resiliencia, que se define como la capacidad del ser humano para regresar a la plenitud partiendo de la adversidad.
¿Para que las personas salgan de su zona de confort necesitan una adversidad?
No. Eso es precisamente la razón de mi trabajo. Yo vivo con el deseo de contradecir un dicho que dice: “no se aprende en cabeza ajena”. Yo quiero que las personas que escuchen mi historia de vida se lleven el mensaje que el ser humano puede superar adversidades si incorpora a sus hábitos ciertas habilidades y características.
No necesitas quedarte cuadripléjico para conocer el valor de la vida ni entender que tienes capacidades y habilidades que solo necesitas desarrollar.
“Si tu haces tu parte las estrellas se alinean, el universo se abre y sucede lo impensable”… a qué se refiere cuando dice: “hacer tu parte”.
Me refiero a que el universo no se mueve solo. Si yo quiero bajar de peso tengo necesito una dieta y hacer ejercicio. No puedes perder peso por obra y gracia del Espíritu Santo. Si quieres estudiar tienes que inscribirte y esforzarte.
Todos tenemos que hacer nuestra parte y poner voluntad que es la que nos da la capacidad para mantener el esfuerzo hasta lograrlo. La vida es bella en esencia, pero puede ser complicada si no luchamos por lo que queremos.
Tengo que decir que antes de accidentarme, no tenía un objetivo de vida. Lo desarrollé a partir de este suceso. Si hubiera tenido mi objetivo de vida claro antes del accidente, lo hubiera manejado más fácil y sin menos sufrimiento.
¿Cuál fue el detonante para que encontrara ese propósito de vida?
Muy sencillo. Yo no tenía otra salida. Era: volverme resiliente o morir en vida y ante esa situación me pregunté mi porqué, la razón de existir y lo encontré en mi familia y todo ese grupo maravilloso de gente que me rodearon todo el tiempo.
Yo decía: “Mi vida se echó a perder, la de mi gente no. Yo tengo que hacer que mi gente vuelva a la bendita normalidad”. Esa se convirtió mi razón de existir.
¿Hay algún factor espiritual presente, o que al menos lo ayudó a usted en su caso?
Yo soy creyente por convicción y católico por educación. Soy consciente que mi caso es sumamente raro porque es la recuperación de un daño medular.
Te puedo garantizar que yo no hubiera tenido el mismo efecto en mi recuperación si yo me hubiera quedado tirado en la cama y empiezo a culpar el universo por haberme caído una camioneta encima.
No jugar el papel de víctima me dio resultados. Si queremos que el universo se mueva en la dirección que queremos tenemos que empujar. Así fue como lo hice realidad.
Cuándo estaba postrado en la cama y no veía mejoras, ¿cómo hacía para que la frustración no lo dominara?
Lo que sucede es que ahorita lo hablamos como algo fácil que sucedió en poco tiempo, pero fueron meses y meses en lo que yo suplicaba la posibilidad de suicidarme porque no quería estar así.
Sin embargo, en mi caso particular había una situación bastante clara y era que no había paso atrás. No podía ni suicidarme, así que ante esa situación pues estás obligado a echar para adelante, te guste o no.
Agradezco que en el momento no me pude quitar la vida porque hubiera sido un gran error. Hoy entiendo que armarme de fe, voluntad y perseverancia me hicieron salir adelante y enfrentar todo porque los errores se controlan y dominan.
¿Luego de la recuperación cómo llegó a ser conferencista?
La vida me llevó a ser conferencista. Cuando me accidenté yo estaba haciendo una maestría y 13 años después me aparecí en caminadora por la Universidad y todo el instituto, que había oído mi diagnóstico, me ven entrar y me piden a gritos contar mi historia y así empecé.
Ya llevo 12 años como conferencista y poco a poco se me fue abriendo el camino, hasta que hace algunos años me dediqué a dar conferencias a tiempo completo porque entendí que esa era mi vocación y mi servir a la sociedad.
¿Qué resultados ha visto con sus charlas?
Es increíble ver el resultado Te puedo decir que se me acercó una pareja a punto de divorciarse y me dijeron que gracias a mi historia lo intentarían, porque después se dieron cuenta que todo es posible.
También me gusta dejar claro que aunque no podemos cambiar las adversidades si podemos ver cómo reaccionamos a ellas. Porque soy creyente de que la felicidad es una decisión y nadie nos la puede arrebatar.
¿Cuál cree que es una de los problemas que tenemos las personas para no cumplir nuestros sueños?
El mayor problema que tenemos es que buscamos uno donde no lo hay. Nosotros nos quejamos de que nos duele el pie, pero no estás agradeciendo de que tienes pie, mucha gente ni siquiera tiene piernas y ante esa situación a no tener piernas, pues uno dice: “bendito dolor y bienvenido”.
O te quejas de lo insoportable de tu pareja, pero no sabes la cantidad de gente que no puede conseguir. Hay que agradecer y ser feliz en pareja. Si vas en el transporte público y te van empujando y tienes el cachete contra la ventana y casi no puedes respirar, también es agradable. Porque si esto lo llega a vivir un cuadripléjico en un camión o en un metro es una bendición que nunca tendrá, porque vivirá toda su vida añorando estar así, al menos un minuto.
Es fácil quejarnos de la vida, pero qué difícil es asumir la responsabilidad de la misma.
¿Cómo terminar con el deseo de la inmediatez y las frustración en la juventud?
Nuevamente vuelvo a los valores y virtudes que debe tener la gente. Para conseguir grandes logros requieren voluntad, perseverancia y fe. La fe antecede al milagro y esos valores, que logran lo impensable, los adquieres de dos maneras: que te los inculquen en la niñez y que te lo enseñen en todo momento o la otra opción es que como adulto consciente responsable entiendas que con determinación voluntad y perseverancia puedes salir adelante.
Debes entender que necesitas esos valores y virtudes para lograr las metas en la vida y este es un tema de querer. Lastimosamente cuando queremos la vida fácil el hambre se nos va, porque todo lo tenemos a la mano y pierdes todo objetivo en la vida.
Todo se trata de un tema de disciplina.
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