Cuatro datos para hacer parte de la Hora del Planeta
Revista Diners
El 24 de marzo, de 8:30 p.m a 9:30 p.m, se apagarán las luces de empresas, casas, edificios, centros comerciales de toda Colombia para darle paso al mayor movimiento por el medio ambiente de la última década: La ‘hora del planeta’.
Este movimiento nació en Sydney en 2007 como una respuesta ciudadana al cambio climático. Al año siguiente cientos de personas en todo el mundo se unieron desde sus casas, y el éxito ha sido tal que varios gobernadores y alcaldes decidieron llevar el movimiento más allá, para contar hoy con más de 7.000 mil ciudades imitando este movimiento tan sencillo como apagar la luz durante una hora. Es un poderoso ejemplo de un movimiento ciudadano que conquistó el nivel institucional.
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[/diners1]Colombia hace parte del movimiento desde 2008, y aunque no lo crea, durante esa hora los ciudadanos salen a las calles a marchar con el movimiento ‘Bosque Territorios de Vida’; una estrategia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para crear conciencia de la deforestación de nuestros bosques.
Por otro lado, las personas también se suman al movimiento con bicipaseos, en los que, según cifras de WWF, participaron más de 8.000 amantes de la bicicleta que pedalearon para hacer un llamado por la regulación y venta de vehículos sostenibles en el país.
Se espera que este año los edificios más emblemáticos de Colombia se apaguen por esta causa, así como lo harán el Kremlin de Moscú; la Torre Eiffel de Francia; el Empire State de Nueva York y la Sagrada Familia de Barcelona, entre otros.
Si aún no está convencido de apagar las luces de su hogar por una hora, vea los beneficios físicos y psicológicos adicionales que tiene para usted apagar las luces de su casa (a lo mejor hasta le queda gustando):
Potencialice el sentido del gusto y el olfato
La Sociedad de Psicólogos de Reino Unido reveló un estudio en el que asegura que comer en la oscuridad permite saborear y oler mejor las cosas. Según ellos, esto se debe a que el sentido de la vista limita a los otros sentidos, pues con tan solo mirar un plato de comida, con su respectivos colores, el cerebro analiza la información y se da una idea de cómo sabrá la comida sin permitirle a los otros sentidos poner de su parte.
En cambio, a oscuras el cerebro dependerá 100% de los mensajes que le envíen los sentidos del gusto y el olfato. Por un lado, se concentrará más en el sabor y la textura de la comida, mientras que reactiva varias neuronas que le ayudarán a ampliar su lista de gustos.
Entre más oscuro esté más creativo puede llegar a ser
Esta es la conclusión de la psicóloga Anna Steidle, de la Universidad de Stuttgart (Alemania), quien estudió la creatividad de tres grupos de personas, 100 por cada grupo, para comprobar los efectos de la luz sobre la creatividad y solución de problemas.
Los grupos fueron divididos en una sala con luz de oficina, luz de sala y iluminación de vela o opaca. El primer trabajo era imaginar un extraterrestre y dibujarlo, el segundo, fue resolver un problema de lógica en el menor tiempo posible. Para sorpresa de los psicólogos, los que estuvieron a poca luz tuvieron mejores resultados que los otros grupos. Es decir, la oscuridad sí funciona para hacer florecer la creatividad.
Dormirá mejor
Parece algo sencillo y no tiene nada de especial. Sin embargo, la oscuridad es un privilegio de la naturaleza que se ha perdido con la contaminación lumínica, los celulares y toda la tecnología que puede estar en su habitación.
Sin embargo, cuando el cuerpo encuentra un lugar a oscuras, como lo puede ser durante la Hora del Planeta, logrará reducir en un 62% los riesgos de sufrir depresión y obesidad, según reveló la doctora Cathy Wyse de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido). Wyse explica que la luz, sea de un celular o cualquier pantalla, reduce la comunicación entre las células, en otras palabras interfiere en el crecimiento del pelo y uñas y la regeneración de células.
Practique un instrumento
Si toca guitarra, piano, e incluso, batería, aproveche esta hora practicar, así como lo recomienda la neurocientífica Emily Petrus del National Institute of health de Maryland (Estados Unidos). Petrus estudió la reacción entre el cerebro de un músico que tocaba en una sala iluminada, y un músico que estaba en una sala oscura. El resultado reveló que el cerebro del músico que tocó a oscuras percibió más sonidos, mientras que el cerebro del otro músico tuvo una actividad cerebral más baja.
Luego se invirtieron los roles, obteniendo el mismo resultado.