¿Vale la pena el esfuerzo individual por cuidar el planeta?

Quienes reciclan ven su esfuerzo perdido entre el mundo de basura mezclado en los camiones recolectores. Algunas empresas se han ido uniendo a esta conciencia individual para hacerla mundial.
 
¿Vale la pena el esfuerzo individual por cuidar el planeta?
Foto: Noah Buscher en Unsplash
POR: 
Paola Páez

La evolución industrial ha sido durante el tiempo, una maraña de eventos que han hecho crecer de manera asombrosa el desarrollo del pensamiento humano y su progreso frente a nuevas herramientas y tecnologías que han sido causa además, de una silenciosa y paulatina autodestrucción. Quizás sea más fácil omitir el hecho de que somos parte de un planeta que vive cambios constantes donde somos nosotros, los seres humanos, principal herramienta de vuelo para su pérdida o subsistencia.

Nace entonces una conciencia de preservación presente desde hace algunos años, bajo criterios que aluden al cuidado del medio ambiente: proteger el entorno que nos rodea y dar uso adecuado del tratamiento industrial. En ello, la evolución de tecnologías es herramienta fundamental para el desarrollo de modelos sistematizados que permitan el aprovechamiento de recursos y buen manejo de desperdicios. Fines estratégicos que requieren cuidado del hombre en su organización y manipulación. Y es precisamente allí, donde radica una problemática inmersa en la teoría de “las buenas intenciones”.

Cuidar el planeta sí vale la pena

Quizás sea la rutina acostumbrada al uso, gasto y desecho de variedad de productos, quien recaiga en la paradoja del orden que da sentido a su propio desorden. Costumbre que enseña al consumidor normas básicas de llevar a la basura un producto consumido, con la intención de clasificarle según su material y crear una cultura de reciclaje que termina pecando de inocente por el descuido que anida dentro del sistema de cuidado de basuras.

Mientras algunos fabrican métodos caseros de reciclaje en sus hogares, arrojan sus desechos en la clasificación correspondiente de las canecas en sitios públicos, otros recogen el material para mezclarlo en camiones que limpian la ciudad y el esfuerzo termina en el descuido que anida dentro del sistema de cuidado de basuras.

Todo un efecto dominó…

Así, la clásica frase de “todo empieza desde casa” se convierte en cliché nombrado a base de las buenas intenciones de todos. Es un círculo vicioso que invita a los ciudadanos a ser parte de un juego de dinámicas vacías que no están realmente aportando a algún cuidado particular.

Hoy día, a nivel mundial se han intensificado variedad de campañas que apoyan los intereses por el cuidado del medio ambiente. Iniciativas que permiten crear, más que una conciencia de cuidado ambiental, costumbres dentro del consumo de productos que inviten a las personas a participar, de los beneficios que pueden llegar a tener las tecnologías aplicadas al cuidado del entorno que nos rodea.

La multinacional The Coca Cola Company y Coca Cola Femsa, es un ejemplo de ello. La reconocida marca ha creado un nuevo sistema que apoya los métodos de reciclaje por medio de uno de sus productos, el agua embotellada Brisa. La iniciativa ha sido nombrada “Botella eco flex, dale la vuelta”. Consiste en un nuevo diseño de botella plástica, que permite ser destrozada fácilmente, para generar menor grado de desperdicio, menos contenido de material plástico, con fácil posibilidad de colapsar. En conjunto con la empresa Enka, la marca Eko se une a la labor para reciclar dichas botellas, procesarles y transformarlas en resinas, filamentos y fibras como materia prima para elaborar prendas de vestir.

Otros ejemplos de cómo cuidar el planeta

Otra de las organizaciones que apoya la cultura de reutilización y cuidado del medio ambiente es“Cyclus”. A partir de la creación de una cámara de goma que se introduce en el interior de los neumáticos, prolongan su ciclo de vida haciéndoles más delgados y flexibles, con el fin de darle variedad de formas y crear accesorios como maletas, bolsos, billeteras, manillas, cinturones, entre otros productos. También está la organización Cempre, especialistas en el reciclaje que apoya las distintas organizaciones de recicladores del país.

En esta medida, la teoría de “las buenas intenciones” tiene su excepción al confirmar la regla: si no se hace parte de la solución, inevitablemente se sigue haciendo parte del problema. Así de sencillo. Si empresas como éstas siguen incentivando a sus consumidores a la compra y uso adecuado de sus productos, la cultura de reciclar y preservar de manera consciente, eficaz y agradable nuestro entorno, prosperará. Pero aun más que ello, será el hecho de que como consumidores, nos veremos en la inevitable reflexión de empezar a hacerlo desde casa.

Movimientos comerciales como estos promueven un sentido de pertenencia frente al planeta, funcionan como modelos positivos que involucran a la población en nuevas formas de apreciar y valorar indirectamente los recursos de la Tierra.

Es necesario asumir cierta nobleza frente al entorno natural que nos contiene. Tener presente la evidente situación: es el planeta quien sostiene ese mundo que hemos sabido construir y se requiere de su sustento y cuidado para que siga siendo del mismo modo.

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julio
10 / 2024