¿Por qué el cambio del clima afecta nuestro estado de ánimo?
Daniel Zamora
El IDEAM anunció que la temporada de verano se extenderá hasta principios de agosto de 2023. Esto quiere decir que debemos estar preparados con protector solar durante el día para proteger la piel. Entre tanto, también será la oportunidad ideal para disfrutar de los fines de semana y por supuesto ser feliz y jocoso, como lo descubrió el Norman Rosenthal en 1998, cuando realizó un estudio sobre la relación del estado de ánimo y el clima.
Según el experto, los cambios de temporada afectan directamente nuestras emociones. A ese fenómeno psicológico lo llamó Trastorno Afectivo Estacional (TAE), que actualmente es materia de estudio en el libro Winter Blues.
¿Cómo cambia el estado de ánimo con el sol?
Se conoce que la cantidad de vitamina D que absorbemos principalmente de la luz solar, se encuentra ligada a la producción de serotonina. Conocida como la sustancia que ayuda a aumentar la sensación de bienestar y felicidad.
En los días nublados la exposición a la vitamina D decrece, y por tanto, también la serotonina. Sin embargo, en época de verano las personas suelen estar de mejor humor e incluso hay menos estrés, al menos así se ve en las calles de Bogotá.
¿Y el estado de ánimo con la lluvia?
Entre tanto, los cambios de clima que incluyan nubarrones y tormentas, como lo dice la reconocida canción de Rafael Orozco: La creciente, hacen que sus emociones serán de nostalgia y tristeza. Así lo demostró la médica británica Sarah Jarvis, quien encontró que el 3 y 5 % de la población en Reino Unido tienen este trastorno. Mientras que el 12.5 % sienten tristeza de invierno, según le contó a la BBC.
En los países con estaciones se refleja más este fenómeno, incluso se estudia a fondo el Trastorno Afectivo Estacional, el cual sugiere que el 6 % de las personas en Estados Unidos sufren de TAE, y el 14 % experimenta nostalgia de invierno, que no alcanza a ser un trastorno.
Más antecedentes de la relación entre la lluvia y las emociones
En 2014 los investigadores Miren Gatón, Miguel González y Moisés Gaviria, del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao, publicaron un artículo explicando los postulados de Rosenthal. Allí cuentan que el TAE se diagnostica cuando la persona evidencia síntomas de depresión, como dificultad para concentrarse, ansiedad, irritabilidad y por supuesto, tristeza. También señalan que disminuye el apetito y el deseo sexual.
Sin embargo, en una de sus conclusiones, dicen que “existen otros factores como polución, nubosidad y la escasez de luz. Los pacientes con TAE prefieren días fríos pero luminosos que los días nublados calurosos, lo que sugiere que la temperatura es menos importante que la luz natural para el desarrollo de los síntomas en estos pacientes”.
Más que la lluvia, la razón de la sensación de tristeza radica en la falta de luz
Si bien es cierto que el trastorno afectivo estacional es tendencia en las poblaciones ubicadas al norte, en Islandia. Por ejemplo, realizaron un estudio para comprobar si había cambios en los diagnósticos por depresión entre personas de 20 a 70 años en verano e invierno, y no encontraron ninguna alteración.
Es más, en Noruega, donde llega a haber temperaturas de -40 grados Celsius, se utiliza un término que cambia la perspectiva que entiende al invierno como rudo e inclemente, “Koselig”. Esto significa acogedor, y sugiere una atmósfera que invita a realizar comidas en familia y utilizar la excusa del frío para acercarse a los demás.
Así que aunque existan explicaciones científicas del porqué el estado de ánimo cambia con el clima. Esto no sucede solo por esa razón, las variables son numerosas. Y aunque la lluvia influya e invite a oír una playlist nostálgica, no conduce ineludiblemente a escribir que luego del nubarrón que se alza en el cielo. Nuestros ojos llorarán como las tinieblas, sea lo que sea que eso signifique.
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