¿Sabía que vivir más ecológicamente también puede ser más barato?
Revista Diners
1. Cocine en su casa
Los empaques de los domicilios a menudo son imposibles de reciclar: el papel encerado de las hamurguesas, por ejemplo, o el cartón metalizado de la comida china, no tiene segunda vida. Ni hablar del icopor donde viajan sopas y otros tipos de comida que los colombianos, adictos al domicilio, reciben en sus casas. Y, por supuesto, cuando uno cocina es responsable de la calidad de los ingredientes: las papas fritas siempre se harán con aceite fresco, los tomates siempre estarán en su punto, etc. Así, la comida casera no sólo le evita el gasto constante, sino también es amigable con el entorno.
2. Evite la secadora
¿Sabía que la secadora de ropa consume la mayor cantidad de energía de todos los electrodomésticos de su casa? Evitarla y secar la ropa en las cuerdas es más amigable con el medio ambiente y con la factura de la luz.
3. Vuelva a las costumbres de las abuelas
Las servilletas de tela, por ejemplo, son una linda costumbre que se ha ido perdiendo en función de las más eficientes servilletas de papel. Sin embargo, tanto las servilletas de tela como los pañuelos son mucho más amigables con el ambiente, y, por supuesto, con el bolsillo.
4. Invierta en baterías reutilizables
Aunque en principio las pilas recargables son más costosas, pues además implican la compra de un cargador, a la larga son mucho mejores: las cámaras fotográficas de principiantes, los controles remotos y hasta los parlantes portátiles son grandes consumidores de pilas, y de esta forma usted tendrá siempre a la mano unas pilas casi nuevas.