Guía sencilla para elaborar el presupuesto de sus próximas vacaciones
Cristina Lucía Valdés Lezaca
Viajar es una delicia y todos anhelamos con ansiedad las vacaciones para desconectarnos de la vida laboral, disfrutar de tiempo libre con nuestras familias, relajarnos y conocer nuevos destinos. Pero las salidas también pueden convertirse en una completa pesadilla si no realizamos el presupuesto y su planeación con suficiente antelación. Lo que pintaba como una gran aventura podría terminar en un agarrón con la pareja, caras largas de los hijos o sobredosis de estrés, que es precisamente lo que queremos evitar.
Por eso, en estas vacaciones de mitad o finales de año nuestros mejores aliados serán tres: la planeación minuciosa, la ejecución de un presupuesto predeterminado y la financiación del viaje.
Saber cómo vamos a pagarlas es un elemento clave en todo el entramado de las vacaciones familiares. Si las descontaremos de los ahorros, las cargaremos a la tarjeta de crédito, pediremos un préstamo de libre inversión, acudiremos al fondo familiar o a la cooperativa de la empresa, o a una mezcla de todas las anteriores.
Presupuesto para las vacaciones
Armémonos de papel y lápiz o sentémonos frente al computador y aterricemos nuestros sueños. Para empezar, es básico tener claro de cuánto dinero disponemos y esto solo lo sabremos si llevamos un presupuesto de ingresos y gastos.
Asobancaria, en su módulo de educación financiera, aconseja llevar una contabilidad de la cantidad que se gana y la que sale mensualmente de nuestras arcas, porque esto ayuda a definir cuáles gastos en realidad se pueden asumir, y a organizar la plata de la mejor forma para hacerla rendir al máximo.
En teoría, del total de sus ingresos, una persona debe destinar la cuarta parte a la vivienda, 50 % a gastos como comida, transporte, alimentación, salud, educación, y el 25 % restante se considera consumo, y con ese porcentaje se deben cancelar las deudas que asuma la persona.
¿Dónde quedan las vacaciones?
Las vacaciones están dentro de lo que en finanzas se llaman gastos variables, al lado de la recreación y el vestuario.
Recordemos que estos períodos caen por lo general en temporada alta, época en la que se consume más de lo que se gasta en otros meses del año, y por eso necesitaremos un mayor presupuesto.
Lea también: ¿Cómo organizar un viaje con poco presupuesto?
Aquí es recomendable considerar cuáles son los gastos prioritarios y cuáles pueden esperar. Los rubros de transporte, comidas y alojamiento son los básicos.
Los demás –paseos y visitas a sitios de interés, recreación, regalos y recuerdos de viaje– vienen por añadidura y dependen del tamaño de cada bolsillo.
¿Cómo elegir el destino según el presupuesto?
Si ya tenemos chuleado lo correspondiente al dinero y contamos con un cálculo específico de lo que vamos a designar a las vacaciones familiares, así como el tiempo que estaremos por fuera, el siguiente paso será definir el destino.
Si nos quedamos en el país y queremos playa, brisa y mar, o si optamos por la ruta del café o por un destino exótico como Amazonas o el Pacífico.
Por citar un ejemplo, si vamos a ir a San Andrés, un lugar muy solicitado en vacaciones, hay que tener en cuenta que se exige a cada miembro de la familia el pago de un impuesto por el ingreso a la isla.
Para destinos internacionales…
Si el destino es internacional, hay que pensar en que todos tengan a mano el pasaporte vigente, con Zona de Lectura Mecánica, es decir, debe haber cambiado el pasaporte tradicional de hojas rosadas por el de hojas verdes.
También hay que mirar si nos piden visa para ingresar al país al que nos dirigimos. En este momento los colombianos podemos visitar 95 zonas sin necesidad de visa. Esto forma parte del presupuesto de viaje, porque las visas suelen ser costosas y demandan un tiempo significativo en su solicitud y emisión.
Cambie su dinero por divisas
Otro punto clave lo constituye la compra de divisas –moneda del país al que llegaremos–. Es pertinente llevar cambio en la moneda de origen, porque muchas veces en el lugar a donde vamos se suelen cobrar comisiones por la compra de moneda extranjera, sobre todo en ciudades muy turísticas.
Tampoco olvidemos que si la pareja está separada o alguno de los padres no puede viajar, los menores de edad y adolescentes necesitan permiso para salir del país por parte del progenitor que no viaja con el menor.
Cotizar hoteles para el presupuesto
Tanto si vamos a quedarnos como si optamos por un destino internacional, podemos cotizar hoteles y pasajes por una agencia de viajes en línea, o acudir a una local.
Es aconsejable comprar los pasajes con suficiente antelación, con el fin de que podamos encontrar rebajas y promociones en sitios web donde se comparan los precios de diversos recorridos. Los sitios recomendados son orbitz.com, kayak.com y travelocity.com, entre otros.
Allí se pueden cotejar tiquetes, reservar hoteles y alquilar vehículos. También pueden registrarse en páginas de internet de descuentos de vacaciones como lastminutetravel.com o booking.com, que envían alertas de las ofertas de último minuto.
Cuente el gasto de las escalas
Cuando volamos a otro país se recomienda no solo realizar búsquedas por origen – destino, sino por tramos y con escalas incluidas, ya que muchas veces resulta más económico adquirir pasajes por trayectos, y no el que ofrece el motor de búsqueda a primera vista.
Antes de comprar los pasajes indaguemos si se pueden redimir millas con los planes de viajero frecuente, lo que alivia un poco los gastos.
Ubicación del hotel
En cuanto al alojamiento, revisemos si el hotel que ofrece la agencia está estratégicamente ubicado para que, por ejemplo, podamos ahorrar en transporte y desplazarnos a los lugares de interés con mayor facilidad.
Examinemos también los servicios que incluye la tarifa seleccionada: desayuno, todo incluido, acceso a spa o gimnasio, piscina, bar y restaurante. Siempre ojo con la letra menuda.
Incluya en el presupuesto una tarjeta de débito y crédito
Sin falta tengamos a mano al menos una tarjeta débito y otra de crédito, emitidas por instituciones financieras diferentes, para evitar inconvenientes y averigüemos si no cobran comisión por compras realizadas en el exterior.
También preguntemos por el tipo de cambio de la tarjeta, pues en ocasiones el que ofrece la entidad es más favorable que el de casa de cambio, y en ese caso será mejor sacar dinero de un cajero en el lugar de destino.
Recordemos que las vacaciones soñadas solo se logran con una planeación juiciosa y aunque muchas veces hay que dejar que la vida nos sorprenda, cuando viajamos en familia es mejor dejar muy pocos detalles al azar.