La tecnología de 2015
Mauricio Jaramillo
En todo momento surgen tendencias tecnológicas que prometen transformar industrias, cambiar el mundo y sacudir nuestro estilo de vida –como si no fuera suficiente con lo que internet, los computadores y los dispositivos móviles ya han hecho en los últimos años–.
En 2015, algunas tendencias ganarán terreno y empezarán a saltar del mundo de las promesas, de las grandes empresas o de los países más avanzados a impactar verdaderamente la vida de la gente, incluidos los colombianos. Esta es una selección de las tres tendencias que se verán el año entrante.
INTERNET DE LAS COSAS:
LA PRÓXIMA OLA
Hoy, tras cuatro décadas de evolución de internet (y dos de masificación), hay 3.200 millones de personas conectadas a la red. Ahora, imagine esto: para 2020, la firma consultora Gartner estima que habrá 25.000 millones de “cosas” conectadas a internet, mientras que Cisco es más optimista y duplica esta predicción. Internet de las Cosas (IoT, por su sigla en inglés) promete llevar prácticamente cualquier cosa y desde cualquier lugar a internet.
Hoy ya hay muchas “cosas” –objetos o aparatos “tradicionales” que siempre estuvieron aislados– que se empiezan a conectar a esta red, como los televisores, las neveras, los termostatos y los automóviles, pero ya se comienzan a conocer prototipos o productos comerciales como cepillos de dientes, hornos, cerraduras y hasta tenedores.
En concreto, IoC hace que cualquier aparato analógico o incluso no eléctrico, por medio de sensores y antenas, se conecte a internet y comparta datos sobre los usuarios o sobre el entorno.
A simple vista, IoC beneficiaría solo a personas con grandes recursos para conectar y automatizar sus electrodomésticos y elementos del hogar, como las cortinas y la iluminación, pero en realidad ayudará a todo el mundo, porque será usado en las más diversas industrias. Por ejemplo, los parqueaderos podrán conectar cada puesto a internet y avisarles a los conductores dónde hay cupos, lo que mejora la productividad, ahorra tiempo, y ayuda al tráfico de las ciudades. En el campo, las cabezas de ganado serán “cosas” que, con distintos sensores, avisarán cuándo están enfermas o en gestación.
WEARABLES O DISPOSITIVOS VESTIBLES
Desde hace más de una década, la industria tecnológica ha prometido que la ropa podrá aprovechar los recursos de cómputo, pero solo hace algunos años esta idea empezó a mostrar avances reales, que apuntan hacia la misma dirección de Internet de las Cosas: consiste en agregar sensores y conectividad de internet a la ropa y a los accesorios para aumentar su utilidad o brindar usos completamente nuevos.
Este año llegaron a Colombia los primeros relojes inteligentes, así como las pulseras conectadas que miden el pulso, el ejercicio físico, las calorías consumidas, la exposición a los rayos ultravioleta y hasta los hábitos del sueño. Estos son solo algunos de los pioneros entre los wearables, pero ya hay otros representantes de esta tendencia, como las joyas conectadas y las gafas inteligentes, que permiten a los usuarios complementar lo que ven con información proveniente de internet o de un teléfono inteligente –algo que se denomina “realidad aumentada”–.
Todo esto, más el anunciado Apple Watch, que ha incrementado el interés por estos dispositivos, ha hecho que se empiecen a convertir en una moda y, de alguna forma, en un símbolo de estatus.
Pero esta tendencia también llega hasta la salud, el bienestar y el deporte. Empiezan a surgir las prendas con biosensores, que miden el ritmo cardiaco, la temperatura, el sudor y otras variables. Todos ellos son capaces de recolectar información sobre el cuerpo, la salud y los hábitos personales, que, aprovechadas por médicos y clínicas, permitirán lograr diagnósticos tempranos y una atención más personalizada.
John Freddy Vega, un emprendedor que lidera la startup educativa Mejorando.la, afirma que “los wearables son promocionados como gadgets de lujo, pero son la revolución más importante en investigación médica. Muchísimas personas empezarán a medir su pulso cardiaco y su actividad física 24/7, y a entender sus ciclos de sueño”. Esto no solo impactará la vida de los usuarios de esta tecnología, sino también la salud pública.
IMPRESIÓN 3D, UNA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Es algo tan revolucionario que aún se desconocen sus límites, y genera ilusión entre los analistas, al igual que temores ante la posibilidad de imprimir armas y productos ilegales.
A diferencia de la impresión tradicional, esta utiliza polímeros y otros materiales para producir, con base en planos, piezas físicas, que van desde juguetes hasta medicinas y órganos del cuerpo.
John Freddy Vega, de Mejorando.la, afirma que “ya es una revolución en el mundo de las prótesis. Una mano artificial ‘profesional’ puede llegar a costar hasta 50.000 dólares, mientras que una impresa en 3D cuesta solo 50”.
Por su parte, Estefanía Vega, que busca llevar la impresión 3D a los colegios de Colombia, asegura que “esta tecnología está a punto de cambiar nuestras vidas, sus aplicaciones se extienden a casi todas las áreas del conocimiento, transformando la manera de crear, transportar y almacenar muchos de los productos actuales”.
Estas impresoras aún no se han masificado por sus costos, pero se espera que en 2015 sus precios sean más asequibles.