¿Por qué la gente en Colombia no quiere tener hijos?
Revista Diners
El DANE reportó la cifra más baja de la historia de nacimientos con 510.357 en 2023, manteniendo la tendencia negativa desde 2021 cuando se reportó por primera vez menos de 600 mil nacimientos en un año. ¿Será que la gente en Colombia no quiere tener hijos o no se lo pueden permitir por la economía y la salud?
Antes de responder a estas preguntas, vale la pena destacar que este fenómeno se ha replicado en todo el mundo desde los tiempos de la pandemia. Según cifras del Banco Mundial, desde 2021 hay una constante reducción histórica en la tasa de natalidad desde 1963, cuando apenas hubo 36 recién nacidos por cada 100 mil habitantes en el planeta.
La reducción de la fuerza laboral en el mundo ha llevado a la Organización de las Naciones Unidas a pronosticar que en los próximos 10 años la población de 60 años será el 46 % de todo el planeta y faltarán manos para ocupar los puestos que hoy tienen los jóvenes.
Sin embargo, este no es un secreto para aquellas parejas que pueden tener hijos, pues en los últimos años el no tener descendencia ha sido una decisión consciente por parte de las parejas, como señala el Institute for Family Studies, que hace énfasis en una preocupación creciente por los costos de vida, el cuidado infantil y la deuda por préstamos estudiantiles, entre otras objeciones que hacen que las personas retrasen o renuncien a tener hijos.
No todo es por el dinero
El Fondo de Población de las Naciones Unidas destacó que ahora con el empoderamiento femenino, más mujeres tienen mejores condiciones de salud y más información sobre sus derechos reproductivos, por lo que se han evitado millones de embarazos no deseados en Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático.
Sin embargo, este mismo hecho ha llevado a las parejas a discutir por el costo de oportunidad de la paternidad, es decir, que ni el hombre ni la mujer de la relación están dispuestos a renunciar a sus oportunidades laborales, pues sería renunciar a toda una vida de logros educativos.
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Esto se ve reflejado en el último estudio del Journal of Economic Perspectives, en el que se sugiere que el mayor culpable de la disminución de nacimientos en el mundo es la falta de compromiso real entre personas bajo un común acuerdo, como lo es el matrimonio, y la misma fertilidad por la cantidad de horas laborales a la semana, el aumento del estrés y la disminución de la líbido. En pocas palabras, un coctel para no tener hijos.
A esto se le suma que entre los adultos de todas las edades, el 63 % de las mujeres sin hijos dijeron que no deseaban tener un hijo, mientras que tan sólo la mitad de los hombres dijeron lo mismo. Entre las principales razones de las mujeres para no tener descendencia es que desean mantener su independencia personal con un 42 %, mientras que los hombres alegaron cuidar sus finanzas personales en un 33 %.
El deseo aumenta a los 42 años
En este estudio internacional de la Journal of Economic Perspectives encontraron un fenómeno que vale la pena destacar y es que llegados a los 40 años, tanto hombres como mujeres cambian de parecer y desean tener hijos sin importar el costo, los problemas ambientales u otras razones presentadas a nivel general por la población.
Lo interesante es que no los quieren tener de inmediato, sino que se trata de una proyección a futuro, es decir, de los 42 años en adelante. Sin embargo, es aquí donde empiezan los problemas de fertilidad en los hombres, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud.
El beneficio personal va por encima de todo
Un sondeo rápido entre la generación millennial y centennial confirman los argumentos para no tener hijos que halló el Institute for Family Studies, en la que se destaca que la vida del menor sería demasiado pobre en medio de un cambio climático, las pocas posibilidades de generar ingresos extra y la preocupación porque el niño o la niña salgan sin ninguna enfermedad considerable.
A continuación, lea algunos de los pensamientos de estas dos generaciones:
1. “Apenas puedo cuidar de mí misma y mucho menos de un niño”, Marta, 30 años.
2. “Me gusta mi vida exactamente como es. Los niños pueden mejorarla o empeorarla. Pero, como esto es increíble, me siento muy bien con que las cosas sigan como están”, Sofía, 28 años.
3. “No quiero ser padre. Esa es una razón perfectamente válida”, Andrés, 24 años.
4. “Preferiría ayudar a que una vida existente sea mejor a través de la adopción que crear otra. Además de no transmitir mi genética menos que óptima”, Juan, 34 años.
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5. “Creo que soy un mejor miembro de mi comunidad sin hijos. Creo plenamente que este no es el caso para todos y hay muchos padres fantásticos”, Mabel, 36 años.
6. “La responsabilidad es una de las cosas que más odio en mi vida. Quiero tranquilidad. No quiero tratar con una criatura de la que tengo que encargarme de todo”, Esteban, 23 años.
7. “Simplemente no siento que lo desee lo suficiente, y uno realmente debería querer tener un hijo para poder dar el 100% como padre”, David, 20 años.