¿Carrera en el extranjero? Consejos para lograr estudiar fuera de Colombia

Cada vez más universidades en países como Estados Unidos salen a buscar estudiantes potenciales en América Latina. Con el gancho de otorgarles becas económicas y otras ayudas, atraen a las familias que quieren abrir las puertas del mundo a sus hijos.
 
¿Carrera en el extranjero? Consejos para lograr estudiar fuera de Colombia
Foto: Ilustración Sindy Elefante @sindyelefante /
POR: 
Adriana Macías

Sofía comenzó a tocar violín a los siete años, pero a los diez sus papás se dieron cuenta de que el interés por la música iba en serio y contrataron a un profesor de alto nivel; en poco tiempo, la joven entró a la Orquesta Filarmónica Juvenil. Sin embargo, lo que en principio era tan solo un pasatiempo se tornó serio cuando se acercaba su grado de bachiller.

Ella, fanática de las películas de Disney, fue con sus papás a un musical de Broadway, y desde ese día decidió que iba a estudiar para ser compositora de música para cine. Y lo logró. En junio pasado terminó su segundo año de carrera en la Universidad del Norte de Texas, en Denton, una institución pública en la que encontró lo que necesitaba: la carrera de sus sueños (Film Scoring), una beca generosa que cubre gran parte del costo del semestre, tarifa de estudiante local y profesores que están conectados con la industria cinematográfica. 

Con apenas dieciocho años, Sofía empacó maletas y se fue a perseguir sus sueños. “Ella comenzó a investigar sobre la posibilidad de salir del país desde el noveno grado, pero al  revisar las opciones que ofrecía el país en esta área nos dimos cuenta de que no existía una industria de cine en la que Sofía pudiera concretar un desarrollo profesional. Le tocaba irse”, dice Oswaldo, su papá.

La búsqueda inicial la hicieron por Google, donde además de identificar algunas instituciones también se toparon con una agencia que se dedica a asesorar a familias que buscan programas académicos en varias universidades del mundo para sus hijos. “En el proceso, que nos costó cerca de cuatro millones de pesos, encontramos opciones en universidades públicas y privadas, pero estas últimas suelen ser mucho más costosas”, afirma el padre.

Finalmente, gracias a Hollywood Reporter encontraron el ranking de las mejores universidades del mundo en Film Scoring y se enfocaron en cinco instituciones a las que se postuló la estudiante. “Sofía logró becas en tres universidades, pero la que más ayudas económicas le daba era la de Texas, así que fue nuestra opción más firme”. 

Si se avispa, paga casi lo mismo que en Colombia

Laura, que obtuvo doble titulación en Economía y Administración en la Universidad de los Andes y está pagando un crédito del Icetex, me comentó que su hermano menor quería estudiar en el exterior el pregrado, pero su papá lo desanimó cuando le dijo que eso valía mucho dinero.

Si bien el papá de Laura está en lo cierto, existen opciones de auxilios económicos muy generosos que pueden equiparar el costo con el de las mejores instituciones educativas en Colombia.

“Se necesita una base para iniciar, pero afortunadamente Sofía logró una beca de USD 4.000 y además accedió a una tarifa de estudiante del estado de Texas. Ese primer semestre pagamos la colegiatura por USD 5.000 y desembolsamos USD 6.000 más para su manutención, gracias a un esfuerzo muy grande que hizo nuestra familia”, dice el empresario.

Consciente de lo que implicaba estudiar la carrera de sus sueños, el siguiente semestre Sofía se ganó una beca llamada Buen Vecino, que les otorgan a jóvenes latinos no mexicanos que tienen un excelente promedio académico. “Así, pasamos a pagar USD 1.500 por semestre porque mi hija también consiguió un trabajo en la universidad administrando uno de los pisos donde se alojan los estudiantes. Le pagan USD 300 mensuales y recibe sin costo el alojamiento y la alimentación. Actualmente, estamos pagando un promedio de USD 3.000 por semestre, incluyendo manutención”, explica.

Si se considera que el semestre en una universidad top del país cuesta entre $18 millones y $22 millones, o unos $15 millones si el estudiante es juicioso y se gana una beca, la carrera de Sofía sale un poquito más barata en tierras norteamericanas. Sin embargo, esto lo logró ella rebuscando opciones para ayudar a sus papás en Colombia.

Competencia por los estudiantes

Catalina López comenzó un canal en YouTube que se llama Cafecito con Cata, con el fin de apoyar a familias que migran a Estados Unidos en todo su proceso de reubicación y adaptación. La iniciativa se fortaleció tanto, que hoy ya cuenta con una empresa establecida, la cual se encarga de apoyar todo el proceso de quienes quieren vivir en ese país o enviar a sus hijos para que cursen sus estudios allá.

López asegura que tienen 400 casos de éxito de personas que han decidido buscar opciones en Estados Unidos. “Disponemos de una red de aliados que ayuda a ubicar colegios, universidades, becas, hacen consultoría de negocios y todo trámite que se requiera en el proceso”. 

estudiar en el extranjero
Ilustración Sindy Elefante @sindyelefante

Tras la pandemia, los jóvenes y sus familias han encontrado en internet un montón de oportunidades académicas en ese país, así como en Canadá. “Aquí hay muchas instituciones en crisis porque los jóvenes no quieren cursar una carrera profesional, pues en Estados Unidos les basta con certificar habilidades para acceder a trabajos bien remunerados. Por eso se están enfocando en atraer estudiantes extranjeros”, explica.

Con todo, este no es un fenómeno exclusivo de los países avanzados. Las universidades privadas en Colombia también están experimentando una baja sensible en el número de estudiantes desde hace siete años, según un informe del Observatorio de la Universidad Colombiana. Una de las razones por las cuales la matrícula universitaria sigue cayendo es que “muchos jóvenes acceden a formación para el trabajo y el desarrollo humano (que no se contabiliza en la tasa de cobertura)”, señala la institución.

A estos se suman quienes toman educación virtual con universidades en el exterior, incluso los que se forman con alternativas no formales en internet en áreas como programación y desarrollo informático, porque simplemente ven mejores opciones laborales, y más efectivas, que estudiar cuatro años carreras que no responden a las necesidades del mercado laboral.

El desafío de irse a estudiar en el extranjero

De las 39 niñas que se graduaron este año del Gimnasio Los Portales, en Bogotá, cinco obtuvieron becas para realizar sus pregrados en universidades de Estados Unidos, Canadá y Japón. Juan Carlos Pulido, director de Secundaria Alta y Programa Diploma en el colegio, explica que la institución ha venido apoyando los procesos de internacionalización de los estudiantes, pero que no se trata solamente de un tema académico sino de todo un estilo de vida que requiere preparación. 

“Las familias deben poner sobre la mesa varios aspectos que hay que considerar. Lo económico es importante, pero no es el único factor que se debe tomar en cuenta, porque también se trata de un cambio cultural y de la preparación emocional de las niñas que van a enfrentar solas ese proceso”, asegura. Lo cierto es que en este plantel se llevan a cabo diversas actividades de inmersión con pares en países como Canadá y Estados Unidos, ya que forman parte de la comunidad IB (bachillerato internacional), lo que facilita hacer este intercambio de experiencias en diferentes momentos de la formación.

“Nosotros evaluamos si la estudiante está preparada para ese reto, y también revisamos con las familias si el programa en el exterior realmente vale la pena y ofrece un diferencial con respecto a una universidad en el país. En algunos casos, hemos recomendado que comiencen sus estudios en Colombia y luego viajen, porque estamos convencidos de que es la opción más conveniente para las familias”, puntualiza el académico.

Camila, de dieciocho años, es una de las jóvenes que saldrán del país dentro de pocas semanas con rumbo a la Universidad de Toronto, en Canadá, para estudiar Matemáticas. Siempre se destacó por ocupar los primeros lugares gracias a su rendimiento académico, y desde octavo grado se dedicó a investigar, con el acompañamiento del colegio, qué áreas del conocimiento eran de su mayor interés. 

Giovanny y Gloria, sus papás, la vieron revisar currículos y trabajar con el apoyo de la psicóloga del colegio en la definición de su orientación vocacional en los últimos tres años. Adicionalmente, tuvieron la disposición de construir un fondo de ahorro programado para cubrir los estudios de sus dos hijas.

Para Giovanny, el acompañamiento del colegio ha sido esencial, pues ellos, a diferencia de Oswaldo, no contrataron ninguna agencia para hacer el proceso; además, contar con la certificación del programa IB ha sido un diferencial, puesto que se facilitan los procesos ante las universidades y ha evitado que les exijan nivelación. 

Aunque Camila obtuvo una generosa beca de la Universidad de Toronto para estudiar una carrera universitaria que tiene pocos fans, el esfuerzo económico de sus papás será grande. “Por cursar Matemáticas, nos ofrecieron una beca del 40 %; el costo total es de USD 250.000 y nos dan USD 100.000 como auxilio durante los cuatro años de carrera. En todo caso, sumando los costos de mantenimiento de Camila, la inversión puede salir en $550 millones”, dice Giovanny.

La familia está convencida de que su hija puede gestionar más ayudas cuando se ubique en Toronto, pues todas las instituciones educativas ofrecen becas y subsidios a sus estudiantes y muchos se pierden. “La ventaja es que ella tendrá la opción de hacer prácticas bien remuneradas con la empresa privada durante el tercer y cuarto año, así que eso nos va a facilitar el tema financiero”, asegura el papá de Camila.

Más allá de los números, tan solo la perspectiva de estudiar en el exterior cambia la mentalidad de los jóvenes. Sofía, la hija de Oswaldo, sueña con tener su propia productora musical en Estados Unidos y ya está tomando clases de dirección y gestión de empresas para lograr ese propósito. Más adelante, se visualiza haciendo una maestría. 

A su turno, Camila está dichosa con la perspectiva del viaje, aun cuando todavía no le han entregado la visa de estudiante, por lo que Giovanny y Gloria decidieron reservar el cupo en la Universidad de los Andes. “Uno no sabe si las cosas saldrán 100 % como se planearon, así que tomamos la decisión de asegurar su cupo en Colombia porque la universidad le otorgó una beca muy atractiva. Si llega la visa, se va para Toronto y nos reembolsan el valor del semestre, pero si se la niegan, ya tiene el cupo listo para empezar”, puntualizan.

Lea también: Millenials y generación Z, entre la desesperanza y el compromiso por el cambio

         

INSCRÍBASE AL NEWSLETTER

TODA LA EXPERIENCIA DINERS EN SU EMAIL
agosto
10 / 2023