OÍRAMARÌO, un monólogo musical con Mario Duarte
Revista Diners
“Me quité las botas y se me quitó la rabia”, dice Mario Duarte, el actor, músico y cantante, que se animó a subir a las tablas del Teatro Nacional para ofrecer al público una combinación de stand-up, musical y hasta performance donde cuenta un poco de su historia y la de los colombianos amantes al rock, los boleros y la cumbia por igual.
Además, casi por petición del público, Duarte hace una parada obligatoria por su paso en Betty La Fea, como el éxito televisivo que lo llevó al estrellato nacional e internacional, y arroja secretos de esta producción, así como recuerdos tras bambalinas sobre su personaje Nicolás Mora.
Duarte también encuentra el espacio perfecto para hacer transiciones musicales acompañado de un percusionista y un tecladista, donde su voz y una guitarra acústica le sirve para apelar a la nostalgia nacional, gracias a éxitos musicales de los años 70, 80 y 90.
Es así como Mario Duarte recibe aplausos en intervalos de su obra, como sinónimo de aprobación, porque a partir de su vida logra contar la historia sincera del mundo musical de los colombianos, ideal para que todo fanático de la música reciba una clase magistral de los éxitos de ayer y hoy.
Diners conversó con Duarte sobre la construcción de esta propuesta a la que puede asistir todos los martes y miércoles a las 8:30 p. m. en el Teatro Nacional (Calle 71 #10 -25).
¿Considera a OÍRAMARÌO como un musical o un stand-up?
Esa es una de las cosas que hemos discutido entre amigos, porque no está claro el género. Eso se mueve entre música en vivo, pero también algo de stand-up porque es una persona parada frente a la audiencia hablando y también tiene algo de monólogo teatral.
Pero creo que hoy todo se vale y se puede mezclar todo, así que simplemente dejo que pase.
Se quitó las botas y se quitó la rabia, dice el eslogan de OÍRAMARÌO, pero ¿para usted qué es la rabia?
La rabia es un sentimiento super orgánico. Es una cosa corporal. La rabia me parece que no es un asunto que pase por la cabeza o las ideas, sino que es como cuando algo te duele después de golpearse, porque la rabia se siente muy física y pues con los años se me ha quitado esas rabietas que me daban.
¿Cuál es su forma metafórica favorita de quitarse las botas?
La vida sin cambios sería aburrida, monótona y sobre todo una traición a sí mismo. Así que cuando me quito las botas es para un cambio de la manera de verme a mí mismo y decir: ‘oiga hasta de pronto puedo actuar’ y me metí ahí y me encontré con una profesión.
Y cuando estaba actuando volví a sentir la necesidad de cambiar de ponerme en plan de hacer música y fue cuando cree El Puñal y ese disco que está lleno de emociones y refleja otro momento de mi vida.
A final de cuentas, los cambios te llevan a cosas mejores sin pararle tanta bola a los demás y ser más fiel con uno mismo.
El público ve en OÍRAMARÌO una obra de nostalgia y una en la que Mario Duarte expía sus pecados, ¿cómo la ve usted?
Cuando uno habla de uno mismo y confronta lo que es, con lo que la gente vio desde el exterior mas la versión de uno mismo empiezan a suceder cosas, como sueños recurrentes en los que aparecen amigos que ya no están o personajes del pasado que recuerdo mucho y permanecen en mi memoria. Pero OÍRAMARÌO no es un compendio de recuerdos, sino más bien una reunión de nostalgias y una ventana a cómo nos vemos hoy en día.
Hablando del repertorio musical, vemos toda una influencia musical que pasa por el rock, los ritmos caribeños, los boleros y la salsa en su obra, pero ahora ¿Qué está escuchando?
No soy un melómano, pero sí soy fan y me gustan cosas como la música del Pacífico que me tiene enganchado ahora. Todo lo que es Nidia Góngora me encanta, pero también me gusta toda la movida joven que hay alrededor de cosas cercanas al rock y al pop.
También vi que viene Blur en noviembre y dije: ‘ve bacano ver a esa gente’, porque me parece una banda sollada. Incluso me gusta lo que está pasando en el país con la música, considero que hay gente muy talentosa y mucha movida y sale gente nueva. Todos los días espero participar de ese diálogo con los demás.
Y hace poco acaba de relanzar la canción Cinco Pistolas, ¿qué nos puede decir de esta canción?
Esa canción yo la grabé hace 20 años, luego hice una versión con La Derecha que me gustaba y luego vi las dos y dije: ‘la que hice hace 20 años es la que está buena’ y además no estaba en plataformas.
Entonces lo subí y el 28 de julio ya subo el disco completo. La gente lo está disfrutando y le parece divertido. Era un momento en el que también quería meterle humor al rock porque lo sentía muy trascendental, por lo menos el mío.
Ahora que está en una producción importante de cultura, desde la música y el teatro, ¿cómo evalúa el éxito desde su visión como artista?
Creo que todo se ha democratizado muchísimo, todo está al alcance de todos y ahora creo que en ese sentido el éxito también se ha democratizado, entonces cada quien tiene sus seguidores y cada quien tiene su impacto. Veo mucha gente exitosa en redes y no los conozco, y si me pongo a mirar tiene millones de seguidores, pero es porque cada quién puede llegar a ser exitoso en su ámbito.
El éxito es generacional, pero no se puede negar el del pasado con el del ahora. Además deberíamos pasar del éxito como una idea absoluta, porque si la canción, la película o la obra te quedó buena, pues ya tienes éxito medido por cómo lo hacemos.
Finalmente, ¿qué desea que se lleve el espectador con OÍRAMARÌO?
Que el espectador sepa que tenemos cosas en común, que participamos en una cultura colombiana que tiene un montón de cosas divertidas y bacanas, que tiene mucho sentido del humor. Solamente espero que la gente salga contenta y que la gente quiera charlar de la obra y que les deje algo.