“La fidelidad es un invento de la sociedad”, experta en terapia de parejas

Revista Diners
Una noche fría en Bogotá, Juan y Laura se reunieron en un café del centro de la ciudad con la esperanza de evitar el divorcio de sus siete años de matrimonio. Incluso, invitaron a sus padres para hacer parte de la conversación.
“Mijita, no entendemos por qué se va a separar si sube fotos tuyas a redes sociales, te lleva de viaje y te compra joyas. ¿Acaso no es suficiente”, dijo la mamá de Laura. “Te cuida y te ama”, añadió la suegra.
Entre tanto el suegro y el papá de Laura coincidieron en que era infeliz porque Juan no era ingeniero como ella, mientras que el mismo Juan se preguntaba si había conocido a otra persona. Sin embargo, la decisión de poner fin al matrimonio era porque no existía una conexión sexual, cosa que a los suegros y a los padres de Laura no lograron entender, pues se trata de un acto natural, que consumaron bajo la bendición de Dios, ya que se trataba de una pareja cristiana.
Para ellos, el matrimonio cumplía una función designada por Dios y el divorcio era un acto del diablo entre dos personas en las que no hubo ni un orgasmo en siete largos años de relación. Aunque Juan intentó planear unas vacaciones exóticas; asistió a terapia y probaron hasta un nuevo colchón. La cosa sencillamente no funcionó.
Antes de firmar la sentencia final y terminar con una relación en la que había un apartamento y cientos de millones de pesos en juego, una amiga de Laura le sugirió abrir la relación, es decir, llegar a un acuerdo con Juan para que cada uno pueda buscar una pareja anónima y satisfacer sus deseos sexuales. Fue así como en menos de un mes se fortaleció el vínculo emocional e incluso Laura y Juan hoy viven felices sabiendo que están satisfechos en todos los aspectos de su relación.
¿El poliamor es la solución a todos los problemas?
El poliamor se conoce como una relación amorosa en la que están vinculadas de forma simultánea tres o más personas con consentimiento y conocimiento de los involucrados. “Esto existe desde hace miles de años, lo que pasa es que la civilización moderna lo castigó porque necesitaban que los hombres y mujeres tuvieran hijos establecidos dentro de un núcleo familiar, para así tener un control de la sociedad”, explica Lara Ferreiro, psicóloga de parejas y autora del bestseller de Amazon: Adicta a un gilipollas.
Según estadísticas recogidas por la aplicación de encuentros Ashley Madison, el 80 por ciento de las mujeres confiesan no llegar al orgasmo con su pareja, por lo que deciden cambiar de mentalidad y abrir la relación, con una serie de acuerdos, como por ejemplo: cada dos meses puedes tener una pareja sexual, pero no puede ser un amigo en común, una persona de su trabajo o alguien a la que se le vincule emocionalmente.
“Es que 1 de cada 4 personas está optando por una relación poliamorosa porque quiere sentirse deseada, conquistada sin perder lo que han construido con su pareja y la incondicionalidad e intimidad emocional”, explica Ferreiro. Sin embargo, este recurso es válido si cumple dos aspectos. Primero, que las dos personas de la relación estén de acuerdo, y segundo, pero no menos importante, que existe una madurez emocional para afrontar este desafío.
El prototipo de persona madura emocional
“Esta persona prioriza su autocuidado para ofrecer lo mejor a su pareja. Sabe con claridad qué es lo que está faltando en su relación y no va a desconfiar que su relación se acabe por acostarse con otra persona, porque está buscando exclusivamente la satisfacción sexual, después de eso nada más”, explica Ferreiro, quien asegura que son pocos los casos en los que se enamoran y dejan a la pareja porque se trata de personas adultas con hijos y todo un patrimonio construido con su pareja matrimonial.
Existen parejas que son aptas para una relación poliamorosa, que llegan a acuerdos a través de un libro que hable sobre el tema; otros con la ayuda de un experto psicólogo de parejas y otros con solo la comunicación verbal para gestionar lo que se desea.
Los que no están listos para el poliamor
Las parejas que desean estar en una relación poliamorosa están seguras de su valor como persona y de sus sentimientos. Saben que se trata de un aspecto que no pueden cubrir, por lo que necesitan un buen tercero y cuarto que ayude con ese tema para equilibrar la balanza.
“Si es una persona que no tiene amor propio o le falta ejercitar ese aspecto absténganse de una relación poliamorosa, porque empezarán los celos irracionales, acompañados de comportamientos tóxicos acompañados de creencias en los que vea a su pareja como parte de su propiedad”, comenta Lara Ferreiro.
También hay que identificar que no sea usted el del problema, porque existen personas con un hábito de devorar personas y mantenerse insatisfechas. “Esto pasa porque vivimos en una generación consumista entonces creemos que las personas son igual de desechables que una servilleta. Lo cierto es que si encuentras una persona maravillosa con potencial, no termine la relación, cuídela y mejore lo que hay que mejorar”, comenta la experta.
Es ahí donde entran las cosas negociables y no negociables. Si usted tiene claro en una lista escrita que está dispuesto a cambiar o a tolerar versus las cosas que no pasará por alto, le será más fácil conseguir a alguien de su tipo.
“Finalmente la fidelidad es un invento de la sociedad para generar estructuras organizadas. Sin embargo, si no está satisfecho emocional o sexualmente puede abrir la relación, teniendo en cuenta que no existen príncipes ni princesas perfectas porque eso es una idea de Hollywood, porque aquí no se salva nadie. Aquí tanto hombres como mujeres tenemos defectos a corregir siempre”, comenta Ferreiro.