Ángela Durán de Zuluaga, la mujer que habla con los ángeles

Ángela Durán de Zuluaga tiene un nombre ligado a lo que ha experimentado toda su vida: la presencia de ángeles que la acompañan y guían en sus decisiones. Desde los cinco años tiene esa claridad.
 
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Mauricio Gaviria

El 7 de noviembre de 2010, a mis 64 años, estuve a punto de morir. Sufrí una baja de presión que por poco me detiene el corazón. Eran las nueve de la mañana cuando sentí una debilidad y una falta de aire que me obligó a acostarme. En ese momento escuché: “Vas a sentir todo el rigor de la muerte, te correspondía morir en este instante pero vamos a prolongar tu vida porque te necesitamos un tiempo más en la Tierra”. Después de un frío que nunca había experimentado, el calor volvió a mi cuerpo. Esa misma noche, aún en cama, la misma voz me dijo: “Transmitirás un mensaje que te vamos a dar”. Tres días después, una fuerza interna me puso a escribir sin pausa. Al cabo de seis meses publiqué el libro Transformación y plenitud de vida a través de los ángeles y la astrología. Todo me lo dictaron ellos, hasta el diseño de la carátula, que representa el árbol de la vida.

Comencé a buscarlos cuando tenía cinco años. Recuerdo claramente la noche en que me dirigí al patio interior de mi casa y miré a las estrellas antes de dejar salir un clamor: ¿Por qué me dejaron aquí, en este planeta? Quería que los ángeles me respondieran.

Desde pequeña experimenté intensamente mi espiritualidad y el contacto con otras dimensiones que no percibimos con los sentidos. En la misa diaria del colegio sentía la presencia de Dios dentro de mí, y ya entonces sabía que los ángeles no solo estaban en la Biblia, sino que nos acompañan a cada paso que damos.

Por alguna razón, las personas siempre han acudido a mí para contarme sus problemas. Mi anhelo ha sido lograr que todos vivan tranquilos. Yo me preguntaba: ¿Por qué unos sufren y otros no? ¿Cómo hacer para que todos estén contentos?

Buscando la solución, entré a estudiar sicología en la Universidad Javeriana, pero dejé la carrera tres años después porque sentí que no me daba las respuestas que yo necesitaba. Entonces empecé a explorar temas como la trascendencia espiritual, la parasicología, los fenómenos paranormales, la meditación, los milagros y el misticismo de Oriente. Aunque aplicaba esos conocimientos a mi vida personal y familiar, con el pasar de los años cada vez más gente acudía a mí para que la ayudara a resolver situaciones de amor, salud, trabajo o dinero.

A los 40 años mi vida dio un giro radical: empecé a dictar talleres de crecimiento interior para ayudar a más personas a llevar una vida armoniosa. Muy poco después, a principios de los noventa, irrumpió en Colombia el boom de los ángeles y fue ahí cuando entré de lleno en el tema. Por otro lado, de la mano de uno de mis hijos conocí la astrología y descubrí la fuerte relación que ésta tiene con los ángeles. Después de tantos años de exploración comencé a entender que la respuesta acerca del sufrimiento está en nuestro propio inconsciente. Es simple ley de atracción: todo lo que nos sucede es producto de lo que proyectamos y atraemos a través de él. Si detectamos lo que nos hace infelices, podemos cambiar.

Hoy en día trabajo con la astrología y con los ángeles para generar esos cambios hacia el bien. La carta astral revela conflictos, prejuicios y traumas que están en el inconsciente y afectan la vida de cada uno. A partir de ello puedo darle a la persona sugerencias para resolver los bloqueos que le impiden vivir tranquilo. El lector se preguntará cómo entran aquí los ángeles. Bueno, ellos tienen un papel fundamental, pues parte de su tarea es liberarnos de las pulsiones propias del ego, como el rechazo, las dependencias materiales y afectivas, la envidia, los celos, la arrogancia, la mentira y la rabia. Todos, sentimientos de bloqueo.

Dependiendo de nuestra fecha, hora y lugar de nacimiento, Dios nos lanza al mundo en compañía de ciertos ángeles que mediarán en cada evento de nuestra vida. Cuando nos salvamos de un robo, hay un ángel; cuando nos quedamos sin trabajo, hay un ángel; cuando nos casamos o nos divorciamos, hay un ángel; cuando experimentamos una situación que pone en riesgo nuestra vida, hay un ángel.

Los ángeles son seres sabios que nos ayudan a descubrir por qué estamos vivos y cuál es nuestra misión en la Tierra. Es cuestión de estar atentos.

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marzo
17 / 2012