¿Cómo se explica el amor de un hincha por su equipo de fútbol?

¿Por qué somos hinchas de un equipo que siempre pierde? ¿Nos podemos enamorar de un equipo? Diferentes estudios le han hecho un minucioso seguimiento al llamado “deporte rey” y han intentado resolver estas y otras inquietudes.
 
¿Cómo se explica el amor de un hincha por su equipo de fútbol?
Foto: Mateo Aguirre/ @heybro_art
POR: 
Daniel Zamora

El amor por el fútbol o por un futbolista o por un equipo resulta una exageración. Incluso hay gente que dice que es incomprensible. Sin embargo, unos investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal, encontraron la respuesta ha tanta pasión. 

Reunieron a 61 fanáticos del Porto y el Coimbra y les mostraron una serie de videos en los que proyectaban, por ejemplo, imágenes de sus equipos derrotando a sus máximos rivales y también perdiendo contra ellos. Mientras tanto, les iban realizando escáneres por resonancia magnética.

Los resultados fueron contundentes. La dopamina, la llamada hormona del amor, aumentó. “Se sabe que la dopamina es fundamental en el procesamiento de la memoria y de la memoria de placer o de recompensa.

El amor por el fútbol sí existe

Luego de ganar un partido, los hinchas son 3,2 % más felices durante una hora; sin embargo, cuando pierden, la tristeza duplica el valor de la felicidad y alcanza a ser del 7,8 %.

Cuando una persona ve imágenes de las personas que ama, se activan ciertas áreas del cerebro, y fue asombroso descubrir que los mismos circuitos se activaban cuando veían imágenes de su club, eso está relacionado con que la persona se siente parte de un grupo”, le explicó a Diners, Catarina Duarte, una de las investigadoras.

En 2006 se emitió el primer capítulo de Atlas, la otra pasión, una serie que cuenta la historia del equipo argentino que llegó a ser considerado, en el año 2000, el peor equipo del mundo.

“El último de los últimos”, así se le conoció al conjunto cuyo atractivo era ser el equipo que más partidos perdió, al que más goles le convirtieron y que más veces descendió. En 2011, Atlas llegó a una final que, de ganarla, le permitiría subir a la categoría C del fútbol argentino. Perdió, y desde entonces, Matías Silva, porteño hijo de uruguayo y argentina, se enamoró del club.

“La gente apoya al equipo porque entiende que el jugador de Atlas es alguien que lucha el doble, no solamente por lograr resultados deportivos, sino en la vida; todos los jugadores que han pasado por el club trabajan en otra cosa, hasta tienen dos trabajos para mantener a sus familias.

El orgullo de seguir a un equipo de fútbol

Nunca le regalaron nada, debe cuidar la ropa el doble, si se le rompe una remera no hay otra de reemplazo. Todas esas cosas pequeñas te hacen ver que el jugador de Atlas realmente la sufre, la vive día a día y cuida cada cosa que le dan”, cuenta Silva desde Buenos Aires, quien por cosas del fútbol terminó siendo el community manager del club.

Los dos momentos más importantes para Silva, como hincha de Atlas, han sido dos derrotas. La primera, cuando perdió la final en 2011 y la segunda, cuando el equipo fue vencido 3-0 por River Plate.

“Sentía orgullo porque los jugadores habían llegado a su máxima expresión, ¡un equipo de la división D enfrentando a uno de los mejores del país!, me sentía orgulloso por ver lo que pasó con Wilson Severino (el goleador histórico), que apenas entró fue a abrazar a un rival, a Leonardo Ponzio, defensa de River, es como un cuento. En ese momento todos éramos Wilson, todos éramos Atlas, no fue una derrota triste, estaba contento”.

El fútbol genera ese tipo de paradojas; y según investigadores de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, la anécdota se complementa al saber que un hincha de fútbol, sea del equipo que sea, así esté acostumbrado a ganar títulos, sufre más de lo que disfruta.

Los aficionados no son más felices por el fútbol

“Si una persona ve imágenes de las personas que ama, se activan ciertas áreas del cerebro, descubrimos que los mismos circuitos se activaban cuando veían imágenes de su club”.

Después de analizar tres millones de respuestas de 32.000 personas, determinaron que luego de ganar un partido, los hinchas son 3,2 % más felices durante una hora; sin embargo, cuando pierden, la tristeza duplica el valor de la felicidad y alcanza a ser del 7,8 %.

“La mayoría de los hinchas te dicen que el fútbol los hace felices, pero este análisis de información cuenta una historia muy distinta”, le explicó George Mackerron, uno de los investigadores, a la BBC.

Quien es hincha de un equipo lo hace por varias razones: porque en su familia se lo inculcaron, porque los títulos que consigue lo cautivaron, “o por épica del perdedor. Se generan solidaridades y empatías con los equipos que no ganan hace muchos años o que tienen muy poco palmarés o trofeos.

Se vuelve tan apasionado el que todo lo ha ganado como el que todo lo ha perdido. Es un contexto desde la sociología simbólica muy importante, porque esto define su identidad y la alteridad”, aclara Alejandro Villanueva, investigador social del deporte de la Universidad Pedagógica.

Para Villanueva, la pasión que despierta este deporte pasa por el negocio que se construyó alrededor de él. “Casi todos los días hay fútbol, ya sea Copa Libertadores, Champions League, ligas locales o grandes torneos. Cada año y tres meses tenemos un megaevento mundial de fútbol: Copa América, Mundial Sub-20, Copa Confederaciones, Mundial Femenino, etc.

Todo está pensado en clave de consumo, y un hincha puede invertir entre 20 y 25 horas de su tiempo a la semana solo viendo fútbol”.

¿El fútbol puede ser una causa de estrés?

Un hincha puede invertir entre 20 y 25 horas de su tiempo a la semana solo viendo fútbol.

A esta dinámica del deporte, que lo posiciona como el más popular del mundo, se le suman los hallazgos que realizó un equipo de científicos del Laboratorio Nacional de Álamos, en Nuevo México, los cuales encontraron que el fútbol resulta tan apasionante porque es el más impredecible. A esa conclusión llegaron luego de analizar más de 300.000 partidos de diferentes deportes jugados durante el siglo XX.

Esta pasión hace que los sentimientos de euforia y nerviosismo se sientan por igual. Durante la final del mundial del 2010, cuando se enfrentaron España y Holanda, los hinchas ibéricos vivieron, quizá, futbolísticamente hablando, el día más estresante de sus vidas.

“La palabra que mejor resume ese momento es tensión, sobre todo cuando llegamos a la prórroga, pasado el minuto 100 te dabas cuenta de que cualquier jugada podía marcar la diferencia, un gol en esos momentos, por resultado y nivel anímico, te deja fuera, y así ocurrió, o eres campeón del mundo o pierdes en una jugada… Holanda tuvo ocasiones muy claras, que salvaron Casillas y Puyol cortando milagrosamente…, una tensión muy grande”, narra Javier Horas, español que en ese entonces tenía 18 años.

Niveles astronómicos de testosterona

Un gran gol se aloja en una parte del cerebro que algunos utilizan como herramienta para combatir enfermedades degenerativas.

Según la investigación realizada por Mercedes Almela, del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Valencia, y publicada en la revista especializada PLOS ONE, los niveles de testosterona de los hinchas superaron 29% el nivel habitual, y el cortisol, la hormona que se libera como respuesta al estrés, creció al 52%.

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“El fútbol es una amenaza para la identidad social. Si gana tu equipo eres el mejor, pero si pierde quedas vencido. El cortisol y la testosterona te preparan para afrontar esa situación que amenaza tu yo social”, le explicó Almela al diario El Mundo de España.

Luego vino el gol de Iniesta. “Un momento increíble, fue una locura, y muy raro también, quedó solo delante de la portería y no lo creía posible, pensé que era fuera de juego, cuando remató y validaron el gol, saltas, gritas, te abrazas, se siente como si no fueses persona, no puedes describirlo, y es una sensación increíble, la felicidad hecha momento, uno de los momentos más felices de mi vida”, añade Horas.

Los recuerdos del amor al fútbol

“El alzheimer borra la memoria, pero no la pasión por el fútbol ni las emociones, eso es lo que queremos recuperar a través de terapias de reminiscencia”.

Todos los momentos que reúne el fútbol, desde los gloriosos hasta los más desastrosos, dejan una huella en la mente. Y no es exageración. Las sensaciones que imprimen en la memoria la habilidad de un jugador legendario, o un gran gol, se alojan en una parte del cerebro que algunos utilizan como herramienta para combatir el alzhéimer.

En 2014, la Universidad Autónoma de Barcelona, aliada con la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos, realizó una investigación en la cual concluyó que hablar de fútbol ayuda a las personas con alzheimer y deterioro cognitivo a estimular su memoria, atención y mejorar el estado de ánimo.

“El alzheimer borra la memoria, pero no la pasión por el fútbol ni las emociones, eso es lo que queremos recuperar a través de terapias de reminiscencia”, explica en un video la doctora Laura Coll, investigadora principal del estudio.

Realizaron una alianza con la revista deportiva Líbero, que elaboró cuatro ediciones especiales como si hubiesen sido publicadas en las décadas de 1940, 1950, 1960 y 1970. En ellas narraron momentos importantes en la historia del fútbol y plantearon ejercicios para estimular la memoria.

La relación del fútbol con el alzhéimer

“El fútbol tiene una capacidad impresionante para trasladarnos a la infancia. Es un lugar virgen, puro de felicidad e ilusión, sin la contaminación del paso de los años. El último resquicio hacia la felicidad, el recuerdo de las tradiciones familiares, los partidos con los amigos, las ilusiones infantiles, las alegrías compartidas”, le explica a Diners, Diego Barcala Pérez, editor y director de Líbero.

El plan era llevar los libros a todos los centros que trataban el alzhéimer, pero el proyecto, financiado a través de crowfunding, no logró la recaudación esperada, así que con lo conseguido se le apostó a elaborar revistas digitales y una radio con los audios de partidos como Real Madrid – Pontevedra en 1968, que puede sintonizar a través de la página http://footballmemories.revistalibero.com/

Todas las emociones que le puede dar el fútbol

Ilustración: Mateo Aguirre/ @heybro_art.

La ciencia ha demostrado que la pasión por el fútbol llega a determinar desde aspectos externos, como el consumo, hasta internos, como la producción de dopamina en el organismo.

Amor, ansiedad, estrés, alegría, tristeza, son algunas características de la anatomía del hincha, que lo llevan al punto de decir que apoya a un equipo porque siempre pierde, o hasta asegurar que estará enamorado de él por toda la eternidad.

¿Cómo se explica el amor de un hincha por su equipo de fútbol? fue publicado originalmente el 4 de julio de 2018

         

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octubre
14 / 2021