El viaje introspectivo de “Looking For…”

Andrea Said, documentalista bogotana nacida en Londres, habla sobre su película "Looking for..." y los retos que trae contar una historia íntima y personal en donde la protagonista es ella misma.
 
El viaje introspectivo de “Looking For…”
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Gloria Esquivel

El “Spectacle” es un pequeño cine independiente ubicado en Brooklyn que parece más un bar underground que una sala de exhibición. Sus puertas están cubiertas con calcomanías de bandas locales, grafitis y afiches de eventos que alojó el teatro en meses pasados como un ciclo de cine polaco de culto o una retrospectiva de películas de Marguerite Duras.

En medio de todo esto sobresale el afiche de Looking for… documental de la realizadora bogotana nacida en Londres Andrea Said, que se presentó el pasado sábado 5 de abril en este espacio alternativo neoyorquino y que desde su estreno en 2012 ha viajado por el Festival Internacional de Cine de Cali, Miradasdoc en Bogotá, DocMontevideo, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y, más recientemente, el Colombian Film Festival de Nueva York.

Teaser Español Looking for from Said on Vimeo.

 

El afiche, que en la parte superior muestra la mano de una mujer sobre un álbum familiar sosteniendo una foto de cuando era niña y, más abajo, cuatro viñetas de la película en donde se puede ver a Andrea sosteniendo una cámara frente a un espejo y la imagen de cuatro hombres islámicos que miran estoicos al frente, anuncia una historia íntima y muy conmovedora.

Y es que Looking for… cuenta por medio de una primera persona muy honesta la historia de la búsqueda que la directora emprendió cuando decidió viajar a Londres a encontrar a su padre. Armada con su cámara video 8 (hoy casi amateur para los estándares de la industria), su registro civil y el número de algunos detectives privados, Andrea se embarca en la misión de encontrar a aquel hombre pakistaní que ella jamás conoció y de quien no tiene recuerdo alguno pero sí muchas preguntas. La película, que acopia material grabado entre el 2000 y el 2002 le llevó a la directora un largo proceso de diez años en donde tuvo que enfrentarse con el reto de contar una historia extremadamente personal y verse a sí misma como un personaje en busca de su origen.

¿Por qué fue tan lento el proceso entre la grabación del material y el resultado final de la película?

Fue un proceso de tres partes. Yo filmé el material en el 2000 y luego empecé a editarla pero entré en conflicto con ese corte porque no era sólido y lo dejé durante muchos años. Había decidido que no iba a hacer esta película, pero como era una historia tan personal siempre terminaba volviendo a ella. Muchos años después, en 2007, volví a revisar el material, que en total eran como unas 60 horas de grabación, e intenté hacer otro corte pero en ese momento estaba trabajando sola y no tenía a un montajista que me ayudara y dejé ese segundo corte a la mitad. Luego en 2011 decidí volver a retomar el material y se armó el proyecto que terminó en esta película.

¿Qué fue lo que cambió en ese último intento por darle forma a su historia?

Hacer esta película nunca fue algo fácil. Para mí era muy duro ese tema y tuve que enfrentarme con cosas muy profundas que me llevaron a cambiar de cabeza y a crecer mucho. Cuando me di cuenta que yo ya no era esa niña que aparecía en ese material sentí que podría agarrarla y ser mucho más honesta. Me di cuenta que en los intentos pasados estaba escondiendo mucho material de mí misma pues me daba mucha pena verme como un personaje. Pero cuando pude retomar el proyecto con ojos de productora pude escribir el argumento y darle forma a la historia.

¿Cuando viajó a Londres ya tenía en la cabeza que iba a hacer esta película?

Sí. Desde mucho antes yo siempre tuve esa pregunta por mi papá y sabía que tarde o temprano iba a resolverá.

¿Por qué hacerlo a través del cine?

La verdad nunca me lo pregunté. Comenzó a pasar y fue un proceso muy intuitivo.

¿Cómo fue ese proceso de verse a si misma como el personaje de la historia que quería contar?

Fue muy interesante porque comencé a transcribir lo que veía en imágenes y a darles una estructura narrativa. Me puse a buscar una serie de imágenes que yo había grabado hace muchos años para mirarme y encontrarme como personaje. De los 17 a los 22 años yo coleccionaba imágenes que me iba encontrando con mi cámara video 8. Eran imágenes que no sabía muy bien para qué grababa pero que me contaban una historia, así fuera algo muy íntimo que sólo yo entendía. Volver a verlas me sirvió para ver esa mirada tan genuina que se escondía detrás de ese video álbum. También me sirvió para armar a esa Andrea que estaba buscando a su papá en Londres y que estaba siguiendo pistas. Darle capas. Volverla real. En esas imágenes encontré mucho material que contaba quién era ese personaje y así pude verme con distancia.

¿Es necesario distanciarse de uno mismo para poder contar una historia autobiográfica?

Durante todo este proceso me di cuenta que esta historia realmente le pasa a mucha gente. A pesar de que esta es mi historia, y es muy íntima, también tiene que ver con experiencias que le pasan a mucha gente. No sólo por el tema de la búsqueda del padre, sino porque en el fondo esta película habla sobre reconciliarse y eso es una historia universal. Alguien siempre está buscando a alguien, todos nos estamos en últimas buscando a nosotros mismos. Yo estoy mostrando una parte muy íntima de mi vida, y eso es verdad, pero también estoy contando la historia de muchas personas que también están buscando algo.

Podría decirse también que la película cuenta la historia de su mamá y de la época que ella vivió en Londres…

Eso es cierto. Durante toda la película yo vuelvo a andar sus pasos. Yo estoy haciendo los trabajos de migrantes que ella hizo, estoy viviendo la experiencia que ella vivió en Londres y yo también estaba a la espera de un encuentro con mi papá. De alguna manera creo que en esta película yo también la estoy buscando a ella.

¿Por qué apostarle al documental para contar esta historia autobiográfica?

Yo creo que el documental es un género en el que se puede experimentar muchísimo pues permite contar una historia desde muchos lados; pero lo que siempre queda de plano es el punto de vista de quien la está contando.

Llama la atención que utiliza otros recursos experimentales como la animación y la música para contar la historia.

Sí. Digamos que esta película es muy clásica en su edición porque es muy cronológica, pero también presentaba el reto de tener que mostrar eventos que pasaron hace mucho tiempo y de los que no hay ningún registro. Para esto nos decidimos por la técnica de la rotoscopia (calcar dibujos sobre cada fotograma para animarlo) y hacer el ejercicio de imaginar la manera de contar un testimonio. Además esa técnica nos pareció que iba muy bien porque de alguna manera la película también es así, hecha a mano.

Al igual que la música…

Sí, la banda sonora de la película la hizo el grupo bogotano Las Malas Amistades y es música que también tiene esa sensación de ser hecha en casa. Para Looking for… ellos improvisaron música instrumental sobre las imágenes. Yo saqué las secuencias que necesitaban musicalizarse y les contaba desde las emociones lo que estaba pasando y de ahí ellos arrancaban a tocar y en una sesión de un día la grabamos toda.

¿Cree que de alguna manera hacer este documental le ayudó a resolver preguntas sobre su padre?

Es raro porque finalmente él es el único personaje que está desde el comienzo hasta el final. Es quien no está, pero que está en todo. Fue un reto construir un personaje así, pero también se hacía evidente que él estaba en todos lados. Al final creo que fue encontrarme con ese personaje que es una gran ausencia y por eso mismo lo empapa todo.

         

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abril
8 / 2014