La pasarela de Colombiamoda: Isabel Henao

Lectora impenitente, diseña para mujeres y para niñas, con éxito reconocido hasta por María Clemencia de Santos, esposa del presidente de Colombia y quien usualmente elige de esta diseñadora sus prendas para momentos especiales.

Isabel Henao nació en Medellín y se estrenó con su primer desfile en Colombiamoda en 2002. Una verdadera sorpresa porque todo el mundo la identificaba como modelo.

“Fue un ejercicio tremendo de verdadera ‘women show’ porque hacía todo. Ni siquiera tenía taller, era estudiante, pero aproveché la oportunidad que la universidad me ofreció para presentar mi trabajo en esta pasarela, antes de irme a estudiar al Instituto Marangoni de Milán”.

La diseñadora trabaja en un taller situado en una calle cerrada, al norte de Bogotá, donde resulta increíble que pueda vencer el bullicio de una de las más transitadas calles de la ciudad. Pero sí lo logra en una pequeña casa habilitada también como punto de venta de sus marcas Isabel Henao y Petetit. Es precisa y muy metódica y las paredes de su oficina están tapizadas con papeles impresos que han sido el embrión de “Pietra”, su más reciente colección.

Está a punto de casarse, el próximo mes de septiembre, en medio de árboles semejantes a esculturas en una casa campestre a las afueras de Bogotá y menciona el hecho con tal emoción que algo parece trasladarse, volátil, desde este acontecimiento a su trabajo creativo. Gracias a las fotografías hechas en distintos entornos naturales obtiene buena parte de las referencias claves para pensar en las texturas y en los colores de la colección que presentará el miércoles 23 de julio en Colombiamoda 2013. “Puedo ver con el tacto”, desliza.

El escultor uruguayo Paolo Atchugarry y sus formidables piezas de mármol se convirtieron en pieza fundamental para deshilvanar la idea del nuevo trabajo creativo de Isabel Henao. De ahí vienen también los colores: los grises de tipo asfalto, blancos mármol, negros, azules y un naranja fuerte. “Quiero explorar la sensación de piedra, no de manera literal sino una sensación que va de la piedra real a manchas que voy haciendo sobre papel. Desde esa acuarela lavada recupero de nuevo la escultura y la traslado al patronaje. He pedido estampar estas telas en la India”.

Isabel acaba de recibir un paquete de textiles de su contacto que está en Nueva York y tiene entre sus manos una tela que no había solicitado. Una que resulta exactamente, por casualidad extraña, justamente lo que ella quiere.