Gato Gris, el restaurante de Bogotá entre los mejores del mundo

La reconocida guía Tripadvisor Travellers' Choice 2021 eligió a Gato Gris, como uno de los mejores restaurantes del país. Vea más aquí.
 
Gato Gris, el restaurante de Bogotá entre los mejores del mundo
Foto: Cortesía El Gato Gris
POR: 
Óscar Mena

Si desea celebrar en familia o con amigos vaya a Gato Gris, uno de los mejores restaurantes del mundo según la reconocida guía de turismo Tripadvisor Travellers’ Choice 2021. Gracias a millones de reseñas de clientes satisfechos, este icónico local del barrio La Candelaria se posicionó en el 10% de los mejores lugares para visitar en el mundo.

Su trabajo con productores locales y empeño para abrir sus puertas en medio de la pandemia, lo convirtieron en el referente empresarial y turístico de Bogotá, como lo reconoció Anato, en el marco de la edición 40 de su Vitrina Turística 2021.

Para celebrar estos logros, Diners lo invita a conocer la historia de primera mano de este restaurante de La Candelaria:

Gato Gris, el restaurante de los bohemios

Hace 25 años el empresario Arturo Morales se convirtió en un reconocido gastrónomo que arregló una casa en el Chorro de Quevedo, en La Candelaria (Bogotá), para convertirla en un restaurante llamado El Gato Gris. Con Monserrate de fondo, este lugar se convirtió en un oasis para bohemios bogotanos y turistas ávidos de sabores colombianos fusionados con lo mejor de la cocina mediterránea.

En el restaurante se encuentra una tarima donde artistas de la talla de Andrés Cepeda interpretan sus mejores canciones e incluso comparten sus más íntimos secretos. “Las noches en El Gato Gris le sirvieron a Andrés para cantar en compañía de otras personas que tenían el corazón hinchado de amor. Incluso, dijo que me iba a comprar el restaurante porque era tal y como soñaba su negocio, pero sin pensarlo le decliné la propuesta”, comenta Morales.

Sus paredes blancas están adornadas de fotografías y pinturas surrealistas que contrastan con su despensa de ingredientes naturales, cultivados por campesinos colombianos que dejaron la siembra de coca para ofrecer los mejores palmitos, lechugas, tomates y verduras del mercado.

“Desde hace tres años trabajamos con familias, madres cabeza de hogar y víctimas del conflicto armado del Putumayo, Cauca, Valle del Cauca y Nariño porque estamos convencidos de que apoyando su trabajo se construye país”, comenta Morales, quien agregó al menú del restaurante los palmitos con tahine.

Ingredientes orgullosamente colombianos

Palmitos tahine

Palmitos tahine. Foto: Cortesía.


Para entender lo que hay detrás de cada plato servido en El Gato Gris es necesario ver que los agricultores cumplan con rigurosidad su trabajo en el campo, con cosechas de alta calidad gracias a las condiciones climáticas y la diversidad de nuestra geografía.

“Este proyecto se logró con el apoyo de los chefs que trabajan con nosotros y que nos ayudaron a hacer el contacto para comprar directamente a los agricultores”, comenta Morales.

Esto último, sin duda, favorece la calidad gastronómica por la que es reconocida El Gato Gris, un restaurante con chefs, meseros y clientes quienes están convencidos de que cada plato debe contar una historia sobre el país.

“En El Gato Gris y en toda La Candelaria hemos buscado narrar historias y generar experiencias únicas en los comensales. Por eso, cuando empezó la pandemia, sabíamos que debíamos innovar y que esto debía estar acompañado con la resiliencia. Esto nos permitió comunicarnos con familias no solo del Putumayo, sino también de Usme para continuar apoyando la producción local y en un futuro cercano dejar de proveer a nuestra cocina con intermediarios”, explica el fundador de El Gato Gris.

Palmitos y pandemia

Morales, junto a su esposa Ana María Urrea, no son ajenos a la delicada situación gastronómica del país causada por la pandemia. Por eso, su equipo conformado por madres cabezas de familia y jóvenes chefs se las ingeniaron para ser de los primeros restaurantes en movilizar la iniciativa Cielo Abierto.

“¿Cómo se les ocurre sacar mesas al aire libre? ¡Nadie se va a sentar ahí! Dijo la gente cuando empezamos este proyecto a los tres días de declarada la cuarentena. Sin embargo, la iniciativa creció con el apoyo de otros restaurantes y empezamos a ayudarnos los unos a los otros”, comenta Urrea.

Así fue como este restaurante de La Candelaria presentó su nueva carta con los Palmitos de tahine, los cuales, como asegura Urrea se ajustan a toda clase de paladar. “Es un plato vegano que viene con nueces crocantes y aceitunas, que le dan un toque agridulce perfecto”.

El corazón de El Gato Gris

El Gato Gris, dueños

Arturo Morales y Ana María Urrea. Foto: El Gato Gris.


De la casa donde actualmente está el restaurante existen varias teorías que la señalan como un baluarte arquitectónico y cultural. Por un lado, se dice que perteneció a Francisco y Maria Mercedes Aragón, una pareja española que durante la época de la Colonia disfrutaba de cafés en la terraza de su casa en compañía de un enorme gato gris, que era dueño y señor de los tejados de aquel lugar.

“La Candelaria es un tesoro de recuerdos. Cuando llegué, muchos amigos también empezaron a poner sus bares y locales por acá cerquita hasta convertirnos en la mejor zona para tomar en Bogotá. Luego eso cambió un poco, pero lo que se mantuvo fue la magia de este sector en donde vemos a cientos de parejas sellar su amor, además de la consolidación de varios artistas y cómo no, la de los gatos que aún se pasean por los tejados”, explica Morales.

Entre los proyectos más recordados está el paso de Aterciopelados, quienes aprovecharon las tablas de El Gato Gris para hacer un live de sus canciones más icónicas, entre otros artistas que reconocen este escenario como uno de los más importantes para la escena bogotana.

El futuro de la gastronomía en La Candelaria

Terraza La Candelaria

Terraza Gato Gris. Foto: Cortesía.


El Gato Gris abre sus puertas con un aforo limitado de 8 a.m. a 11 p.m. Y aunque muchas actividades están limitadas, Morales, junto a su equipo de trabajo, se dieron la tarea de hacer de esta experiencia gastronómica algo único en la ciudad.

Además de la renovación de la carta, también mantiene la música en vivo que ayuda directamente a los artistas que por estos días aún siguen sin poder estar en escenarios con cientos de espectadores a su alrededor.

“Sabemos que son épocas difíciles. Pero en medio de ellas logramos vínculos muy bonitos dentro de El Gato Gris y con otros restaurantes. Hemos sentido una conexión emocional y precisamente esto nos ha hecho una familia con todos los negocios de La Candelaria”, concluye Urrea.

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septiembre
15 / 2021