¿Con qué se puede maridar el té caliente?
Gabriela Sáenz Laverde
Colombia, el país cafetero, tiene seguidores fieles del té. Esta milenaria bebida traída del continente asiático es el placer de muchas personas que no toleran la cafeína, e incluso, es el alimento de aquellos que buscan paz, como la que sintió el primer chino -hace cinco mil años- cuando probó el agua hervida con las hojas de naranjo que cayeron a su taza.
Desde entonces el té se conoce como un agua bendita para aliviar dolores, calmar el hambre, entre otros beneficios curativos. Si usted es un fanático, o solo lo toma para activarse o meditar, lea esta entrevista con Jordan Salcito, una sommelier profesional, que dejó el vino a un lado para enamorarse del té.
¿Por qué dejar el vino a un lado por el té?
Hay muchas similitudes entre el té y el vino. Yo me aproximo a todo de la misma forma como me aproximo al vino: con el té se puede catar también el aroma, la textura y el balance, pero también cómo se junta con lo que uno está comiendo.
Se trata sencillamente de tener la misma mentalidad para cada producto. Además, está el sentimiento visceral: ¿amas lo que estás tomando? Ya sea vino, ron o un coctel, se pueden encontrar notas distintas, balance, etc.
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¿Existe un maridaje?
Por supuesto. Por ejemplo el Earl Grey tiene el sabor fuerte de la bergamota, por lo que lo ideal es tomarlo con algo que realce su sabor, como unas galletas de naranja, o algo que sea muy sutil y que permita que el té sea el centro de la comida, como una madalena.
Los tés negros como el Earl Grey o el English Breakfast van mejor con bizcochos o algo dulce. Uno blanco puede ir bien con platos de pescado crudo o sushi. Además es muy delicado y tiene muchos matices, pero está lleno de sabor también.
Todos los tés son de la misma familia, la diferencia radica en el tratamiento que se les da, a menos que estemos hablando de rooibos o algún herbal, que viene de otra planta.
Pero el Oolong, por ejemplo, tiene un sabor más profundo, y he estado en restaurantes en Nueva York donde tienen una gran variedad de tés verdes que pueden tener sabores muy fuertes a nueces, por ejemplo, que se pueden disfrutar muy bien con un pollo condimentado.
La gente que ama el té suele ser muy apasionada por la bebida, hay gente que tiene colecciones, como quien tiene una cava de vino.
Sí, el beneficio que tiene el té es que las botellas de vino coleccionables son terriblemente costosas, mientras que el té no lo es tanto. Aunque hay tés, como el Pu-Erh, el té chino que debe tomarse fermentado, puede alcanzar precios exuberantes según su nivel de fermentación.
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¿Existe alguna forma correcta de tomar el té?
Depende de qué tipo de té esté tomando y del estado de ánimo de ese momento. La gente deja un tiempo de infusión más o menos largo según lo fuerte que quiera que sea su taza.
Se supone que es una onza de té por cada 15 tazas, y con el agua muy caliente, pero no hirviendo porque daña las hojas. La leche también depende del gusto de quien se lo esté tomando.
No hay una etiqueta fija para tomarlo. En Asia, por ejemplo, no le ponen nada de azúcar, pero acá en Suramérica se ve azúcar por todas partes.
¿Es preferible usar en bolsa, o en hojas sueltas?
Yo prefiero las hojas sueltas. Como las bolsas vienen empacadas desde otras partes, a menudo no se logra un buen balance de la humedad y se daña la calidad.
Además prefiero ser yo la que decida qué tan fuerte es el té que me voy a tomar, agregarle más si hace falta, y ver lo que estoy tomando.
¿Qué opina de los tés helados que se encuentran en el supermercado?
No soy fanática, aunque hay mucha gente que adora su sabor. Prefiero prepararlo con algún sabor y servirlo con hielo.