Cali es una ciudad en la que hace un calor húmedo, que obliga a la gente a salir a la calle para buscar la frescura, así como lugares espaciosos y con buena ventilación. Usualmente llegan a panaderías o puestos de empanadas que definen un poco la gastronomía de la región: frituras, frutas tropicales y preparaciones rebozadas en harinas que despiertan un placer culposo en quienes las disfrutan. Vea también: ¿Qué hacer en Cali? Las mejores opciones para todos los gustos Sin embargo, existe un restaurante con historia que combina todas estas delicias que busca el local y el turista. Se trata de Ringlete, un restaurante que no aparece en las listas de The 50 Best Restaurants ni en los reconocimientos internacionales de The Best Chef , pero que ha logrado llamar la atención de chefs nacionales con recetas tradicionales y experiencias emocionales que no se olvidan. Su local en la calle 15 A Norte #9N – 31, en el barrio Granada, está abierto desde 2003, año en el que hizo la promesa de respetar los sabores típicos de la región, en especial, su arroz atollado, plato estrella por el que muchos comensales del Valle y de toda Colombia llegan para probarlo. ¿Qué tiene de especial Ringlete y su arroz atollado? Cortesía Ringlete En primer lugar, hay que entender que este plato no es una simple combinación de ingredientes.
El arroz atollado es un clásico en la gastronomía colombiana e incluso se puede decir de toda Latinoamérica. Se trata de una preparación que reúne a muchos, sin importar si son familia o no, y que ha sobrevivido en patios, cocinas, calles cerradas y fiestas de quince años. Su preparación nació de la necesidad de aprovechar al máximo todos los ingredientes que había en la cocina, o lo que los chefs muchas veces llaman “merma”. En otras palabras, es la combinación de arroz, longaniza ahumada, cerdo, pollo, papas criollas, vegetales y condimentos que cambian según la casa en la que se cocine. Por ejemplo, en Ringlete la receta es un tesoro nacional. Según su fundadora Martha Cecilia Jaramillo Salazar, su secreto está en el equilibrio perfecto entre el sabor ahumado de las carnes, la textura del arroz y el pegao, que los comensales piden y defienden con pasión. La chef de Ringlete Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Sabores Bio (@saboresbiocolombia) Martha Jaramillo es la chef detrás de ese preciado arroz atollado que propios y extraños buscan en su restaurante. Esta mujer nació en una familia numerosa, donde el eje de la vida giraba en torno a la cocina y largas conversaciones frente a la hoguera de los fines de semana. Estudió para ser normalista y diseñadora de modas, más tarde se formó en administración de empresas, pero terminó encontrando su vocación entre fogones.
De ahí que decidiera dejarlo todo para abrir su restaurante y dedicar su vida a rescatar los sabores de la región. Su cocina es un homenaje a los ingredientes del Valle y del Pacífico, una defensa del campo, de la pesca responsable y de la soberanía alimentaria. Por otro lado, el nombre del restaurante no es una ocurrencia casual. Ringlete proviene del pequeño molinillo de viento que gira con la brisa. En esa imagen lúdica y colorida, Martha encontró una metáfora de lo que quería transmitir de su cocina, es decir, movimiento, alegría, infancia y memoria. Así como el juguete gira sin perder su centro, ella concibió su cocina como un espacio que evoluciona sin romper sus raíces. Ringlete, un fenómeno gastronómico en Cali Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Amalia Salgado Romero (@amaliasalgador) Durante más de dos décadas, Ringlete ha logrado consolidarse como un referente en la cocina vallecaucana contemporánea. Su carta combina tradición y sutileza, con platos que van desde el chicharrón crocante y la cazuela de fríjoles caramelizados hasta el encocado de mariscos o la sobrebarriga al horno. No obstante, el arroz Ringlete, una reinterpretación del clásico arroz atollado, es el plato que ha generado devoción. Muchos caleños lo mencionan con familiaridad, como si todo el mundo en la ciudad lo hubiese comido al menos una vez en la vida.
Además, su propuesta ha evolucionado gradualmente. Jaramillo tiene claro que la sostenibilidad es fundamental para su cocina, por eso insiste en trabajar con productos locales para fortalecer la cadena de valor rural y promover la circularidad alimentaria. Justamente, esa visión la llevó a ser postulada por la revista La Barra como la Mejor empresaria gastronómica en 2025, un premio que celebró su trayectoria y su coherencia frente a una de las cocinas más famosas de Cali. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Restaurante Ringlete (@rringlete) Y no contenta con esto, Jaramillo también participó en el programa caleño ‘Sabores Bio’, que es la reunión de varios restaurantes de la región para investigar más sobre los ingredientes autóctonos y prácticas sostenibles en el Valle del Cauca. Sin embargo, nada de eso se puede comparar con la calidez que reciben los comensales en su restaurante. A cada uno se le recibe con el mismo amor que se puede sentir en casa, sin importar de dónde venga. Jaramillo mantiene los pies en el suelo sabiendo que cocina para quienes llegan con hambre y altas expectativas a su restaurante. Eso hace que Ringlete sea un restaurante con más de dos décadas de historia. Ahora, en los últimos años su cocina ha abierto espacios de experimentación, como sucede con una investigación profunda sobre la yuca y los ingredientes amazónicos que ya se pueden encontrar en su menú. Referente del Valle <div style=» color:#3897f0; font-f
