Buritaca, un paraíso de río y mar en Santa Marta

Adrián David Osorio Ramírez
Un estuario es aquel lugar en donde confluye la desembocadura de un río con el agua salada del mar. Un accidente geográfico que permite disfrutar de las bondades del agua dulce y la playa al mismo tiempo. Así es Buritaca, un rincón por conocer en Santa Marta.
El río Buritaca nace en el corazón de lo alto de la Sierra Nevada de Santa Marta. Durante su camino baña la montaña con agua fresca hasta encontrarse con el inmenso mar Caribe en la población de Bocas de Buritaca, a una hora y quince minutos de la capital del Magdalena.

Llegué allí por recomendación de una amiga, quien prometía que era una de las visitas obligadas en el departamento costero. Así que en lugar de visitar la conocida Playa Blanca, decidimos conocer el estuario.
Lo mejor de ambos mundos
Como puede que pase en muchas familias, en la mía algunos prefieren la frescura del río y otros lo cálido del mar y la playa. En Buritaca es posible disfrutar de ambos.
La entrada a la playa cuesta 15.000 pesos por persona, esto incluye parqueadero, servicios de salvavidas y seguridad en la playa.

Al estacionar, se debe atravesar caminando un pequeño tramo de la población, que está compuesta por coloridas casas costeras inundadas de comercio. Tras no más de cinco minutos, se encuentra de frente con el río y a lo lejos el infinito mar Caribe.
Esa parte del río sigue siendo lo suficientemente profunda como para pagar 5.000 pesos más por el servicio de lancha que transporta a las personas hasta la otra orilla, en donde se encuentra la playa. Algunos prefieren ir hasta el punto de encuentro de las aguas -que es el más superficial- y pasar caminando con todos sus objetos alzados. Dependiendo del día la profundidad puede variar.
El mar llega a Buritaca con una fuerza soportable. Las olas hacen parte del plan: familias enteras disfrutaban el simple hecho de recibir el oleaje y tratar de permanecer inmóviles. La playa es limpia y los guardavidas cumplen con su trabajo de mantener a las personas dentro del límite establecido.
Alrededor hay grandes palmeras y un bosque inmenso que se extiende al interior del Tayrona, creando un paisaje admirable.

¿Qué hacer en Buritaca?
Al otro lado del río, junto a la playa, no hay mejor plan que sentarse a divisar el paisaje y escuchar el sonido del agua. Sin embargo, también puede dar un paseo en lancha por las aguas cristalinas del río hasta un lugar con profundidad perfecta para nadar en el agua dulce. El recorrido dura 40 minutos.
De regreso, puede optar por un paseo en kayak, una opción divertida para disfrutar en compañía. Durante el paseo es posible escuchar o divisar monos y aves, entre otros animales.
A la hora del almuerzo, qué mejor que degustar la gastronomía local. En la orilla del río se encuentran un par de restaurantes que ofrecen pescados, tanto de mar como de río. El pargo rojo, la mojarra y el sábalo son algunas de las opciones.
¿Dónde hospedarse?
Aunque por la cercanía con Santa Marta es posible visitar Buritaca en un día desde la ciudad, alrededor de la población existe una oferta de cabañas, hostales y hoteles que le permitirán adentrarse en la aventura del Tayrona.
La primera opción es Gitana del Mar Retreat Beach Resort, un hotel boutique ubicado a 10 minutos en carro del centro de la población de Buritaca. Es ideal para escaparse a un bosque de palmeras y descansar en uno de los 10 exóticos bungalows construidos con hojas de palma cosechadas de manera sostenible y local.
Además, el hotel tiene una oferta gastronómica que trabaja de la mano con los pescadores locales para combinar ingredientes autóctonos con otros sabores latinos y asiáticos. Los precios por noche van desde $615.000 hasta $1.100.000 pesos colombianos.
Otros lugares de lujo en Buritaca
Si lo que está buscando es un hostal, Buritaca aloja el mejor hostal de Colombia y segundo mejor de América Latina, según los HOSCARs Awards de 2018: El Rio Hostel. Este albergue boutique se encuentra a 20 minutos caminando de la playa de Buritaca, justo al lado del río, en medio del bosque.
Es perfecto para aquellos mochileros que aprecian un poco de comodidad a la hora de viajar. Es por esto que el lugar cuenta con playa privada en el río, terraza, bar y un gran comedor familiar para intercambiar historias con los demás huéspedes. Allí puede encontrar opciones para todos los presupuestos: desde cabañas privadas hasta hamacas.
Nota: el lugar no cuenta con señal de internet, así que es desconexión total.
Mucho más adentro en el bosque se eleva el Niuwi Hostel, otra opción de alojamiento. El único tipo de habitación en el lugar son camas en habitaciones compartidas, sin embargo, todas ofrecen una vista asombrosa del río, el bosque y el mar de fondo.
Niuwi tiene restaurante, bar, salón social y todas las habitaciones tienen baño compartido con bañera de hidromasaje.
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