Me lo contó un viajero, el libro que le cuenta cómo es viajar por 65 países

Pasó de dejar su empleo y su vida en Medellín a viajar por el mundo durante 4 años. Santiago Trujillo nos contó su historia.
 
Me lo contó un viajero, el libro que le cuenta cómo es viajar por 65 países
Foto: Cortesía Santiago Trujillo
POR: 
Juan Sebastián Alba Torres

Santiago Trujillo tiene 43 años, aunque no los aparente. El 14% de su vida la ha dedicado a viajar por el mundo. Esta pasión lo llevó a embarcarse en un recorrido en el que se fueron sumando días, meses y años, casi sin darse cuenta.

“Normalmente la gente que está viajando tiene menos años, pero yo creo que me veo joven por buenos genes y por la actitud que tengo frente a la vida”, cuenta este paisa que dejó su trabajo en una importante empresa del sector público en Medellín para dedicarse a conocer los rincones más maravillosos y lejanos del mundo.

Desde pequeño le gustaba explorar. Disfrutaba de los viajes que hacían en el colegio y de conocer lugares nuevos. Luego estudió Ingeniería Electrónica e hizo cursos de buceo. “Cuando terminé la universidad comencé a trabajar en el Grupo Isa, en Telecomunicaciones. Me especialicé en mercadeo”. comenta Santiago.

 

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¿Si tuvieras que mudarte, podrias meter todas tus pertenencias en un carro como el de las fotos? El primer dia de la aventura hacia el norte, en nuestro camino a visitar las tribus nómadas que menciona en el post anterior, cruzamos un lago aún congelado para acortar distancias. Es el lago Ubsugul, el más grande de Mongolia y verlo congelado es impresionante.

Al principio me daba miedo el solo hecho de caminar sobre la superficie congelada, sobretodo en las partes donde se veía azul y alcanzaba a ver el final del hielo. Pero cuando comenzamos a avanzar en la moto, con la sensación de estar esquiando por momentos, fui tomando más confianza y aprendiendo a interpretar mejor el paisaje, hasta llegar al punto de saltar. En el camino nos cruzamos con un vehículo que iba en dirección contraria, paramos a saludar y a socializar un poco.

Fui muy lindo ver la sonrisa de los niños y más asombroso ver que toda la casa y sus pertenencias estaban en ese carro, pues el Ger era su casa, así que todo lo que a grandes rasgos ves en la foto eran las pertenencias de una familia con 2 hijos que iban a una zona diferente del país antes de que el lago se descongelara.

Por eso te invito a que pienses que cosas acumulas y que tanto de eso que tienes realmente lo necesitas o lo podrias vender, regalar o donar a otras personas que pueden sacarle un mejor provecho. Yo intento hacerlo constantemente, aunque tengo que confesar que no es fácil y aún hay muchas cosas que hace tiempo no uso pero aun guardo. Esto me hace recordar los 4 años de viaje, donde todo lo que necesitaba lo llevaba a mis espaldas en un morral de 60 litros.

Me gustaría conocer tu respuesta, consejos y opiniones sobre el tema. Un abrazo virtual . . . . .

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El sueño que no se cumplía

Al tiempo que trabajaba siempre tuvo en la cabeza viajar. “Cuando estaba trabajando pensé en irme por Suramérica de mochilero. Empecé a buscar comunidades de viajeros y descubrí que muchas personas se quedaban en casa de otras personas haciendo couchsurfing, que es que permiten usar por unos días una habitación o un espacio en la casa, para colaborar e intercambiar experiencias”, cuenta Santiago.

Mientras planeaba el viaje se enteró de que había una convocatoria de trabajo en EPM. “Dije: ‘Voy a aplicar al trabajo solo para ver cómo es el proceso’. Además, el día que terminó el proceso estaba armando el itinerario para comenzar el viaje por Colombia y Ecuador. Pero me llegó el correo que decía que había quedado seleccionado”, dice Santiago.

 

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¿Y te animas a viajar en esta época a raíz de los acontecimientos actuales? Es un tema de cuidado y son cosas que hay que enfrentar siguiendo las recomendaciones, pero también la vida debe continuar y hay riesgos que correr.

Aunque lo más importante siempre es el autocuidado y el sentido común para evitar que las enfermedades se propaguen. Con estas fotos, cierro la secuencia de Islandia y de mi regreso a casa después de casi 4 años alrededor del mundo, viviendo experiencias muy enriquecedoras, retadoras y muy bonitas.

No me arrepiento de haber enfrentado los miedos, seguir mis instintos y deseos pues aprendí mucho de mi y de muchas personas. Y que lindo cierre, cuando incluso desde la capital de Islandia, pude ver las auroras boreales con gran intensidad, se alcanzaban a ver 3 colores diferentes a pesar de la contaminación lumínica.

Una bendicion mas para estar agradecido. Además, viví la experiencia de estar en la cabina del último avión que tome al regresar a Medellín y también lo hizo muy especial.

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En medio de su nuevo trabajo decidió que una buena forma de conocer viajeros era hospedarlos en su casa y se hizo anfitrión de viajeros que hacían couchsurfing.

“Esa es la filosofía de viaje. Desde que a uno le abran la puerta uno es feliz. Así sea dormir en el sofá, en una hamaca, carpa, en el piso, en donde sea”, dice Santiago.

El impulso para lograr el viaje

Cada día que salía de trabajo su motivación era conocer las experiencias que le contaban los viajeros que llegaban a su casa. “La gente del trabajo me decía que estaba loco, que cómo era posible que le dejara las llaves de mi casa a unos desconocidos, pero nunca pasó absolutamente nada malo”, agrega Santiago.

Finalmente tomó el impulso que le faltaba y empezó a organizar su viaje. Pidió visas, permisos y compró un tiquete a Nueva Zelanda, el primer destino de su recorrido.

 

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¿Te gustaria pasar Navidad en un destino con estos paisajes? Yo disfruto mucho de la naturaleza y de esos paisajes que nos dejan sin aliento, donde sobran las palabras y es mejor disfrutarlos con todos los sentidos…

Aunque ahora estoy muy agradecido de poder estar de vuelta cerca a mi familia disfrutando esta época navideña y de tenerlos cerca después de tantos años a través de videollamadas y mensajes.

Esta zona de Islandia me gusto mucho, sobretodo porque no era tan llena de turistas, entonces pudimos tener encuentros maravillosos y casi privados con focas, aves, marmota e incluso una ballena que estaba de visita por uno de los fiordos y que aún recuerdo emocionado su sonido al respirar.

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“Ya tenía fecha para viajar y solo faltaba renunciar al trabajo. Lo planeé para febrero y en esas nos llegó un correo de la empresa avisando que debían recortar personal, que si había algún voluntario. Me ofrecí de una pero tenía que tener el visto bueno de mi jefe, pues estaba en un proyecto importante para la empresa”, cuenta Santiago.

Al final terminó renunciando a su trabajo y arrancó un viaje que hasta ese momento no tenía fecha de regreso.

Cuatro años y 65 países después

El 2 de marzo de 2016 viajó a Nueva Zelanda, el punto de partida de su recorrido que lo llevaría por 65 países. “Desde el principio me propuse que todos los trayectos debía hacerlos pidiendo aventones, pues eso me ayudaría a ahorrar mucho dinero, así que desde que salí del aeropuerto de Auckland empecé a hacerlo”, comenta Santiago.

Dice que una de las cosas más difíciles de viajar es quitarse los prejuicios, el qué dirán y preocuparse por lo que piensen los otros. Así fue encontrando personas que lo ayudaron, que le daban direcciones cuando estaba perdido y hospedaje cuando lo necesitaba.

El viaje se alargó cada vez más. Su recorrido lo llevó por Oceanía, el Sudeste Asiático, China, Hong Kong, Mongolia, Taiwán y Corea del Sur, entre otros. Así iba tachando lugares en el mapa, conociendo personas y aprendiendo tradiciones de cada país. “Al principio mi familia me preguntaba que cuándo iba a volver, luego ya me decían: ¿y ahora para dónde va?”, cuenta Santiago.

A medida que viajaba iba metiendo más destinos a su lista. África fue uno de esos lugares que le llamaron la atención y que debía conocer. Luego pasó a Europa y terminó su recorrido en Islandia, viendo las auroras boreales, uno de sus sueños.

“Allá sentí el llamado de casa. Ya había pasado mucho tiempo por fuera. Ya estaban en invierno y creí que era buen momento de regresar”, agrega Santiago.

Me lo contó un viajero

Ahora sus experiencias están en un libro que decidió escribir por fin en medio de la pandemia y tras su regreso a Colombia, y que se puede comprar por Amazon o en sus redes sociales.

 

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Disfruta de la naturaleza, disfruta de los lindos paisajes, disfruta de los encuentros con animales y personas, disfruta por estar vivo, disfruta por estar sano, disfruta porque puedes disfrutar.

Cuando estás nómada, tienes muchos momentos donde puedes apreciar lindos paisajes y conocer nuevas personas, aprovecharlos y esta agradecido por lo que vives.

Mientras estuve en esta playa, disfrute caminando, viendo a los parapentistas volar y escuchando el poderoso y relajante sonido de las olas. Además tuve la suerte de que unos delfines se acercaron a la playa y comenzaron a surfear con las olas, son de esos momentos mágicos que nunca se te olvidan.

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“El libro se llama Me lo contó un viajero, porque cuando comencé a viajar siempre llamaba a mi novia de ese entonces y le iba contando lo que hacía, por dónde estaba y todo lo que me pasaba. Pero fuimos perdiendo la costumbre y la distancia va complicando todo, así que ahora que llegué y con este encierro por fin tuve el tiempo de dedicarme a terminarlo. Espero que sea una guía y aunque ahora será diferente, puede que sea una guía para las personas que tienen un sueño así y que nunca se han atrevido a hacerlo”, concluye Santiago.

Lea también: Guía para viajar por carretera durante el aislamiento selectivo en Colombia

         

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octubre
29 / 2020