El centro de Bucaramanga: arriba el telón
Revista Diners
En 1928 la idea del Teatro Santander se gestó gracias a la iniciativa del sector privado. “Varios empresarios de la región fueron conscientes de que la cultura es parte integral e indispensable del desarrollo de una sociedad. Así que para construir este ambicioso proyecto en la pequeña ciudad, que no llegaba aún a los 60.000 habitantes, decidieron contratar al arquitecto George Carpentier, un francés radicado en Cuba, padre del escritor Alejo Carpentier”, explica Antonio José Díaz Ardila, arquitecto restaurador y director de este teatro.
La construcción en la esquina sureste del Parque Centenario se inauguró el 19 de febrero de 1932 con una velada musical dirigida por el maestro Alberto Rueda. Era un gran teatro de más de 1.000 sillas, de estilo republicano y punto de encuentro de la sociedad santandereana. Sin embargo, en 1946 tomó un nuevo rumbo. Cine Colombia lo compró y lo dividió en tres pequeñas salas de cine.
Así funcionó hasta 1972.
Con el paso de los años, el teatro perdió su fuerza y los espectadores se movilizaron hacia otras zonas. Desde 2004 estuvo desocupado y se pensó incluso en su demolición.
Sin embargo, en 2008 el municipio lo compró a sus últimos dueños, la Universidad de los Andes, por cerca de 800 millones de pesos e inició el plan para su recuperación. “Era un paso fundamental dotar con un escenario adecuado a una ciudad que cuenta con dos orquestas sinfónicas: la de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, que tendrá como sede este teatro, y la de la Universidad Industrial de Santander. Además, hay numerosos grupos de teatro, danzas clásicas y modernas y otras manifestaciones culturales que hoy carecen de un sitio adecuado para sus presentaciones”,
añade Díaz Ardila.
El arquitecto Álvaro Tobón Hincapié, encargado de diseñar espacios tan importantes como el teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá y el Jorge Isaacs de Cali, fue el seleccionado para planear la nueva edificación. En el proyecto de remodelación y reconstrucción se han invertido cerca de 26.000 millones de pesos. Un enorme esfuerzo en el que han participado entidades como el Grupo MARVAL, la Alcaldía de Bucaramanga, el Centro Cultural del Oriente, Postobón, el Grupo Bolívar-Davivienda y los Ministerios de Cultura y Desarrollo, entre otros.
El teatro Santander cuenta con un terreno de 2.448 metros cuadrados, una construcción de 5.487 metros cuadrados, una gran sala de 1.100 sillas, una caja escénica de 28 metros de altura, una de las más grandes del país, y tecnología de última generación. Igualmente, se construyó un teatro alterno de 300 sillas. Vale la pena destacar que el telón de boca fue pintado y donado por la maestra Beatriz González. El tema central es el cañón del Chicamocha y, sin duda, se convertirá en uno de sus grandes atractivos.
EL CENTRO UNIDO
Pero la renovación del teatro no es la única propuesta cultural presente en la región. “Con el objetivo de apoyar los programas de mejoramiento del centro de la ciudad, desde hace cinco años las once instituciones culturales que tienen sede en esta zona, crearon el programa llamado ‘El centro con las salas abiertas’, un circuito de arte que conecta las salas de exposiciones, por medio de manifestaciones artísticas en los parques, en contacto directo con la comunidad, haciendo tangible nuestro patrimonio y valorando la memoria histórica”, indica Díaz Ardila.
Instituciones como el Centro Cultural del Oriente, el Centro Colombo Americano y la Cámara de Comercio apoyan esta iniciativa, que celebró su quinta edición el pasado mes de septiembre y que espera este año mostrar de nuevo lo mejor del arte santandereano.
“La cultura en la región está de moda, y no es ajena al enorme crecimiento y desarrollo económico que los diferentes medios nacionales e internacionales destacan, un hecho que se comprueba con las positivas cifras de crecimiento económico, equidad social, empleo y la variedad de la economía, que posicionan a Santander en el país y en el mundo”, concluye Díaz Ardila.