Tres experiencias relajantes en Santa Marta
Sandra Martínez
Estos meses, para muchos, representan una época de vacaciones, fiestas, visitar amigos y también, de desconectarse de las actividades cotidianas, del trabajo, de las pantallas del celular y del ruido citadino. Sin embargo, a veces no es tan fácil encontrar ese tipo de experiencias, que de verdad relajen, calmen y contribuyan al bienestar personal.
Si está en Santa Marta y busca algo de ese estilo, estas son tres experiencias que lo dejarán como una persona renovada.
Asistir a una clase de yoga nidra
Uno de los males de estos tiempos es no conciliar el sueño fácilmente; la cabeza parece que no se detuviera ni un segundo y no hay un descanso nocturno profundo. El yoga nidra, también llamado como yoga de los sueños, es una práctica de meditación consciente que induce a la relajación física y mental.
Esta clase duró alrededor de una hora y media y fue liderada por un joven samario llamado José Carlos Labarcés, aunque el nombre que le dio su gurú fue Saranagatha, que significa ‘el que se entrega’. Labarcés fue durante varios años monje y ahora se dedica a dictar clases de yoga. Es una persona muy tranquila e interesada en que los participantes se conecten con su clase. “El yoga nidra es un sueño consciente, donde se invita al cerebro a apagar el modo alerta”, explica con su melodiosa voz.
La sesión comenzó haciendo unas respiraciones profundas sobre la esterilla, mientras él cantaba y tocaba unos cuencos de cristal y un armonio; luego, acostados boca arriba, íbamos relajando cada parte del cuerpo; no hay movimientos difíciles ni complejo, se trata más de lograr un estado de calma. Al final, nos acostamos boca abajo y Labarcés le ajustó delicadamente la espalda a cada uno de los asistentes. Fue como el toque final de un descanso pleno.
Ir a las termales de Costa Verde
A tan solo treinta minutos de Santa Marta y quince minutos del centro de Ciénaga se encuentra un lugar inesperado: las termales de Costa Verde. El lugar es pequeño, pero muy acogedor, está rodeado de árboles de mango, palmeras y mangos, y cuenta con dos pozos que contienen aguas con temperaturas que oscilan entre los 38 y 42 grados, con minerales como el calcio y el magnesio, que resultan muy beneficiosas para tratar enfermedades inflamatorias, como la artritis.
La recomendación es ir entre semana, para que no haya tanta gente; llegar temprano para evitar el sol canicular del mediodía; no permanecer más de quince minutos seguidos en los pozos, porque puede generar mareo y deshidratación, y hacer intervalos con agua fría o en la piscina que está a temperatura ambiente.
Si lo desea, en los termales también ofrecen el servicio de lodoterapia por un valor adicional al de la entrada.
Un masaje con una vista impresionante
Ir a un spa para hacerse un masaje, luego ir al jacuzzi o al sauna siempre será un plan ganador. Pero si a eso le agrega un espacio cálido con ventanas de techo a piso, una música relajante, un olor a cítricos y una vista al mar Caribe, el plan se vuelve imprescindible. El spa Seishua, ubicado dentro del hotel Santa Marta Marriot Playa Dormida, ofrece esto. La palabra seishua hace referencia al lugar sagrado donde los Mamos (líderes espirituales de la Sierra Nevada de Santa Marta) entran en contacto con la naturaleza que yace bajo la tierra y llegan al punto de relajación física y mental.
Al llegar, después de ponerse una bata, puede tomar una infusión natural o agua; y luego entrar a uno de sus cuartos. Allí podrá recibir varias clases de masajes y salir como nuevo. Luego, puede ir al jacuzzi, que está ubicado en una terraza, pasar unos minutos en el sauna o descansar en una de las poltronas.
Una vez finalice la jornada, no deje de ir a degustar algo en Cayeye, uno de los restaurantes del hotel, que ofrece comida típica de la zona.