Tenjo: el destino de ovnis, artesanías y gastronomía local para sorprender

Óscar Mena
Tenjo es uno de esos destinos a los que todo colombiano tiene que ir al menos una vez en la vida por su curiosa mezcla de turismo gastronómico, ancestral y de avistamiento de ovnis, que desde los años 90 se ha convertido en una parada obligatoria para los viajeros nacionales e internacionales. Este destino en Cundinamarca se encuentra a 28 kilómetros de Bogotá, por la salida de la calle 80, y se puede recorrer en un día.
En la carretera Bogotá- Tenjo encontrará una gran oferta de restaurantes de comida típica, como La Jira que tiene más de 20 años mezclando la emoción de una granja interactiva con un buen sazón nacional o El Candado, que en medio de la tradición le apuesta a un concepto inspirado en la alta cocina con productos locales, para que el comensal realmente sepa a qué sabe Tenjo.
“Es un lugar de paz, donde se puede vivir la tranquilidad que le hace falta a Bogotá. Los lugareños le apuestan a cosechas orgánicas de productos típicos que se cultivan desde la época de los muiscas que dejaron su legado de raza fuerte, jerárquica y sobre todo trabajadora”, comenta el chef Sebastián Rico de El Candado, quien ahora vive en Tenjo gracias a su trabajo.
Entre montañas y arándanos
Y aunque la carretera no está en óptimas condiciones, lo recompensa su paisaje montañoso y el cercado de árboles frutales que encontrará en el camino, acompañado de la venta de piña, arándanos, fresas, grosellas, entre otras bayas que se cultivan en el municipio.
A Tenjo también se puede acceder desde Chía por la vía Fonquetá, que atraviesa el cerro la Valvanera y la vía secundaría de Zipaquirá y Cajicá, desde donde se puede ver mejor que su terreno se trata de un valle angosto entre dos altas serranías, conocidas también como Majuy y Juaica.
Ambas serranías son reconocidas por el avistamiento de ovnis, desde aquella noticia de los años 90, cuando el tenjano Luis Herberto Rodríguez aseguró haber sido raptado por un platillo volador, que lo dejó después abandonado a su suerte en el lejano Pitalito (Huila).
Aunque expertos aseguran que se trató de un brote psicótico, la noticia de Rodríguez apareció en medios internacionales, hecho que ayudó a que cientos de turistas se quedarán en los cerros, especialmente en la Peña Juaica.
Sin embargo, el exceso de turistas, la poca cultura por el cuidado del medioambiente, llevó a que este espacio natural fuera perdiendo su verde, que gradualmente estuvo ocupado de basura hasta principios de 2023, hasta que la alcaldía del municipio empezó un plan de protección, por lo que cerró el acceso total a Juaica, conocida también como una de las montañas más misteriosas de Latinoamérica.
Avistamiento de ovnis en Tenjo
Actualmente ya son pocos los turistas que van a Tenjo en busca de avistar un ovni o en su caso ser raptado por uno. Sin embargo, sirve de excusa para conectar con la naturaleza y las ancestrales historias de los muiscas, que aún siguen tan vigentes como desde el primer día que se dieron a conocer.
Es el caso de la serranía del Majuy, que en lenguaje chibcha traduce: “lo que está dentro de ti”. Se dice que se trata de uno de los lugares sagrados de esta población indígena y que utilizaban para cargarse de energía mística y tener una conexión especial por la diosa Chía.
De esta forma nacieron caminos ancestrales en las montañas que están conformadas por 3000 hectáreas que comunican a la vez a los municipios aledaños de Cota y Tabio con Tenjo. Entre abril y mayo, los habitantes de la región cuenta la historia de que en cualquier momento puede aparecer el Mohán, quien recorre la montaña para visitar a Huaika, quien está en la Peña de Juaica rodeada de seres de 20 centímetros de altura y de piel cristalina y gelatinosa.
Si desea vivir esta particular mezcla de ovnis con ancestralidad indígena puede ir a la vereda Churuguaco Alto, donde se encuentra el sendero eco turístico Las Cuevas de Tenjo, lugar donde se puede llegar en carro y acceder a las actividades naturales que van de una a tres horas, según la disponibilidad del visitante.
Si no está acostumbrado a la altura, se sugiere que vaya a un ritmo tranquilo de caminata, pues los recorridos pueden alcanzar los 3000 metros sobre el nivel del mar, donde podrá ver aves de colores, armadillos y si tiene suerte, hasta conejos, zorros, entre otros roedores.
Las ancestrales historias en Las Cuevas de Tenjo
Efectivamente, durante el recorrido encontrará el mayor atractivo turístico de la zona, bautizado Cueva Canto de la Piedra o Cuba Jica, un espacio de adoración y conexión espiritual de los guerreros muiscas, quienes en petroglifos dejaron en evidencia que se trata de un lugar creado por la caída de agua de la quebrada Tiguace, para que pudieran hacer sus rituales.
Algunos de estos recorridos son gratuitos y cuentan con guía turístico de la alcaldía de martes a domingo de 8 a. m. a 5 p. m. si desea obtener más información siga la cuenta de Instagram @alcaldiatenjo. Además de recorrer los mejores senderos según su condición corporal, también podrá entender los petroglifos tallados por los indígenas de la zona.
Al centro histórico de Tenjo
Luego de haber disfrutado de una mañana rodeado de la naturaleza y sus sonidos, visite el centro histórico de Tenjo, que al igual que todos los municipios de Colombia, cuenta con una plaza principal rodeada de dos iglesias, una casa cultural y diversos centros de artesanías, cafés y restaurantes.
En el centro de la plaza se encuentra la pila de agua que se alimentaba de la quebrada Tiguace, que traduce del chibcha: agua que nace donde sale el águila. A su alrededor se encuentran árboles centenarios, cultivos de flores y los clásicos faroles blancos de antaño, además de toda su compleja infraestructura declarada Monumento Nacional en 1993 por el gobierno nacional, por lo que las fachadas y obras de Tenjo están en conservación.
“Tenjo es un destino muy completo cerca a Bogotá. Tan solo aquí en el centro se encuentra el templo colonial, que sirve también de Museo Arqueológico Cardenal Luque, que rinde homenaje al primer colombiano en convertirse cardenal de la iglesia católica. También tenemos un santuario muisca, el cerro Pan de Azúcar en la vereda Chince y el edificio municipal de arquitectura republicana”, comenta Clara López tenjana y artesana de corazón.
Casa Chitasugá, la labranza atrás del sol
Conocida también como la casa de las artesanías en Tenjo, es uno de los puntos de encuentro más populares del municipio que conserva su arquitectura original del siglo XVIII, cuando sirvió de vivienda, colegio, casa de los telégrafos y hasta café de especialidad, donde le agregaban a las bebidas clavos de canela.
Sin embargo, ahora es la casa de los artesanos de Tenjo, donde Clara continúa con el oficio que le aprendió a su madre y que ahora desempeña de forma profesional y reconocida por Artesanías de Colombia, bajo el nombre de Clara, cuero, arte y diseño.
“La marroquinería es un oficio ancestral que se aprende de generación en generación. Todo lo que está en la tienda tiene una cuidadosa selección e historia. Desde la elección del cuero, para que sea responsable con el medio ambiente, hasta el cortado y diseño, que tienen el fin de aprovechar al máximo los materiales sin generar un desperdicio”, comenta López, quien sirve como líder de la casa Chitasugá.
Vale la pena destacar que la mayoría de artesanos de la casa son mujeres, que lideran grandes empresas que rescatan el valor de lo ancestral, como Marta Ochoa, quien es maestra en hilandería y tejeduría desde la trasquilada de la oveja, hasta el producto final.
Tejidos, flora y cerámica
“Aquí puede encontrar tejidos de altísima calidad que nunca se van a desbaratar, porque utilizo las técnicas que heredé de mi madre, convirtiendo esto en un trabajo generacional, que actualmente está abierto al público interesado con talleres de hilado y tejido de dos agujas en crochet”, comenta Ochoa.
En las paredes de la casa se encuentran fotografías que explican el grado de conservación de la casa y su construcción en bahareque, adobe y piedra maciza, así como su techo anudado de con trenzas de guanes, paja y una tradicional cocción en miel que sirve para soportar la pesada estructura del lugar. También encontrará maestras artesanas de la metalurgia que utilizan la fauna y flora de Tenjo de inspiración para aretes, collares y pulseras en plata y cobre.
“Este es un espacio para todos los tenjanos que sirve de modelo social porque apoyamos a las personas en condición de discapacidad a entrar al mundo laboral a través de la producción de piezas en cerámica, que son diseñadas y pintadas por ellos mismos”, cuenta López.
En la casa también encontrará a Mirta Bulla, una experta de orquídeas que aprendió junto a un suizo todo lo que se necesita sobre la planta nacional. “Nosotros hacemos mantenimiento y diseño de jardínes, talleres para niños y adultos sobre el cuidado de plantas florales y la gestión de un huerto saludable. Este espacio que brindamos es la oportunidad para que los visitantes conozcan a fondo todo lo que implica cuidar desde la semillas hasta la floración a la orquídea”, comenta Mirta.
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