¿Qué hacer en Venecia, el municipio de Colombia con la pirámide natural más alta del mundo?

Óscar Mena
El Cerro Tusa es quizás el atractivo turístico número uno de Venecia, Antioquia. La montaña revestida de una variedad de tonalidades verdes se levanta al occidente del municipio antioqueño y vigila desde las alturas todo lo que sucede a su alrededor con su pico perfectamente pulido por los dioses o la misma civilización Zenufaná, que habitó estas tierras en tiempos de conquista.
Hasta hoy nadie puede explicar por qué el Cerro es la pirámide natural más alta del mundo con 1954 metros de altura. Sin embargo, ha sido la inspiración para los amantes de la naturaleza y los mismos habitantes de Venecia, como, el artista Carlos Alberto Maldonado Rueda, quien creció admirando esta colina natural.
“Tengo 66 años y desde que tengo memoria el Cerro Tusa ha sido un símbolo de nuestra tierra y no solo porque tenga esa forma piramidal, sino por toda la historia que hay a su alrededor, por ejemplo, hay una roca que dicen que representa a la diosa de los espejos porque resalta sobre la densa vegetación. También están las piedras de sacrificio y las cuevas arqueológicas, que serán declaradas patrimonio cultural del municipio”, comenta el artista, quien ha plasmado el cerro en sus diferentes obras exhibidas en la Casa Museo de Venecia.
Es así como los santuarios, las cuevas y los megalitos se han convertido en un referente departamental. Incluso se dice que en 1920 el Cerro Tusa sirvió de inspiración para diseñar el primer logotipo de la Federación Nacional de Cafeteros, pues allí funcionó una de las trilladoras más importantes de la región.
De camino al Cerro Tusa
Desde el centro de Venecia a la base del Cerro Tusa son 30 minutos en automóvil al occidente. También, si lo prefiere, puede contratar los servicios turísticos de Venturs, la compañía con más experiencia de la región para la caminata por el cerro. Aunque es gratis subir a la montaña, es importante contar con ayuda profesional, así como con ropa cómoda, buena hidratación y zapatos con buen agarre, pues el camino real trazado por los Zenufaná es todo un reto para quienes no están acostumbrados a la exigencia física.
Una persona promedio puede hacer el recorrido de 1.3 kilómetros de distancia hasta la cima en 2 o 3 horas, haciendo paradas para disfrutar del paisaje así como de los petroglifos y vestigios de esta antigua civilización. La parte más alta del cerro a la que se puede llegar caminando está a 1880 metros y se recomienda llevar protector solar, pues a diferencia de otras rutas de senderismo, esta no cuenta con vegetación alta por lo que los rayos del sol le llegarán directamente a su piel.

Por otro lado, la bajada representa también todo un reto, algunos viajeros utilizan guantes de construcción porque se debe bajar arrastrándose debido a la inclinación de la colina. Por eso también se recomienda tener un buen estado físico, además de evitar ir con niños, adultos mayores o mujeres embarazadas.
Los vestigios de una civilización poderosa
Bien sea de bajada o subida, debe hacer paradas obligatorias en el Altar de las Ofrendas, un megalito a los pies del cerro, perfectamente construido que data de los 800 d.C, según revela el arqueólogo Pablo Aristizabal Espinosa.
Además, al costado norte del cerro no se pierda la oportunidad de visitar el Altar de los Sacrificios, otra construcción con nueve escalinatas que lo conducen a una base en piedra que sobresale de la vegetación.
En la base encontrará un camino de piedra que conduce a las Cuevas de Santa Catalina, donde arqueólogos han descubierto en los últimos años vasijas de cerámica y herramientas de piedra, así como semillas, restos óseos de humanos y animales. Actualmente se encuentra en conservación y mantenimiento por parte del Museo Cerro Tusa Zenufaná.
Irónicamente, los vestigios de esta civilización fueron olvidados por las otras comunidades ancestrales de los alrededores, como, los Embera, quienes conservan en su memoria que un pueblo de la zona, probablemente los Zenufaná, lucharon contra los conquistadores españoles durante el siglo XVI por los recursos minerales de la región.
El territorio rico en agua
El Cerro Tusa hace parte de una de las paradas fundamentales a la hora de visitar Venecia, sin embargo, el origen de esta población se debe a la riqueza hídrica de la zona, proveniente del río Cauca, la cuenca de la quebrada Sinifaná y la quebrada Arabia, y es justo por ese motivo que el municipio recibió su nombre inspirado en la ciudad homónima de Italia.
“Esto lo plasmé en el obelisco que está en la plaza principal de Venecia, junto a los fundadores encabezados por Jorge Robledo y otros hombres y mujeres que se dedicaron a la agricultura y la minería. Luego, mucho después, la inclusión del café en nuestra economía”, comenta el artista Carlos Alberto Maldonado, quien ha realizado más de 170 obras en sus 20 años de carrera.
Es así como el parque Tomás Chaverra de Venecia se engalana con un obelisco realizado en cemento y arena revoque que forman las figuras de alto relieve que Maldonado empezó a realizar sobre sus 30 años, cuando descubrió que la construcción era un peldaño para llegar a su verdadera pasión: el arte, inspirado por las obras renacentistas de Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci.
Desde allí empieza el recorrido hasta la plaza principal que queda a una cuadra al oriente hasta llegar a la iglesia de San José de arquitectura colonial y que en diciembre se convierte en la casa del pesebre más grande de antioquia al estilo colombiano, donde los pueblos del país se convierte en escenarios con ovejas, reyes magos y pastores.
Allí también encontrará el Museo Cerro Tusa Zenufaná, un edificio de arquitectura vanguardista donde los jóvenes de la región se reúnen para realizar obras de teatro al aire libre en sus balcones y terrazas, así como, por supuesto, para ver las piezas arqueológicas, de oro, cerámica y barro.

Para cerrar el recorrido, tómese un café con waffles de choclo y yuca en Reminiscencias o cómase una hamburguesa y una malteada de vainilla y chocolate en El Tertu, uno de los restaurantes más populares de Venecia.
Quédese en Cerro Tusa Springs
Si viene a Venecia, quédese en este hotel y parque ecológico con más de 2 kilómetros de senderos internos con paisajes típicos de la región, así como caminos adornados por bromelias y una variedad de flores y árboles.
Sus cabañas están ubicadas en medio de la naturaleza y están diseñadas para grupos de seis personas, con tres pisos, una minicocina y una bañera en piedra. Aquí puede elegir la casa cristal o la clásica con techo de heno.
Una vez instalado en su habitación y con las baterías recargadas, recorra los senderos que conducen a Cerro Bravo y su vista panorámica de la región, así como las diferentes quebradas y charcos naturales donde se puede bañar y disfrutar de sus agua heladas y revitalizantes para la piel.
A solo 100 metros del hotel están las míticas cuevas de Santa Catalina, símbolo y orgullo de toda Venecia. Por último, el lugar ofrece un recorrido por todo el pueblo con E-Bicy Adventure, una compañía de bicicletas eléctricas que ofrece un día o más, según lo desee el visitante.
¿Cómo llegar a Venecia, Antioquia?
Desde Bogotá son 10 horas en automóvil, por la ruta Villeta, Guaduas, La Dorada, Puerto Triunfo, Río Negro, Medellín, Envigado, Caldas, Castillo, Los Palomos y finalmente Venecia. Por esta ruta debe pagar seis peajes. Si lo prefiere también puede tomar la salida por Facatativá, Mariquita, Manizales, El Rodeo, Montenegro, Fredonia y Venecia, con siete peajes y un recorrido aproximado de 12 horas.
Entre tanto, si sale de Medellín el recorrido sería de tan solo 2 horas y 30 minutos, con el pago de un solo peaje.