Billeteras virtuales, guerra de titanes

Adriana Macías
Este siglo nos arrastra frenéticamente hacia un mundo más digital, el denominado metaverso. Durante casi siete horas al día las personas navegan entre cientos de páginas web, interactúan en redes sociales, ven videos, escuchan pódcast, chatean y viven inmersas en ese mundo virtual paralelo.
Lo mismo ocurre con los medios de pago. En especial con el efectivo, cuyo uso se redujo sustancialmente a raíz del miedo al contagio del coronavirus. Además, hay una estrategia por parte del gobierno para disminuir el uso de efectivo en el país, con el propósito de promover la formalización y evitar la evasión tributaria. Pero también para facilitar la inclusión de poblaciones tradicionalmente excluidas de los servicios financieros.
Junto al efectivo ha reinado el dinero plástico, que comenzó su gloriosa era en 1950. Pero con la llegada de las billeteras virtuales la desmaterialización promete ser el futuro. Basta con mirar diez minutos de televisión o elegir un video en YouTube para que una publicidad declare que es hora de manejar su plata como quiera desde su dispositivo móvil.
¿Qué es una billetera virtual?
Resulta obvio: una billetera virtual es y hace lo mismo que una billetera de cuero o de material sintético porque guarda su dinero y le permite pagar en casi cualquier lugar, pero no le provee billetes sino que transmite bits de información a través del celular.
Con estas billeteras ya no debe preocuparse por tener efectivo para pagar el parqueadero, comprar los aguacates del ajiaco en el puesto de la esquina o los pandequesos que venden a un lado de la vía mientras se desplaza hacia algún pueblo.
En Colombia, más de diez billeteras virtuales disponibles luchan para meterse en los bolsillos de los consumidores a través de los más de 60,8 millones de dispositivos móviles que, según un estudio de Hootsuite, existen en el país.
Quienes ya se lanzaron a tener una o varias destacan como beneficio la inmediatez y la centralización de todos sus movimientos financieros, además de una ventaja adicional: ya no se les abulta el bolsillo al guardar los billetes que le dio el cajero electrónico.

“Yo también quiero una billetera virtual”
Esta nueva manera de administrar el dinero ha llegado para quedarse. En todo el mundo hay esfuerzos dirigidos a brindar un mejor servicio a través de este método. Incluso los bancos tradicionales lanzaron sus billeteras digitales, como BBVA Wallet y la Billetera Móvil Bancolombia.
Daviplata fue la pionera en materia de billeteras virtuales en Colombia. Salió al mercado hace diez años, aunque con la pandemia tuvo una explosión inusitada en el número de usuarios. De acuerdo con Margarita Henao, CEO de Daviplata, de 6,1 millones de usuarios registrados en 2019 pasaron a 11,6 millones al cierre de 2020, y en este año alcanzarán los 13,5 millones de clientes.
“En esencia, 40 % de los adultos bancarizados en Colombia tienen Daviplata y dentro de esos usuarios hay una participación importante de personas que reciben subsidios, adultos jóvenes y clientes de otras entidades bancarias”, señala la ejecutiva.
Una herramienta simpática para muchos
Este es, sin duda, un competidor de marca mayor si se tiene en cuenta que en su proceso de evolución ha incorporado nuevas funcionalidades para los usuarios. Algunos son depósitos, bolsillos de ahorro, microseguros, tienda virtual, todo el sistema de pagos, nanocréditos y un nuevo perfil para emprendedores.
Además, operan como vertical financiera de Rappi Pay y de la app Cívica del Metro, en Medellín. “Somos una neobanca incluyente y competimos en las billeteras porque podemos mover el dinero y ser un medio de pago”, afirma la ejecutiva.
Lo cierto es que las billeteras cuentan con la simpatía de al menos el 93 % de los adultos encuestados, de 18 países, en el marco del estudio Mastercard New Payments Index. Pero también se perfilan con gran potencial “métodos de pago emergentes como las criptomonedas, las tecnologías biométricas, los pagos sin contacto o el código QR”, revela el informe.
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Desde los jóvenes hasta los más grandes
La historia de Nequi es otra, pues en Bancolombia se rompían la cabeza pensando cómo atraer a los millennials y centennials que no simpatizaban con la banca tradicional. Para resolver el acertijo, en 2016 lanzaron Nequi y conquistaron a miles de jóvenes que buscaban una manera sencilla de manejar su dinero sin salir de casa, ni tener que ir a una oficina de banco, ni pagar cuotas de manejo o el impuesto del 4×1000.
“Se puede decir que Nequi comenzó como billetera virtual porque podían hacerse transferencias de un Nequi a otro o pagar por servicios y bienes, algo muy básico. Pero con el tiempo nos transformamos y hoy somos un banco ciento por ciento digital, con una amalgama de ofertas que ningún otro banco ofrece”, explica Andrés Vásquez, director de Nequi.
Con la pandemia se sumaron a Nequi nuevos perfiles de usuarios que requerían el pago de los subsidios que otorgan el Gobierno Nacional y algunos gobiernos locales, especialmente en zonas rurales. Según Vásquez, cada mes se registra un promedio de 500 mil nuevos usuarios, que se sienten muy cómodos de manejar el dinero a través de su celular, pero que también valoran la red que les ofrece Bancolombia, porque “sienten que no tienen su plata atrapada en el celular”, indica el directivo.
Nequi tiene claro que compite de tú a tú en el segmento de billeteras virtuales, y para generar diferenciación ya integró servicios con Paypal, entre otros, que facilitan la recepción de pagos y remesas desde el exterior, una apetitosa “torta” que en el primer semestre del año llegó a los 3.080 millones de dólares.

Bájele al gasto
Todos conocemos las pavorosas historias de los robos en cajeros automáticos o la famosa clonación del plástico… ¿está feliz al pensar que con la billetera virtual ya no se expone a malas experiencias? Pues lamentamos informarle que estas también pueden enfrentar riesgos de fraude, especialmente si no tiene buenos niveles de seguridad en el celular y permite que su hijo pequeño vea videos en TikTok o descargue juegos de dudosa procedencia para entretenerse mientras usted trabaja.
Juan Camilo González, experto en finanzas personales y fundador de Figuro, dice que es importante activar el mecanismo de doble autenticación en el celular, como el lector de huella digital y el código de acceso para prevenir riesgos en caso de pérdida o robo del equipo.
Y al igual que con la tarjeta de crédito, nunca debe perder de vista su móvil cuando va a pagar con billetera virtual. Tampoco debe acercarlo a un equipo sospechoso antes de verificar la autenticidad del mismo.
Recomendaciones generales
Más allá de las recomendaciones de seguridad, también existen sugerencias para quienes no han logrado bajarle el ritmo a la manera de gastar su dinero y más se demoran en recibir el sueldo que en desaparecerlo pagando deudas o comprando cuanta cosa se les atraviesa.
Primero: evite abrir múltiples billeteras virtuales y utilice solo una para aquellos gastos “no esenciales”, como las salidas a comer o a divertirse con los amigos, de tal manera que la recargue con lo estrictamente necesario para cubrir ese rubro de gastos. Así evitará pasarse del límite en su presupuesto.
Y es que con este tipo de medios de pago virtual, en donde no se siente dolor de sacar los billetes del bolsillo, existe más propensión a gastar en exceso y ser más generoso con las propinas en los restaurantes y los hoteles. ¿No me cree? Le apuesto lo que quiera a que cuando tiene un billete de 50 mil pesos en la billetera física se esfuerza por evitar gastarlo, porque sabe muy bien que pronto se convertirá en un billete de 20.000 pesos, luego en uno de 10.000, y finalmente en monedas para la alcancía. Con la billetera virtual, en cambio, solo ve números que cambian en una pantalla. El impacto psicológico es menos abrasivo.
Aplicaciones para llevar presupuestos
Para que le baje el ritmo a sus gastos, González sugiere utilizar otras herramientas digitales, como las aplicaciones que permiten asignar presupuestos y llevar un control de los gastos diarios. Con esa información se debe hacer una evaluación trimestral de la conducta financiera y “ajustar tuercas” en donde corresponde para no seguir desbordados.
Margarita Henao, CEO de Daviplata, asegura que el valor promedio del ticket de compra con Daviplata alcanza los 94.000 pesos, un valor alto en un país en donde el 90 % de la población gana menos de dos salarios mínimos mensuales, es decir, alrededor de 1.817.052 pesos. “La razón es que la gente también paga con nuestra billetera virtual en las grandes superficies y no solo en la tienda de la esquina de su casa”, afirma.
En esencia, las billeteras virtuales estarán muy presentes en su vida de ahora en adelante y no será raro ver que cada vez nuevos competidores intenten seducirlo para que “les compre” su propuesta.
¿Cómo elegir la opción más conveniente?
“La diferenciación –dice Henao– estará en la facilidad de uso, la confiabilidad de la marca, la seguridad en las operaciones, la capacidad de atender las necesidades de los usuarios de manera rápida y personalizada, así como de generar ecosistemas”.
En conclusión, la sugerencia es tener un pie en el universo real, con entidades confiables que respalden el producto, en lugar de lanzarse de lleno al metaverso de las billeteras digitales para tener a quién reclamarle a la hora de enfrentar un fraude o un problema en alguna transacción.
*Con reportería de Juan Pablo Quintero.
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