Moda: Un año sin pasarelas y los desafíos en época de pandemia

Marionetas, modelos fantasma, pequeños filmes y colaboraciones inéditas tomaron el lugar de los desfiles de moda en este año pandémico.
 
Moda: Un año sin pasarelas y los desafíos en época de pandemia
Foto: Cortesía Moschino
POR: 
Andrea Domínguez

Las enfermeras caminan envueltas en trajes lunares por los pasillos de los hospitales. Una medusa del Mediterráneo navega por los desolados canales de Venecia. Los bebés pasean en los canguros de sus madres, pero en lugar de llevar baberos, un tapabocas les cubre la cara. Matrimonios, velorios, cumpleaños y graduaciones se celebran a través de las pantallas. Este año pandémico ha visto todo lo inimaginable.

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El trabajo de las artistas Catty Taylor y Leanne Elliott Young para la colección de alta costura Tinitus, del diseñador August Getty. Foto cortesía Instituto Digital de Moda


Por supuesto, el mundo de la moda, uno de los más golpeados por los confinamientos, no se quedó atrás en su aporte de surrealismo al cúmulo de imágenes que quedarán registradas de este inolvidable 2020. Uno de los aspectos de esta industria que más se transformó fue el de las pasarelas. Esa especie de orgasmos de la moda reservada para unos cuantos privilegiados, que ven en primera fila lo que el resto de los mortales usarán o codiciarán durante todo el año.

Gracias al coronavirus, los desfiles de las grandes semanas de la moda y su adrenalina fueron reemplazados. Muchos por propuestas virtuales que apelaron a la creatividad, la reflexión y la autocrítica. Hemos visto marionetas vestidas de alta costura, trajes desfilados por modelos fantasma, desfiles sin público y puestas en escena ambientadas en las más variadas fantasías.

Y sí, definitivamente se perdió la emoción de las luces apagadas. Del silencio expectante y los corazones acelerados cuando empieza la música y salen las modelos para mostrar la visión de un determinado diseñador. Pero las circunstancias atizaron la creatividad, llevaron a la democratización a través de las redes sociales y forzaron la introspección y la autocrítica en quienes producen y consumen moda.

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Azzaro Couture, la casa de moda francesa, tuvo como musa a la cantante belga Sylvie Kreusch. Foto cortesía Azzaro Couture


Por ejemplo, con su ya famoso show de marionetas para presentar su colección primavera-verano 2021, la marca italiana Moschino aceptó la ausencia temporal de las pasarelas sin renunciar a la fantasía que estas involucran.

Con la ayuda de la compañía de marionetas The Jim Henson’s Creature Shop, creadora de los Muppets (las mismas de Plaza Sésamo), el director creativo de Moschino, Jeremy Scott, consiguió sorprender y comunicar su mensaje al reemplazar a las modelos humanas por pequeñas marionetas. En un desfile a través de los hilos, Moschino presentó ante su audiencia habitual de críticos de moda ‒también representados por marionetas y sentados en primera fila los cuarenta trajes diseñados para la temporada.

Además, la marca eligió mostrar en cada uno de los diminutos trajes los cortes y costuras que normalmente están ocultos en el interior de la ropa. El propósito de esta decisión fue revelar el trabajo interior que implica la confección y aludir a cómo la pandemia nos ha hecho reflexionar. “Mientras vemos el mundo romperse por las costuras, el trabajo interno de algo nuevo se verá expuesto”, comentó en su momento Scott.

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Desde otra esquina de la creatividad y de los recursos, la joven diseñadora congoleña radicada en Estados Unidos, Anifa Mvuemba, sorprendió con sus “modelos fantasma”. Anifa, de 29 años, estaba emocionada con el debut que haría de su línea Hanifa en la Semana de la Moda de Nueva York, hasta que apareció el coronavirus y cerró todas las pasarelas, incluida la suya.

Decidida a no dejarse arrebatar este momento y en una apuesta igualmente creativa y arriesgada, Anifa presentó su colección a través de looks animados en 3D. Solo que los vestidos aparecieron desfilando por sí solos, como si tuvieran vida propia. Su colección Pink Label Congo, vista por streaming en Instagram por decenas de miles de personas, fue una vitrina que pocos obtienen para sus desfiles en el mundo de la moda.

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Para las marionetas, Moschino se asoció con The Jim Henson Creature Shop.


En esa misma dirección, las artistas digitales Catty Taylor y Leanne Elliott Young decidieron aunar esfuerzos y crearon el Instituto Digital de Moda. Uno de los más buscados en esta pandemia gracias al universo 3D, detallado y cuidadoso, que crearon para varias marcas (hicieron hasta una portada para la revista Vogue con una modelo virtual). Ambas consideran que es necesario democratizar la moda, volverla más incluyente y diversa, y más sostenible. Objetivos que se logran a través de la comunicación digital.

“Debido a la pandemia y la crisis global que se ha generado hemos visto el pico más alto en la adopción de la comunicación digital dentro de la industria de la moda, y con esto viene la oportunidad de crear y mostrar estrategias digitales atractivas y diversas, que inspirarán una etapa pos-COVID-19. ¡Es el momento de cambiar las cosas! Queremos desafiar el sistema jerárquico de un desfile de moda con realidad aumentada, apoyar a las comunidades más desfavorecidas, disminuir la producción con renders digitales alternativos, la construcción de universos digitales a partir de prendas 3D, y modelos de todos los géneros, tamaños y razas”, asegura Leanne Elliott Young en su página.

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En opinión del productor de moda y profesor Camilo Monsalvo, este año sin pasarelas ha traído desafíos y enseñanzas. “Hemos perdido la emoción de la vivencia: que te apaguen la luz, estar sumergido en ese momento, la experiencia sensorial… Pero también en circunstancias como las actuales, se puede ganar, por ejemplo, en democratización. En un desfile de una semana de la moda puede haber cien espectadores; a través de las redes sociales, miles de personas alrededor del mundo pueden tener exactamente la misma experiencia”, afirma.

Desde el punto de vista conceptual, agrega Monsalvo, también se puede valorar el esfuerzo que han hecho los diseñadores para dar a conocer su trabajo este año. Sin contar con el recurso de la pasarela en vivo. Mediante videos, algunas marcas optaron por contar una historia, ir más allá de la puesta en escena y hablar de lo que hay detrás de una colección, sin desmenuzarla tanto que se pierda la magia. Otras fueron muy creativas, como los mencionados casos de Moschino y Anifa. Y algunas más hicieron colaboraciones inéditas con artistas de otros sectores.

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Colaboración entre el Instituto Digital de Moda con la casa de moda Balenciaga.


Entre esas colaboraciones célebres están la de la cantante belga Sylvie Kreusch, musa única de la presentación de Azzaro Couture, y la de la actriz Carice van Houten, la famosa Sacerdotisa Roja de Juego de tronos. Esta última, más que modelar, interpreta un vestido de Iris van Herpen. En un video que muestra la pericia de la diseñadora holandesa, tanto en el uso de la tecnología como a la hora de aprovechar el trabajo manual que llevan muchas de sus piezas.

La virtualidad permanecerá más allá de la pandemia

La moda colombiana también tuvo que adaptarse de un día para otro. Tal como lo relata Leonor Hoyos, directora de Plataformas de Conexión de Inexmoda, la industria de la moda en el país se preparaba para Colombiamoda cuando explotó la pandemia. “Estábamos a tres meses del evento, los diseñadores tenían avanzadas sus colecciones y veníamos con proyectos que iban muy adelantados. En ese momento pensamos ¿aplazamos? Pero muy pronto supimos que no podíamos parar nuestro trabajo de conectar el sistema moda ni lo que hacemos por la promoción, la visibilidad y el crecimiento de los negocios del sector. ¿Cómo íbamos a dejar todo ese trabajo guardado en un cajón?”, recuerda Hoyos.

Entonces, rápidamente, el evento se transformó y empezaron a desarrollar ideas y alianzas para poder realizar la Semana Digital de la Moda de Colombiamoda. “En un momento en el que todo el mundo hablaba de confinamiento, los negocios estaban cerrados, el panorama era gris, logramos seguir adelante con la feria y conectar emocionalmente al consumidor, conectarlo con esa magia que tiene la moda”, agrega.

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Avatar creador por el Instituto Digital de Moda para la portada virtual de Vogue Italia. Foto cortesía Instituto


A pesar de las dificultades técnicas, el balance fue positivo. Mientras que en un evento ferial normal no pasan de tener mil espectadores en un recinto solo en puestas en escena, este año 77 mil personas estuvieron conectadas a este tipo de presentaciones. “La conexión virtual es muy importante y seguirá creciendo; no creo que vaya a reemplazar a los eventos físicos cuando se puedan volver a realizar. La emoción de la experiencia es difícil de replicar. Pero sí creo que la virtualidad se quedará y que no podemos abandonar lo que acaba de suceder. Tenemos que sacarle provecho a lo que aprendimos y mayor ventaja a ambas modalidades”, puntualiza.

La creatividad y resiliencia de los creadores colombianos tomó diversas formas durante esta feria virtual. Rafael Bernal, coordinar de la pasarela especial para Colombiamoda y docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, vivió con sus alumnos la transformación de las expectativas y los planes que tenían de convertir su trabajo académico, de casi un año, en deslumbrantes pasarelas para Colombiamoda.

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“Fue un desafío y un aprendizaje. Al principio pensamos en hacer un fashion film. Pero por costos y coherencia con Inexmoda, nos juntamos a la propuesta de la feria de hacer unas puestas en escena virtuales sobre un croma. Al final, seis de las siete marcas lograron realizar su propuesta para la semana virtual”, explica Baena.

Según el docente, hubo dificultades técnicas y el producto final no salió con la calidad que esperaban. Pero fue un gran aprendizaje para años venideros. Pues considera que las puestas en escena virtual pasarán a formar parte permanente del proceso académico y las semanas de la moda aún más allá de la pandemia.

Desde lo conceptual, Baena se declara satisfecho con las propuestas innovadoras de las seis marcas presentadas: Dado, Maure, Manglar, Prisco, Errantes y Julias. “Todos se adaptaron a la pandemia: desde el reto grande de terminar la ropa con las ciudades cerradas y los problemas de acceso a los proveedores, hasta el replanteamiento de las puestas en escena. Hoy, las seis marcas funcionan, lanzan cápsulas de colección, hacen su camino”.

El desfile de Andrés Pajón en Colombiamoda se realizó en las escaleras del Museo de Arte Moderno de Medellín. Cortesía Andrés Pajón


Finalmente, desde la óptica de una marca ya consolidada como Andrés Pajón, también este 2020 ha traído muchos aprendizajes. Uno de los dos creadores de la marca, Felipe Cartagena, recuerda la rapidez con la que debieron decidir qué hacer a principios de este año con una bodega repleta de telas listas para ser transformadas en ropa de diseñador.

Al momento de escoger cómo replantear su presentación en Colombiamoda, optaron por grabar un desfile en una de las locaciones de Medellín a la que le tenían puesto el ojo desde hacía años.

“Andrés (Pajón) y yo amamos las pasarelas, así que era lo más coherente con la marca y esta era la oportunidad para grabar en una locación soñada. En medio de ese encierro en el que estábamos, y además en medio de muchos días lluviosos, el día de la grabación fue soleado, tranquilo, resplandeciente. Conseguimos lo que queríamos: ver a las chicas desfilar tranquilas, serenas y que las prendas tuvieran el movimiento que nos gusta darle a la ropa. Al final, fue una celebración de colegaje porque pudimos hacerlo gracias a que muchos donaron su trabajo: las modelos, los realizadores, las cámaras, en fin, fue algo muy bonito”, dice Cartagena.

Creación presentada por estudiantes de la Universidad Pontificia Bolivariana en Colombiamoda. Cortesía Inexmoda


Y ese espíritu colaborativo que se despertó con la pandemia también llevó a diez diseñadores colombianos, entre ellos a la marca Pajón, a formar el colectivo PAL; Proyecto de Apoyo Local, que se asoció para respaldar el diseño colombiano en estos tiempos desafiantes.

En Colombiamoda, el colectivo presentó su Bestiario, una colección creada en conjunto por los diseñadores integrantes del colectivo. La dinámica se basó en la creación de “cadáveres exquisitos”. Es decir, la construcción de cada pieza con las intervenciones de varios creativos hasta llegar al producto final.

“De este año tan difícil, con tantos desafíos y vivencias duras para tanta gente que ha perdido familiares o ha perdido su trabajo o su negocio; yo rescato que en este segmento de la moda, tanto a escala nacional como internacional, entre los grandes y los pequeños, ha habido la capacidad de seguir, de encontrar la forma de mostrar el trabajo y continuar”, finaliza Cartagena.

         

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noviembre
24 / 2020