La oscura verdad detrás de las réplicas en la moda

Esta industria afecta a todo el mundo de la moda e incluso puede llegar a desestabilizar la economía de un país.
 
La oscura verdad detrás de las réplicas en la moda
Foto: Ervan M Wirawan on Unsplash
POR: 
Adrián David Osorio Ramírez

Comprar una réplica de unos tenis Adidas que cuestan menos de $90.000 pesos, o una prenda Gucci a $50.000, puede parecer una acción ingenua de quien no puede costear el producto original.

Sin embargo, la industria de las réplicas en la moda es una forma de contrabando, y en muchas ocasiones estos productos financian distintos tipos de actividades ilegales.

El fenómeno de replicar un diseño no es algo nuevo. La historiadora de moda Alexandra Palmer asegura que este mecanismo de ventas “comenzó tan pronto como nombres específicos se asociaron con diseños de alta costura”.

En 1913, según información del Instituto de Tecnología de la Moda (Fashion Institute of Technology), el modisto francés Paul Poiret descubrió que se vendían copias ilegales de sus diseños en Estados Unidos, los cuales incluían su etiqueta, por tan solo 13 dólares.

Louis Vuitton
Foto: Pexels. Anne R.

¿Productos de lujo al alcance de todos?

Y es que la etiqueta del producto es en la moda el equivalente a la firma de un artista en su pintura. Es el sello de confianza que respalda el proceso de imaginación, diseño y producción que hay detrás de cada pieza.

Más recientemente, en la década de los ochenta, el sastre Dapper Dan revolucionó la industria de la moda al incluir en sus prendas gran cantidad de logos que no le pertenecían.

Decenas de logotipos de Louis Vuitton, Fendi y Gucci hacían parte de sus diseños de imitación, los cuales llegó a vender a reconocidos exponentes del hip-hop.

Estas acciones lo llevaron a ponerle fin a su negocio en el año 1992, tras una demanda por plagio y violación de propiedad intelectual. Pese a esto, las prendas de Dapper Dan impulsaron y popularizaron la idea de productos ‘de lujo’ al alcance de todos.

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¿Falsificaciones o réplicas?

María Juliana Marín, abogada y máster en Fashion Law, explica que este es “un negocio paralelo que trabaja de la mano de la ilegalidad. En el derecho de la moda se habla de varias categorías: las imitaciones o falsificaciones, conocidas como counterfeits, y las réplicas, knock-offs, siendo las dos igual de problemáticas”.

“En el caso de las réplicas se hace referencia a esas copias casi exactas de un producto original: prendas de vestir, carteras, zapatos, joyería, productos cosméticos, etc. La finalidad de los productores y distribuidores de estas réplicas suele ser engañosa, intentando hacer pasar por original un producto que no lo es, lo que se conoce en derecho del consumidor y en propiedad industrial como generar confusión”.

Steven Kolb, presidente y director ejecutivo del Consejo de Diseñadores de Moda de América, asegura que “la mayoría de falsificaciones tienen conexiones oscuras. Podemos hablar de tráfico de drogas, crimen organizado y trabajo infantil”.

Chanel
Foto: Unsplash. Laura Chouette.

La motivación detrás de la compra

Jeniffer Varela, periodista y autenticadora de moda y lujo, explica este fenómeno a través del término ‘consumo conspicuo’, acuñado por el sociólogo Thorstein Veblen, explica el afán de gastar dinero en objetos sobrevalorados.

“El tema con el consumo conspicuo es que es propio de la clase obrera, debido a que lo que busca es impresionar al resto de la sociedad. A diferencia de las clases altas, que no necesitan hacerlo porque se asume que poseen riqueza”, analiza Varela.

Investigaciones de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca de España, demuestran que la decisión de comprar artículos falsificados se relaciona con muchos factores que se pueden clasificar en 3 variables.

La primera corresponde a los factores personales: la edad de la persona se relaciona con la exposición que posee ante marcas de lujo, la probabilidad se reduce si no incide en los gastos del hogar, y la fidelidad de las personas frente al consumo de algunas marcas en específico.

La segunda variable es el producto, en donde se encuentran factores como el prestigio de la marca y su relación a un estilo de vida en particular, los precios en comparativa y el acceso a plataformas que ofrezcan productos originales.

Por último se encuentra la variable del entorno, en donde incide la existencia de oferta de falsificaciones o réplicas en el ambiente del consumidor y a la aceptación de esta práctica por parte de las personas cercanas.

Réplicas en redes sociales

A diferencia de la época de Paul Poiret o la de Dapper Dan, en las que la moda falsificada se encontraba en lugares marginados o poco concurridos, hoy en día el acceso a las réplicas está a un solo clic.

Ghost Data explica en un estudio que “la falsificación es un problema mundial peligroso que está ampliando enormemente su alcance en las principales redes sociales”.

Como resultado de dicha investigación se evidencia que actualmente Instagram es la plataforma más usada para la venta de este tipo de productos, con 70.000 cuentas identificadas durante 2021, las cuales realizaron más de 80 millones de publicaciones y más de 1,6 millones de historias por mes.

Pero Instagram no está solo. Ghost Data asegura en su análisis que, aunque allí se ofrecen los productos, casi el 57 % de los perfiles que ofrecen objetos falsificados le dan la posibilidad a sus compradores de comunicarse por medio de WhatsApp.

De esta manera, si Instagram cierra la cuenta de un usuario por violar los términos de servicio, el vendedor tendrá el contacto de los clientes potenciales en la aplicación de mensajería instantánea.

El estudio aseguró también que en 2021 el mercado de los productos de imitación superaron los 1,8 billones de dólares y podrá significar pérdidas por 30 billones de dólares para las firmas de lujo.

Además de estas pérdidas, el informe Falsificaciones 2016 muestra que las falsificaciones en el sector de la confección, calzado y accesorios, provoca la pérdida de 362.600 puestos de trabajo en la Unión Europea.

Redes sociales moda
Foto: Pexels. Cottonbro.

El fenómeno en Colombia

En mayo de 2018, a pocos días del inicio del Mundial de Fútbol en Rusia, las ventas de réplicas de camisetas de la Selección Colombia aumentaron notoriamente. Durante ese mes, las autoridades decomisaron un millón de prendas de 32 bodegas del centro de Bogotá.

Esto es tan solo una muestra de la magnitud de esta industria. Según la Cámara de Comercio de Bogotá, de enero a marzo de 2017 las incautaciones de materias textiles y sus manufacturas alcanzaron los 11.214 millones de pesos.

La gran mayoría de estas prendas tenían como destino centros comerciales como San Andresito y San Victorino, en Bogotá. Una muestra de que la comercialización de las réplicas está muy lejos de ser una actividad clandestina.

A esto se suman las ventas por medio de Mercado Libre, en donde cualquier persona puede ofrecer imitaciones o réplicas a una inmensa base de datos de compradores.

En el país, este tipo de productos han tomado tanta fuerza que cada vez son más los comerciantes que deciden venderlos. En entrevista con VICE, un comerciante de ropa que lleva 10 años en el negocio afirma que “como la economía ha estado dura, las réplicas han ganado aún más terreno.”

¿Cómo identificar una réplica?

Una de las diseñadoras colombianas que ha hecho pública su lucha contra la industria de las réplicas es Daniela Salcedo. La joyera compartió en el podcast Latinoamérica de Moda que ha encontrado sus diseños de aretes hasta en 2 dólares en páginas web de imitaciones.

Una forma sencilla de identificar si un producto es réplica o imitación consiste en comparar el precio que se ofrece con el de páginas certificadas que venden productos de lujo, como Farfetch, que tiene servicio en Colombia.

Mientras que una página de réplicas en Instagram vende un par de zapatos con el logotipo de Dolce & Gabbana por 150.000 pesos, en Farfetch estos mismos cuestan 680 dólares.

“La premisa para comprar es siempre la misma: la gente quiere status. Y, en algunos casos, cree que no tiene que pagar por ello”, argumenta Jeniffer Varela.

Las implicaciones legales

En cuanto a las leyes o regulaciones que existen en la país para contrarrestar la industria de las réplicas, la experta en Fashion Law, María Juliana Marín, comenta que “al tratarse de marcas registradas, y al estarse haciendo un uso no autorizado de éstas, se protege legalmente a través de procesos de infracción marcaria ante la Superintendencia de Industria y Comercio”.

Además, “se pueden tomar otras medidas desde el punto de vista de la pirateria marcaria y protegerla por la vía de control aduanero, ya que la mayoría de réplicas que se comercializan en el país no son fabricadas en Colombia e ingresan a través del contrabando”, agrega.

Por último, “nuestro Código Penal contempla los delitos de falsedad marcaria y la usurpación de derechos de propiedad industrial”, finaliza Marín.

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enero
12 / 2022