La historia de 4 mujeres detrás de 4 marcas del BCapital 2019

Revista Diners
El olor de los perfumes se mezclaba en el ambiente. La ropa, los accesorios, el maquillaje, los zapatos y todo lo que se pudiera usar para decorar el cuerpo era protagonista en ese gran salón exclusivo para diseñadores, vendedores, compradores y asistentes reunidos en uno de los eventos más importantes de la moda en la capital: BCapital.
Este evento anual, realizado por Inexmoda en Bogotá, reúne a los más destacados diseñadores, modelos, marcas y expertos de la moda para mostrar las novedades y talentos del último año.
La quinta edición de este evento se llevó a cabo del 17 al 18 de octubre y se realizó por primera vez en el Hotel Tequendama. BCapital destinó un espacio especial para emprendedores, llamado BCool, que reunió a 10 marcas. Diners recorrió este lugar y seleccionó cuatro propuestas que tienen en común la creatividad y la visión de una mujer detrás de cada una. Les contamos de quiénes se trata.
Claudia Agudelo
Exex
Su tono de voz es fuerte y su rostro es el reflejo de los años de experiencia. Su sonrisa es el destello de su característica frescura y sus ojos cafés y achinados complementan una expresión de felicidad. “me defino como una mujer alegre. Me dicen que tengo un aura muy limpia”, comenta Claudia Agudelo, diseñadora paisa que reside hace 30 años en California y que por primera vez tiene una visita de trabajo en Bogotá.
Al llegar a su espacio, lo primero que se observa son las joyas puestas sobre las mesas y organizadores llenos de aretes en perlas, anillos con piedras luna, collares con turquesa, dijes con esmeraldas y diseños florales. Todo un conjunto de piedras semipreciosas que aún sin tocarlas transmitían tranquilidad e impresionaban a cualquier espectador. “Una de las cosas que más me inspira es ver la sonrisa de las clientas cuando se ponen las piezas. Me encanta llenar a la gente de alegría”, describe la diseñadora.
Cuando Claudia era niña soñaba con salir en revistas, “mi mamá siempre me mandaba a comprar Vanidades, Buenhogar, Cosmopolitan, y yo siempre me sentaba a mirarlas antes de llegar a donde ella, y me decía ‘cuando sea grande quiero salir en las revistas’”, e hizo su sueño realidad, no solo saliendo en magazines como Vogue, sino mostrando su marca de joyas en portadas y anuncios publicitarios.
Sacó adelante a tres hijas vendiendo aretes. Es la número seis de una familia de siete hijos, dice que su papá es un emprendedor consolidado y a su madre le gustaba pintar flores. Su encuentro con la joyería lo denomina como un accidente. “estudié seis semestres de diseño en la Universidad Bolivariana y me fui a vivir a California cuando tenía 23 años. Estaba sentada en las clases de inglés y vi que decia -clases de joyeria- y pensé “perfecto, no tengo que hablar” así que me senté y nunca me paré”.
Cuando sus primeros diseños pasaron de bocetos a la realidad, una vecina le sugirió llevar las joyas a las clientas de su peluquería; y una tarde en algún establecimiento de Beverly Hills, Claudia vendió sus primeros accesorios y regresó a su casa con la maleta vacía sin pensar que 11 años después pasaría cerca de ese lugar, para asistir a la premiere de la película Frida, pues la protagonista Salma Hayek había escogido sus gemas para la presentación.
“Mi vida ha sido siempre una conexión de casualidades. Siempre una cosa me ha llevado a la otra”. Después de eso, se dedicó a impulsar su negocio y empezó a vender en diferentes ferias de arte, en donde la contactaron de Nordstrom, de Estados Unidos, una famosa cadena de tiendas de lujo que se interesaron por sus diseños y empezaron a distribuirlos
Para Claudia no hay imposibles, es una mujer agradecida con los regalos de la vida y con las oportunidades que esta le ha dado, asegura que quiere ayudar a otras personas a impulsar sus empresas, y que su pasión por la joyería es tan grande que nunca va parar de alegrar la vida de sus compradoras.
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Natalia Pineda
Vintro
La mezcla entre lo vintage y lo retro. Bolsos que recrean las otras épocas, con diseños y detalles contemporáneos, maletas con huellas de perros, bulldogs franceses en carteras color pastel, pequeños estampados en maletas, billeteras, portadocumentos y maletines creados con un solo objetivo: generar emociones y contar historias.
Natalia Pineda es la diseñadora detrás de la marca, pero hizo equipo con otras dos amigas del colegio, para darle vida a Vintro. “Lo que hacemos es volver extraordinario un objeto tradicional. Buscamos inspiración en el pasado, en historias que nos generan emociones y las traemos al presente por medio de nuestras colecciones”, comenta Natalia mientras mueve sus manos para mostrar todos los diseños organizados desde el más pequeño hasta el más grande, en una amplia plataforma.
Se define desde niña como un alma tropical. Su amor por el mar y los animales ha sido permanente y soñaba con ser bióloga marina. “Terminé siendo diseñadora industrial y montando empresa porque fui mamá muy joven. Mi mamá falleció cuando yo tenía 16, y tuve a mi hija a los 18”, comenta Natalia.
Se unió con sus socias en 2012 y la empresa empezó a crecer, al punto de tener actualmente puntos de venta en Medellín, Envigado, Bucaramanga y Bogotá.
“Los emprendedores por donde metemos la cabeza sacamos el cuerpo”, dice riendo Natalia y añade que para cada colección existe un proceso de investigación profunda que termina plasmado en la elaboración de sus productos.
“Pienso que las mujeres somos unas berracas, como fui mamá tan joven siento que le tengo que demostrar a mi hija que las mujeres podemos solas en todo el aspecto de la vida. Mi hija me inspira y me gusta saber qué inspira a otras mujeres” finaliza.
Stephany Gregory
Inanna
Diseños tropicales y playeros adornaban una amplia perchera ubicada en el gran salón del piso 17 del hotel. Trajes de baño amplios que a simple vista se entendían de talla grande y otros muy pequeños.
Se dirigen hacia mí Stephany Gregory, creadora de la marca; y Adriana Chávez, diseñadora de la misma. Juntas y en compañía de un socio se unieron hace más de un año y crearon Inanna. “La creé por una necesidad personal básica: Encontrar ropa de talla grande, pues en Colombia es complicado, sobre todo bonita y atractiva, porque soy una mujer joven y a parte soy una talla 16, entonces era imposible”, explica Stephany.
Stephany Gregory, la creadora caleña estudió enfermería y entre carcajadas asegura que definitivamente no era lo suyo, “quería ser doctora por cumplirle el sueño a mi mamá de tener un diploma bonito. Me metí en el tema y me di cuenta de que no”.
Por otra parte, Adriana es diseñadora de la Universidad de los Andes y siempre sintió que lo suyo era el emprendimiento, pero le hacía falta la parte comercial, así que “la vida me puso a Stephany en el camino. Yo fui la última que entré a la sociedad y a raíz de mi ingreso transformamos lo que venían trabajando”
Y es que inicialmente Inanna nació para que las mujeres de tallas grandes encontrarán un vestido de baño que además de hacerlas sentir cómodas, las hiciera ver bonitas, femeninas y atractivas, “queríamos empoderar y reconciliar a las mujeres con el cuerpo”, aclara la fundadora. Sin embargo, tras la llegada de la diseñadora entendieron que no solo era importante crear para estas mujeres, sino que era necesario diseñar para todo tipo de mujer.
“Cuando me levanto y miro el celular lo primero que veo son likes, comentarios de agradecimiento, cosas bonitas y pienso que le estoy cambiando la vida a personas que no conozco”, Afirma Stephany. Y Adriana complementa diciendo: “Con el tema de la inclusión y de las tallas grandes tocamos las fibras de las personas. Logramos afectar la vida de otros y queremos crear un mundo en el que ninguna mujer tenga que agradecerle a una marca porque se siente bien o cómoda. La gratitud da la fuerza, pero siento que es algo que tiene que cambiar”
Planean a futuro presentar su nueva colección en el Bogotá Fashion Week y empezar a hacer la marca más sostenible, con materiales amigables con el ambiente.
Sara Ramírez
Maralta
Sara Ramírez quiso ser emprendedora desde pequeña. Su primera empresa fue de cámaras de seguridad, allí trabajó con hombres en un ambiente pesado y confrontante. Después de 8 años cerró el negocio, sentía que su futuro no estaba claro y la pasión por lo que hacía era totalmente nula.
Hoy, después de algunos años de su primer emprendimiento, viste con orgullo un body negro con encaje en el pecho, que horma y resalta la figura de su cuerpo. Su línea de ropa interior, pijamas y bodies ya lleva dos años en el mercado y dice que todo es producto de una sociedad exitosa.
“Pedí un crédito al banco para montar la empresa y luego quise tener una estabilidad económica para dejar de lado las deudas, así que me asocié con Ana Mejía y allí nació Maralta”, dice Sara.
Con la seguridad de que la empresa iba a progresar, el año pasado empezaron a exportar a España y Perú, y actualmente tienen un punto de venta en Ecuador. “Encontré afinidad en esto, me parece interesante, entretenido, tengo talento para producir. Participé en un programa de la Alcaldía de Medellín en alianza con Inexmoda y después de unos filtros logré llegar a ColombiaModa”.
Maralta es una marca 24/7 y viste a la mujer así. Su diseño no se basa en un prototipo físico. “Yo diseño para las emociones de la mujer, y eso lo compartimos nosotras. Lo que hago es que entrego desde prendas básicas para salir a mercar, hasta para un aniversario donde debes ser sensual”.
Su sueño de tener personal, equipo de trabajo y empresa se hizo realidad y actualmente trabaja intentando generar bienestar. “Me encanta que la gente con la que trabajo esté feliz, que el equipo esté bien. Vivo para tratar de darle bienestar a los que me rodean”, y eso se percibe en cada palabra y en cada sonrisa que brinda.
Finalmente, considera que controlar sus emociones ha sido lo más complicado de este proceso. “Cuando hay tanta pasión y tanta emoción a veces se da de más y se entrega de más. Es importante mantener en orden las emociones, positivas y negativas, aprender a ser prudente” concluye la diseñadora.