Longchamp: arte de vida

Tres generaciones han marcado la esencia de la casa de lujo francesa Longchamp, que cumple setenta años de vida. Recorrido por una apasionante historia de creatividad y estilo.
 
Longchamp: arte de vida
Foto: Cortesía Longchamp
POR: 
Revista Diners

En pleno corazón de París, en el boulevard Poissonière, el 1 de febrero de 1948, Jean Cassegrain, dueño de una tienda de tabacos, decidió expandir su oferta a pipas recubiertas de cuero. Para lograr su objetivo, seleccionó las pieles de mayor calidad y se rodeó de los mejores artesanos. Tres meses más tarde, presentó su primera colección en la Feria de París: desde una pipa recubierta en cuero hasta ceniceros, toda una revolución para la época y el estilo parisino.


El fundador, Jean Cassegrain, fue el primero en diseñar una pipa cubierta de cuero


Al poco tiempo creó una línea de maletines, blocs de notas y portatarjetas. La gente comenzó a pedir sus productos y todos en la familia Cassegrain ayudaban en el negocio. Philippe, su hijo mayor, así lo recuerda: “En ese momento no íbamos a la escuela los jueves, hacíamos cajas de cigarrillos o portapasaportes; mi padre tenía una pequeña máquina para marcar Longchamp en dorado. Cuando cumplí quince años me dieron una Vespa para entregar pedidos en el bulevar Haussmann, hogar de muchos hoteles de lujo, como el Commodore y el Ambassador. A los turistas les encantaban nuestras colecciones”.


De izquierda a derecha: Oliver Cassegrain, Sophie Delafontain, Philippe y Jean Cassegrain


Una visión poderosa

El siguiente paso fue encargarle al reconocido ilustrador Turenne Chevallereau que diseñara el símbolo de la maison: un jinete sobre un caballo galopante, símbolo de elegancia, que hasta hoy en día se mantiene vigente. Luego, Jean mandó a su hijo mayor a viajar por el mundo para que hiciera contactos y conociera el negocio.


El interior de las pipas está protegido con piel de becerro


Después, encontró una oportunidad de oro para abrir una tienda en el terminal sur del aeropuerto de Orly, un espacio recién inaugurado, con una arquitectura innovadora y luminosa, con muchos vuelos entre París y Nueva York, lo que conllevó a la llegada de muchos turistas y grandes artistas de la talla de Audrey Hepburn y Ray Charles. “Tenías que atreverte a tomar un puesto en Orly, esto no tenía precedentes. Ningún comerciante de cuero pagaría un alquiler para vender maletas vacías en Orly, excepto mi padre”, relata Philippe, quien tomó las riendas de la empresa en 1983.

El futuro

El actual director de la marca es Jean Cassegrain, quien continúa con el legado de su abuelo: ver a Longchamp como un arte de vida. La empresa es una de las pocas que no han sido vendidas a los grandes conglomerados de lujo, mantiene un volumen de negocios que supera los 500 millones de euros, con tiendas en un centenar de países y emplea a más de 3.000 personas.

Cassegrain, igual que su abuelo, busca la innovación y la perfección. En 2011 inauguró talleres para capacitar a la nueva generación de artesanos en el estilo y la tradición de la marca. Y en 2016 creó Artwalk, una colaboración con artistas contemporáneos, como la que hizo el artista venezolano Carlos Cruz-Diez, uno de los padres del cinetismo, en una de sus tiendas, o el escultor chino Sui Jianguo, quien creó cinco carteras de colores.


Longchamp emplea a más de tres mil personas en un centenar de países


Este año, además, reveló a su nueva musa, Kendall Jenner, elegida por su elegancia natural y sentido del estilo. “Ella simboliza las aspiraciones de la nueva mujer de Longchamp. Una sensación de libertad, frescura y autenticidad en un mundo que se mueve cada vez más rápido. Longchamp es la marca de mujeres que, como Kendall, son activas, multifacéticas y con muchos talentos, con un espíritu creativo e independiente”, concluye la directora creativa Sophie Delafontaine, quien trabaja para expandir las actividades de la marca francesa más allá del equipaje y los pequeños artículos de cuero y convertirla en una marca de moda y accesorios globalmente apetecida.


Kendall Jenner es la nueva imagen de Longchamp


Le Pliage Club

Longchamp creó en 1993 Le Pliage inspirándose en el origami: un bolso plegable y ligero, que hoy en día es un ícono de la moda. Para celebrar los veinticinco años de la emblemática cartera, la marca francesa decidió realizar una actualización casual inspirada, esta vez, en el estilo universitario.

Bajo el nombre de Le Pliage Club, el lienzo de nylon está adornado con una solapa y asas de cuero ruso, todos en tonos similares. Los detalles de la firma se reflejan en una sutil interacción de colores: el caballo Longchamp bordado, el cierre a presión y los bordes teñidos se destacan con el contraste entre cuatro colores fuertes y brillantes: amarillo sobre gris metalizado; rojo sobre azul marino; naranja sobre caqui y azul marino sobre granate. Sin duda, esta nueva versión se convertirá en un objeto imprescindible, al igual que la original.

         

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agosto
15 / 2018