7 colecciones que marcarán la pauta en Colombiamoda 2015
Al revisar con cuidado la parrilla de desfiles programada para tres días de feria en Plaza Mayor, aplica el dicho de “son todos los que están” aunque no “estén todos los que son”. Muy interesante apreciar la Torre de Babel que componen los lenguajes estéticos de los diseñadores presentes en esta nueva versión. Por ejemplo, la línea urbana y sofisticada de la mujer “Leal Daccarett” o “Johanna Ortiz” para quienes vestirse se vuelve un asunto de composición de silueta, color y múltiples detalles ligados a los accesorios compartiendo escenario con la mujer “Isabel Henao” de referencias metafóricas y textiles volátiles. O la exploración cultural que hace Kika Vargas para reunir dos países en su mujer de marcada independencia visual conviviendo con la sensualidad viajera del punto de “Pepa Pombo” al tiempo que salen a escena los hombres de “Mon&Velarde” –frescos y carismáticos- y los de “Ricardo Pava” –curtidos en la sastrería que requiere vestirse con esmero y dedicación-.
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Cuando el país está viviendo el impacto de la llegada de marcas de moda posicionadas internacionalmente –a pesar de la desaceleración económica regional- resulta más relevante que nunca saber qué proponen los creadores colombianos. Sin duda, sus apuestas creativas deben afectar la cadena de la industria, desde la moda pronta hasta las prendas de bajo precio. ¿O acaso no debemos acelerar el proceso de impacto en el mercado de consumo local para generar mayor confianza entre el consumidor nacional y las marcas colombianas? El fenómeno global de la moda implica entender que Colombia no puede ser ajena a la dinámica del sector. Así pues, el trabajo que desarrolla cada diseñador independiente en sus talleres –bien sea en Bogotá, Cali, Medellín o Barranquilla- debe ser leído, una vez se presenten en la pasarela de Colombiamoda, cómo un derrotero de tendencias e ideas. Ese es un propósito de fondo para asistir tres días seguidos al evento creado por Inexmoda hace veintisiete años.
Tanto la apertura como el cierre de esta edición marcan una ruta contundente. El lunes 27 de abril, la curtida diseñadora barranquillera Francesa Miranda -quien el año pasado me confesaba “este oficio es muy duro” tras observar admirada y extenuada el trabajo de sus colegas- ofrece su visión de las novias listas para casarse, todo un negocio en crecimiento exponencial, con el que ha ido conquistando desde América hasta Oriente. El telón final de Colombiamoda en la noche del jueves 30 de julio, en contraste, recae en manos de una versada creadora que inició su carrera empresarial hace apenas cinco años: Kika Vargas. Esta diseñadora bogotana logra con la música, las artes plásticas y su exquisito talento para trabajar con las telas más exigentes una tríada ejemplar que le han valido, sólo en 2015, premio Infashion como “Mejor diseñadora” y ser finalista en “Premio Lápiz de Acero, Moda”. Ha elegido Japón e Italia como dos geografías culturales de referencia para concebir su colección en la que promete su incursión en textiles novedosos para su firma identificada con la seda.
Desde luego que no basta con sumergirse en la oscuridad del recinto de pasarelas destinado a los diseñadores reconocidos o apoyados por las publicaciones especializadas –Fucsia con Carlo Carrizosa y Papel de Punto e Infashion con Isabel Caviedes-. Hay que apretar la agenda, aguzar el olfato y no perderse el escenario de El Cubo donde, al aire libre y sobre una tarima rectangular, se presentan nuevos y jóvenes talentos o la franja de la mañana bautizada como “Non Stop” en la que se muestra el trabajo de firmas nacionales. “Épica” es un buen ejemplo de cómo los apoyos institucionales –en este caso de la Alcaldía de Medellín- potencian a los emprendedores de la moda. ¡Qué falta hace que otras ciudades sigan este ejemplo! Las sorpresas gratas están garantizadas –alguna ingrata también, desde luego-. Es como ir de pesca y regresar con un pez único, con la satisfacción que otorga la espera paciente. Martha Cálad, Felipe Espinosa y Gloria García integran el comité curador que selecciona a los diseñadores participantes.
Compañías que fabrican vestuario para el público masivo le deben a sus presupuestos –mucho más abultados que los de quienes optan por la ruta en solitario- el intervenir de manera frecuente en estos escenarios de la moda y con la comodidad de no tener que negociar nada con nadie, salvo el ponerse de acuerdo internamente con sus equipos creativos y de mercadeo. Gef, Tennis, Studio F, Leonisa, Éxito y Punto Blanco prometen pasarelas de experta producción pero más reverenciales con su propio ADN, el cual suele convertirse en un corsé para presentarse en escenarios como el de Colombiamoda donde debe primar la libertad creativa –así no sea técnicamente hablando una rigurosa Semana de la Moda-. Hay excepciones claro, marcas que lo han entendido a tiempo y han estado dispuestas a crear experiencias creativas poderosas con sus puestas en escena. Sin embargo, ¿qué significa el esfuerzo de una pasarela de diseño sino un llamado a la anarquía estética, a una cierta incomodidad, a crear un vendaval que haga volar los sombreros y voltear las faldas? Es probable que el diseñador o la marca que no comprenda esto a cabalidad acabe por no perforar las almas de los presentes y, ahí sí, lastimarán no sumar más clientes a su esforzado oficio. La expectativa está servida.