Más allá del vintage

Volver al pasado, pero no de cualquier manera: asumiendo las prendas como documentos que representan preocupaciones como la sustentabilidad ambiental y el respeto de la moda como documento cultural.
 
Más allá del vintage
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Marcella Echavarría

Cuando hablamos de vintage fashion nos referimos a prendas creadas en el amplio rango de los años veinte a los ochenta del siglo pasado. Piezas anteriores a los veinte serían consideradas antiguas, mientras que lo retro sería más una retrospectiva que puede ser expresada en una reproducción, y que nunca va a tener las características de manufactura ni el espíritu original que la creó; también existiría una versión con materiales vintage y un estilo inspirado en esa nostalgia que se ha hecho tan popular desde los noventa.

Pero ¿cómo es que lo viejo es ahora the new black o la última moda? Hay muchas razones y que van desde el auge de este estilo en cine y la televisión con actrices como Julia Roberts, Chloe Sevigny, Kate Moss y Dita Von Teese, entre otras, pasando por la glorificación de lo hecho a mano y las piezas únicas como sello original de las fashionistas que dictan las tendencias.

Otra explicación para este boom de lo vintage radica en los cambios que ha tenido el comercio por Internet desde la recesión en el 2008 cuando las marcas de moda se vieron obligadas a salir de sus inventarios, del mismo modo que los coleccionistas de muchas de sus piezas vintage. Todos estos cambios resultaron en la “glamorización” de las ventas de clósets privados en portales como decadesinc.com, shopedropoff.com, threadflip.com, yoxo.com, entre otras, así como en los mercados de pulgas en línea en tiendas como Ebay o Etsy. En esta misma vía, Bib and Tuck (bibandtuck.com), de las colombianas Sari Azout y Sari Bibliowicz, tiene un modelo muy creativo en el que las jóvenes fashionistas pueden “vender” su ropa y recibir “crédito” para comprar en los clósets de otras en el mismo portal.

Es tal el frenesí que genera este estilo, que toda una celebridad del mundo del periodismo de moda, la escritora de Vogue, Lynn Yaeger, es ahora la curadora de moda vintage para la tienda yoox.com. La primera colección se llama Mezurashi Hakken o “Descubrimientos Extraños” y se trata de una selección muy especial de piezas ícono de diseñadores japoneses de los años ochenta como Rei Kawakubo, de Comme des Garçons; Junya Watanabe, Issey Miyake, Yohji Yamamoto, Kenzo Takada y Kansai Yamamoto, todos diseñadores y pensadores que cambiaron la manera de ver las formas, los colores, el género y el lujo. Según Yaeger, “estas prendas son tan interesantes hoy en día como cuando fueron creadas. Son piezas únicas que definieron un momento histórico y que se pueden vestir perfectamente en el presente”.

Nueva forma de consumo

Sumadas a las explicaciones sobre este interesante resurgir, sobresale la más profunda y relevante de todas: la importancia que ha cobrado el tema de la sustentabilidad y la responsabilidad de los consumidores que puede materializarse en acciones como el reciclaje de materiales, la nueva mirada a técnicas ancestrales, la reinvención y reutilización de lo viejo con nuevas intervenciones, la recuperación de saberes y la reverencia por los oficios en vías de extinción. Con esta nueva visión que va más allá de la simple tendencia vintage han surgido una serie de pensadores o filósofos de la moda que se toman muy a pecho estas nuevas definiciones y responsabilidades y las expresan con formas y texturas.

Una nueva generación de creadores que comparten el pensamiento de su papel como catalizadores de todo un movimiento que necesita manifestarse antes de que sea demasiado tarde. Las expresiones son individuales y únicas, pero el mensaje es colectivo: la sustentabilidad es el nuevo contexto y contenido de la moda actual.

Selena Gibbous

(gibbousfashions.com) se define como curadora y como receptora de mensajes colectivos contenidos en materiales del pasado: Mi trabajo es como un tejido entre la historia, la naturaleza y mis manos. Es conocida por su fusión de lo viejo y lo nuevo con un profundo respeto por el pasado. Su aporte es darles una nueva vida a prendas viejas para que permanezcan y pasen de generación en generación. Su mantra es waste not, want not (no desperdiciar y no desear lo superfluo) y mend & make do (remendar y hacer que algo funcione).

Cara Marie Piazza

Esta diseñadora, de Nueva York, se dedica a coleccionar desperdicios orgánicos de los restaurantes de la ciudad que siguen la tendencia del campo a la mesa. Así, ella logra una alquimia única en sus colores que va de acuerdo con lo que la tierra da en cada estación: cebollas, granada, aguacate, zanahoria o kale generan efectos únicos con un gran mensaje.

Sass Brown

La escritora inglesa de moda Sass Brown dice en su libro Refashioned (http://www.ecofashiontalk.com): “Para mí, lo vintage representa moda hecha con textiles de calidad, con acabados perfectos y con una intención de permanencia en el tiempo. Son piezas hechas con cuidado y cariño”.

Milena Silvano

(www.milenasilvano.com) usa en su trabajo cáscaras y otros ingredientes orgánicos para teñir naturalmente y para meditar sobre los ciclos de la naturaleza que invitan a no desperdiciar nada y a entender el aspecto cíclico de la vida. Emplea pieles de abrigos antiguos o pedazos que la industria no utiliza. Le interesa mucho el concepto de inventario muerto y todo ese grupo de texturas que por muchas razones quedan en el olvido. El reciclaje, para ella, tiene que ver con el valor intrínseco de una prenda, es decir que algo que no funciona para alguien, puede tener gran valor para otra persona. Los objetos, como la vida de las personas, están en movimiento constante y sus metáforas y significados pueden también hacer parte de ese cambio.

         

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agosto
20 / 2014