San Victorino transforma el Bogotá Fashion Week 2024: un nuevo horizonte en la moda colombiana
LAURA CAMILA RAMOS CONDE
Bogotá Fashion Week 2024 quedará grabado en la historia como el punto de inflexión en el que San Victorino, el bullicioso centro comercial de la capital colombiana, irrumpió con fuerza en un escenario de la moda internacional. Fue el 3 de mayo, a las 4 de la tarde, cuando diez marcas de este emblemático lugar se unieron en una pasarela sin precedentes para presentar una colección de denim que desafió todas las expectativas.
Bajo el nombre de ‘El Madrugón’, esta pasarela no fue simplemente un desfile de moda más, sino un puente entre dos mundos: el de la moda popular y el ready-to-wear (listo para usar) con el objetivo de cerrar la brecha entre ambos en Colombia.
Fue un esfuerzo conjunto entre la Cámara de Comercio de Bogotá y reconocidos expertos en moda como Pilar Castaño, Ana María Londoño y César Rincón, quienes se unieron para dar visibilidad al talento y la creatividad desbordante que caracteriza a San Victorino y también, brindar una guía para que los comerciantes encuentren líneas de negocio para otro tipo de públicos.
El impacto económico y social de San Victorino en Colombia es innegable. Con más de 6.000 empresas activas en el sector de la moda y más de 1.200 dedicadas a la confección de prendas, este lugar se ha convertido en un motor económico crucial para el país. Y estas marcas no solo están creando moda, sino también generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico nacional.
Las marcas participantes en ‘El Madrugón’ no solo destacaron por su talento creativo, sino también por su capacidad de producción, que puede alcanzar hasta las 150 mil unidades al mes. NK, Ismo, Cannabis, Divina, Lisantiny, Wanaawa, Plur, Zoe, Seven7 y Kott Risk fueron las elegidas para representar lo mejor del denim colombiano en esta plataforma internacional.
La pasarela: un espacio pedido a gritos
La pasarela de la colección ‘Él Madrugón’ logró estremecer a más de uno de los presentes. Los primeros en entrar fueron los costaleros, quienes intentaron mostrar el día a día de San Victorino. Tirando al suelo los costales y gritando alrededor para abrir paso, mientras al fondo sonaban los gritos de una vendedora que invitaba a comprar los jeans en el lugar. Los asistentes se sintieron como en el centro de la ciudad.
Cada marca dio una nueva interpretación a las creaciones con denim que han realizado durante décadas. Esta vez intentando llegar a mercados diferentes, pero sin perder la esencia de las curvas, los taches, el brillo y la ostentación.
Esta pasarela abrió una conversación pendiente desde hace años y es el poco -o nulo- reconocimiento de un mercado como el de San Victorino en la moda colombiana y el lugar relevante que merece – y que ocupa – cuando se habla de la industria de la moda en Colombia. Que haya tenido un espacio en el Bogotá Fashion Week pone el foco en una realidad y es que la mayoría de colombianos visten prendas que son creadas, confeccionadas y distribuidas desde este lugar.
Además, pone en el centro al ciudadano de a pie y al famoso ‘Madrugón’ que expone las mejores ofertas. Este espacio genera que esté de moda el vestir callejero y popular.
La decisión que tomó la Cámara de Comercio de Bogotá es un gran acierto, pero sobre todo es un contundente mensaje que envía no solo a la industria, sino también a los consumidores y que desafía el imaginario que se tiene de este lugar como ‘burdo’, ‘de baja calidad’ y que ‘no sigue la tendencia’.
Precisamente, la creativa y directora de Ismo, expresó en una entrevista para Diners que cree que “no los habían visualizado correctamente y esta pasarela ayudó a que las personas vean que en el centro hay grandes cosas”.
Así mismo, Alejandro Morales de la marca NK aseguró que la pasarela en colectivo fue un “homenaje a las personas que día a día trabajan en San Victorino, en El Madrugon, que levantan lonas, venden tintos y que sin ellos las marcas que están allí no serían lo mismo”
Un paso hacia la sostenibilidad
Pero más allá de las pasarelas y los diseños espectaculares, estas marcas están comprometidas con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Desde ofrecer empleo decente hasta reutilizar retazos en sus prendas y accesorios, están contribuyendo activamente a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
El apoyo de instituciones como Procolombia también ha sido fundamental para impulsar esta iniciativa y posicionar a Colombia como líder en la industria del denim a nivel internacional. Y es que eventos como el Bogotá Fashion Week no solo son vitales para mostrar el potencial de la moda colombiana, sino también para generar oportunidades de mercado y abrir nuevas puertas a los empresarios del país.
Detrás de cada marca que desfiló en “El Madrugón” hubo un arduo trabajo de diseño, confección y comunicación, respaldado por la mentoría de expertos en la industria. Esta pasarela no solo representó un desafío para las marcas, sino también una oportunidad para salir de su zona de confort y llevar su talento al siguiente nivel.