Olga Piedrahita: una fusión de moda y danza en la celebración de sus 35 Años de carrera
Laura Camila Ramos Conde
El icónico Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá se vistió de gala para una ocasión especial este 21 de mayo: la celebración de los 35 años de carrera de Olga Piedrahita, una de las diseñadoras más emblemáticas de Colombia. En colaboración con El Colegio del Cuerpo, dirigido por Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin, Piedrahita abrió la séptima edición del Bogotá Fashion Week 2024 con un espectáculo que maravilló la moda con la danza, ofreciendo una experiencia sensorial única.
Desde su fundación en 1986, la marca Olga Piedrahita ha sido sinónimo de innovación, exploración y creatividad en la moda colombiana. Olga, una diseñadora autodidacta, ha llevado su arte más allá de las convenciones, integrando diversos lenguajes creativos y materiales inusuales en sus diseños. Este enfoque ha dado lugar a piezas que son rítmicas y poéticas, con una meticulosa atención al detalle que desafía la lógica de las temporadas de moda y se adhiere al movimiento de moda lenta.
En su infancia, influenciada por la riqueza de su linaje paterno y la creatividad de su familia materna, se gestó la vocación artística de Olga Piedrahita. Desde temprana edad, mostró un espíritu inquieto y una inclinación por el arte, desafiando las normas impuestas por su entorno. Los regalos de su padre, como la libertad de usar bikini en la adolescencia y ver ‘Woodstock’ en la pantalla grande, moldearon su perspectiva ecléctica.
Durante sus estudios de Bellas Artes en la Nicholls State University de Louisiana, Olga Piedrahita descubrió su voz creativa única. Al regresar a Colombia en 1982, junto a su hermana Eulalia, fundó el taller Barroco en Medellín, donde la fusión de telas, tinturas y ensamblajes dramáticos floreció. Este nuevo arte trajo consigo el reconocimiento y el impulso para establecer un taller en Bogotá.
Su incursión en la moda bogotana la catapultó a la prominencia. Inspirada en la nostalgia de los años veinte y el Wearable Art de Londres, se reinventó como diseñadora, desafiando las expectativas en los desfiles de la Asociación Colombiana de Diseñadores.
La conmemoración de sus 35 años de carrera en la moda
Fue así como la noche inaugural del BFW fue un viaje a través del tiempo y el espacio de la moda y la danza, donde cada prenda y movimiento contaron una historia. El espectáculo se dividió en dos actos principales, comenzando con un homenaje vibrante y lúdico a la obra ‘Animal Family’. Esta pieza, desarrollada en colaboración con artistas como Rodrigo Echeverri y el colectivo de ilustración Manos Sucias, se caracterizó por un vestuario que evocó alegría y contundencia, reflejando personajes entrañables y un tanto macabros, inspirados en la atmósfera oscura de ‘Animal Farm’ de George Orwell.
El segundo acto, ‘Espíritu de Pájaro’, fue un tributo a las culturas indígenas colombianas. Esta obra, con vestuarios inspirados en los diseños de los indios arhuacos y kogis, logró evocar el misticismo y la magia de estos pueblos.
La música del colombiano Diego Vega, complementada por textos de poetas indígenas como Fredy Chicangana y Hugo Jamioy, envolvió la actuación en una atmósfera de respeto y homenaje, creando un puente entre lo ancestral y lo contemporáneo.
Además, los asistentes también pudieron disfrutar del ‘Teatro Estudio’, este espacio ofreció una inmersión en las historias y costuras que han definido la carrera de Olga, permitiendo a los visitantes apreciar la minuciosidad y el arte detrás de cada prenda.
El desfile de Olga Piedrahita en la inauguración del evento no fue solo una celebración de su trayectoria, sino también una manifestación de la rica herencia cultural y artística de Colombia. Al fusionar moda y danza, Olga creó una sinfonía visual y emocional que resonó en el corazón de los espectadores, dejando una marca indeleble en la historia de la moda y el arte en el país.