“A Anna Wintour le debo el ser quien soy”, Raúl Ávila, decorador de eventos colombiano

El colombiano Raúl Ávila, famoso por llenar de flores la gala del MET y la alfombra roja de los Óscar, conversó con Diners a propósito de su visita a Medellín en el marco de la Feria de las Flores.
 
“A Anna Wintour le debo el ser quien soy”, Raúl Ávila, decorador de eventos colombiano
Foto: cortesía Raul Ávila Inc. /
POR: 
Adrián David Osorio Ramírez

Una jaula de 6 metros de altura con dos pavos reales en su interior posaba en la entrada principal del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y daba la bienvenida a los cientos de asistentes a la noche más importante de la moda: la gala del MET. La instalación, idea del colombiano Raúl Ávila, permanece en la lista de las decoraciones más llamativas en la historia del evento.

El inmenso adorno estaba inspirado en el diseñador francés Paul Poiret (1879-1944), quien en 1911 causó revuelo por construir una inmensa jaula para complementar el atuendo de su esposa en una fiesta de disfraces. “El rey de la moda” como era conocido el francés, fue el título de la gala benéfica del MET en su edición de 200.

Aquel fue el primer año en el que Anna Wintour, editora en jefe de la revista Vogue, le dio la responsabilidad al decorador colombiano Raúl Ávila de crear espectáculos florales para la fiesta bajo su compañía homónima, luego de trabajar durante 12 años con el planeador de eventos estadounidense Robert Isabell, quien fue su mentor en la industria.

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Decoración de la gala del MET en 2007. Foto cortesía Raúl Ávila Inc.

“No conocía el trabajo de Poret así que me fui todo un verano para París a investigar todos los archivos y libros sobre él. A Anna le fascinó mi diseño porque fue el resultado de estudiar su trabajo”, dijo el colombiano.

Han pasado casi 30 años desde que Ávila decidió mudarse de su natal Bogotá a Nueva York, una ciudad que lo enamoró al instante pero que le permite regresar a Colombia con cierta regularidad. Su última visita fue para embellecer la Antigua estación del Ferrocarril de Antioquia, el lugar escogido por el tequila Don Julio y la revista Vogue México para celebrar el cierre de Colombiamoda y el inicio de la Feria de las flores 2023.

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Montaje de la fiesta diseñada por Ávila en Medellín. Foto cortesía Don Julio.

Horas antes, Raúl Ávila dio un mirada al pasado y le contó a Diners su historia en Bogotá, su paso por el modelaje y los sueños que le hacen falta cumplir.

¿Qué recuerda de su vida en Colombia? Antes de partir a Estados Unidos…

Yo vengo de un barrio del sur de Bogotá, muy pobre. Soy uno de nueve hijos, cinco hombres y tres mujeres. Mis padres nos enseñaron a ser honestos y a trabajar fuertemente, por eso a los cinco años comencé a trabajar vendiendo helados en las canchas de fútbol para apoyar a mi familia. Siempre me enseñaron a estar orgulloso de quien soy y de donde vengo. Así me criaron. 

¿Y por qué decide mudarse a Nueva York?

Mi mamá murió cuando era adolescente y mi padre vivía aquí en Estados Unidos, así que me vine a buscar un mejor futuro. En Colombia no iba a poder a estudiar entonces mi plan era venir a visitar a mi papá y seguir el viaje hacia París, porque en el colegio había aprendido algo de francés.

Raúl Ávila
Raúl Ávila durante los Tony Awards. Foto cortesía Raúl Ávila Inc.

Finalmente me enamoré de Nueva York y aquí estoy, casi 30 años después. Cuando llegué no hablaba inglés y no conocía a nadie más que a mi papá y a mi hermano.

Entiendo que antes de dedicarse a la decoración fue modelo ¿cómo se dio esa oportunidad?

Yo soy una persona muy optimista y segura, creo que la gente siempre vio eso en mí. Un día estaba caminando en la calle y un fotógrafo me dijo que si me podía tomar fotos. Me dio miedo, yo tenía como 17 años y no sabía qué sucedía. 

Tiempo después me lo encontré de nuevo, le dije que no hablaba inglés y me entregó una tarjeta de un diseñador que estaba buscando modelos para un desfile. Me inscribí y me lancé a hacer el casting. En la fila había como unos 500 chicos y yo no me parecía en nada a ninguno. Unas dos semanas después me llamaron y me escogieron junto a otros cuatro modelos.

Ahí comenzó mi carrera de modelaje. Y, en medio de las pasarelas, conocí a Robert Isabell, porque él era quien diseñaba todos esos eventos a los que me invitaban. Un día le dije que estaba interesado en hacer algo más allá del modelaje, así que me invitó a trabajar con él en 1994.

Recuerdo que el primer evento fue el lanzamiento de una película de Tom Cruise. No sabía muy bien qué hacer así que con el tiempo comencé a imitar los arreglos que hacía Robert, pero a mi manera. Y terminó por contratarme a tiempo completo como asistente personal. Al final de mi carrera allí era el director creativo de la compañía y tenía a mi cargo unos 45 empleados. Él fue mi mentor, me tendió la mano como nadie, me dió la oportunidad de crecer y me presentó con personajes como Madona, Anna Wintour y Sarah Jessica Parker. 

¿Y en qué momento decide dar un paso al costado y abrir la compañía de Raúl Ávila?

Aerin Lauder, la nieta de Estee Lauder, fundadora de la compañía de maquillaje, era cliente de Robert Isabell y nos convertimos en buenos amigos. Fue ella quien me dijo que era momento de abrir mi propio negocio. Para ese entonces, yo era el que hacía todo, Robert ya estaba retirado.

Sentí miedo de que no me contrataran, quedarme sin seguro de salud, perder todos los beneficios que tenía con Robert, que me daba hasta carro y chofer, y mi sueldo, porque ganaba muy bien. Todo eso se puso a la balanza pero decidí finalmente retirarme el 5 de diciembre de 2005. A Robert no le gustó la noticia, de hecho se enojó, me llamaban de su compañía todas las semanas para que regresara. 

La vida a veces sorprende con cosas que uno no se explica y la primera llamada fue de Calvin Klein, quien me pidió decorar su tienda en Madison Avenue. A la semana siguiente me llamó Anna Wintour, a quien le debo también ser quien soy, porque quería que hiciera la gala del MET yo solo. La junta decidió que no, pero al año siguiente, en 2007, ella insistió y comencé a trabajar con ellos con mi propia compañía. 

De tantos eventos, ¿cuál ha sido el que más satisfacción le ha dado diseñar?

Soy una persona muy soñadora y desde hace varios años estaba mentalizado en que quería organizar la alfombra roja de los Premios Óscar. ¡Y este año lo logré! Sabía que si hacía la gala del MET, que es tan difícil, podía lograr hacer este evento. 

Yo usualmente diseño la gala del Museo de la Academia de Artes y de ahí fue que el presidente de los Óscar me llamó el año pasado para pedirme hacer algo distinto con los premios. Nos fue muy bien, decidí cambiar el color rojo por un tono champaña y, de hecho, ya me contrataron para los premios de 2024.

Desde una posición tan privilegiada de la industria de la moda, ¿cómo ha visto la evolución de la moda colombiana?

Yo creo que Colombia tiene mucho talento y es triste que el país no sepa cómo apoyar a los diseñadores para surgir. Yo he trabajado con muchos diseñadores latinos, como Óscar de la Renta. Y talentos como él hay en Colombia.

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Durante la fiesta en Medellín, se elogió el diseño colombiano. Foto cortesía Don Julio.

Creo que la falla en Colombia es que la gente no es responsable y eso es fatal. Muchos empiezan y no terminan. Pero el talento sobra, y no solo en moda, en arquitectura, en las artes, en la escritura. El arte en Colombia es increíble.

Hablemos de su regreso a Colombia para esta fiesta organizada por Vogue y Don Julio…

Yo he hecho muchos matrimonios en Cartagena y he trabajado con Claudia Hakim en el MAMBO. Me fascina ir, llego derecho a comerme un sancocho, pero no por mucho tiempo, máximo cinco días. Tengo mucho trabajo aquí en Nueva York y el trabajo es el centro de mi universo.

Don Julio Colombiamoda
Foto cortesía Don Julio.

Pero, en este caso, me llamaron hace como un mes para contarme sobre esta fiesta a propósito del final de Colombiamoda y el inicio de la feria de las flores. Me pareció muy interesante.

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El productor antioqueño Sky fue el encargado de amenizar la fiesta. Foto cortesía Don Julio.

Primero pensaron en el Palacio Nacional y diseñé algo para ese espacio, pero finalmente no se pudo hacer allá. Luego se decidieron por hacerlo en el Antiguo Ferrocarril de Antioquia. La comunicación fue un poco difícil pero viajé cinco días antes para terminar todo.

¿Qué sueños le faltan por cumplir?

Yo creo que uno nunca termina de cumplir todos sus sueños, porque uno aprende hasta el día que se muere. Yo trabajo desde los cinco años y nunca voy a dejar de trabajar. Sin embargo, siempre he dicho que quiero hacer la fiesta de la revista Vanity Fair en Hollywood, que es el cierre de los Óscar. Todavía no la he hecho. Así que vamos a ver.

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agosto
9 / 2023