Artesanías en pasarela: así fue el desfile de Manuela Álvarez en Bogotá Fashion Week

Adrián David Osorio Ramírez
De norte a sur, desde Sutatausa a Fusagasugá, el departamento de Cundinamarca está lleno de artesanos con oficios como crochet, macramé, tejeduría con dos agujas, cestería y joyería en totumo. Cada labor cuenta una historia, relatos que la diseñadora Manuela Álvarez unió y amplificó por medio de una colección de moda que presentó en el marco del Bogotá Fashion Week.
Para lograrlo, Manuela Álvarez trabajó de la mano de Manar: artesanías de Cundinamarca, una iniciativa de la Gobernación para acompañar, asesorar y brindar exposición a las técnicas y oficios de los artesanos de la región. De esta manera, a partir de los saberes de 47 artesanos, la diseñadora bogotana logró desarrollar una colección que se siente contemporánea, versátil y sin fecha de caducidad.


“Esta idea nació hace tres años con la motivación de que los artesanos pasaran de tener hobbies o empresas muy pequeñas a tener empresas sostenibles e innovadoras del sector artesanal. Cada año hemos hecho una curaduría con los artesanos que dividimos en tres grupos, de acuerdo a la evolución de su técnica y negocio”, le cuenta a Diners la diseñadora.
Este conocimiento de las comunidades artesanas de la región permitió que el acompañamiento evolucionara a co creación, para lo que la bogotana realizó un laboratorio creativo. “Nos hemos caracterizado siempre por empujar nuestros límites y el de nuestros colaboradores. Este laboratorio lo hacemos al comenzar la conceptualización de la colección y luego les entregamos los resultados a los talleres y grupos artesanos para que desde su trabajo puedan implementar nuevas maneras de desarrollar su técnica o nuevos materiales”, detalla.
EL universo de Manuela Álvarez
Aquellos laboratorios creativos permitieron aplicar las técnicas de 12 clusters de artesanía y 47 artesanos de 22 municipios en una misma colección de MAZ Manuela Álvarez. “Son espacios para incomodarnos, en el mejor sentido de la palabra, para hacer algo distinto a lo que estamos acostumbrados y ampliar la gama de posibilidades que hay en una experiencia de marca y en el trabajo de los artesanos”, dice la diseñadora.
En cuanto a la innovación en las técnicas, los artesanos que trabajan con macramé y croché, por ejemplo, aceptaron el reto de introducir un material conocido como cordón víbora, lo que generó nuevos desafíos técnicos pero resultó en piezas como chalecos y cinturillas tejidas que lucen como corazas artesanales.


Dicho look de guerrero artesano se fue ramificando en el desfile, que contó con la presencia de la Banda Sinfónica de Cundinamarca y el Coro Sinfónico de Cundinamarca, quienes interpretaron éxitos como All For Us, la canción de los artistas estadounidenses Labrinth y Zendaya que hizo parte de la banda sonora de la serie Euphoria.
Un sastre tejido con una especie de bustier en cuero estuvo seguido de toques azules en trajes desestructurados y vestidos con cuellos tejidos, para terminar con un bloque de naranja en abrigos, suéteres y blazers: con Manuela Álvarez los tejidos artesanales pueden verse tan urbanos como el denim, y a la siguiente salida, tan elegante como el algodón y el lino.


Para finalizar, Manuela Álvarez proyecto el fashion film de la colección, un homenaje a los andes dirigido por Jay Corzo, que dio paso a la salida de los 47 artesanos y todo el equipo de trabajo de la marca a la pasarela, un momento lleno de emotividad que la diseñadora define como “el espacio para conocer quién está detrás de la marca. Siempre lo hago, porque yo puedo tener el talento e imaginarme muchas cosas en mi cabeza, pero si no hay alguien que haga eco con mi creatividad, con mi visión de moda y de vida, MAz Manuela Álvarez no podría ser realidad”, finaliza.
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