Somos Martina, una propuesta ecológica y sostenible para la menstruación en Colombia

Zamira Caro Grau
La historia de Somos Martina comienza con Juliana Villegas, científica social que comenzó a preocuparse sobre el impacto ambiental que tienen las toallas higiénicas en el planeta que pueden tardar hasta 500 años en descomponerse.
Por un lado, no es como que las personas que menstrúan puedan simplemente dejar de hacerlo, así que la solución para bajar el daño ambiental tenía que ser vista desde otro punto de vista. Y tras prueba y error, nació Somos Martina el 8 de marzo del 2019.
Un emprendimiento para la menstruación, la incontinencia y el postparto
Somos Martina comenzó con una referencia nada más. Se trataba de un cachetero absorbente para la menstruación que funcionaba casi como una toalla higiénica, con la excepción de que tiene una vida útil de hasta tres años.
La idea general es comprar entre tres y cuatro unidades y utilizarlas durante los días de menstruación con mucha más comodidad. Después, para poderlos reutilizar, deben lavarse muy bien con agua y jabón. Sin embargo y a pesar de que el proyecto aseguraba que no ocurrirían accidentes como manchas en la ropa o sensación húmeda, muchas personas no estaban seguras del proyecto.
Así hasta la pandemia, donde debido a la cuarentena muchas mujeres se atrevieron a probar los productos en sus casas sin miedo. “Fue un voz a voz muy grande que realmente despegó el proyecto de Somos Martina”, recuerda Juliana.
Después de esto y aunque en un comienzo el enfoque de Somos Martina estaba dirigido a mujeres, muy rápidamente Juliana se dio cuenta que su público podría -y debía- ser más amplio.
Varias mujeres le preguntaban si los “calzones menstruantes” podrían ayudarlas con la incontinencia o el proceso de postparto, así que Somos Martina se adaptó y comenzó a sacar referencias justamente para esto. También se encontró con integrantes de la comunidad LGBTQ+, hombres trans, por ejemplo, que requerían bóxers para su menstruación, así que una vez más Somos Martina decidió sacar un producto que se ajustara a las necesidades de sus clientes.
Igualmente, Juliana también amplió sus referencias teniendo en cuenta el nivel de flujo de la persona para que así el producto funcionara bien. Hay referencias de absorción leve, media o abundante, y dependiendo a eso usted puede asegurarse de que no haya ninguna mancha en su ropa.
Actualmente la empresa no solo vende ropa interior -desde tangas hasta cacheteros- sino que ha ampliado mucho más su catálogo y ya incluso tiene vestidos de baños que cumplen con el mismo objetivo que los calzones, aunque hasta ahora únicamente hay para flujo leve.
Un emprendimiento con responsabilidad social

Además de la responsabilidad ecológica que tiene Somos Martina, el emprendimiento también se encarga de tener un impacto social en comunidades que lo necesitan.
Hace poco viajaron a varios destinos del Chocó y La Guajira en donde junto con fundaciones del sector dictaron talleres de educación sexual, le compraron máquinas de coser a las mujeres de la comunidad y les enseñaron a tejer sus propias toallas higiénicas reutilizables.
“Estamos convencidas de que el conocimiento del propio cuerpo y la habilidad para usar una máquina de coser pueden hacer la diferencia en la vida de una persona, significan la capacidad de tomar decisiones informadas y una oportunidad para la independencia”, explica.
Esto sí se ha cumplido, pues muchas de las mujeres que fueron parte de los talleres ahora tienen emprendimientos de pijamas u otras cosas que las ayudan a tener sus propios ingresos económicos en comunidades en las que usualmente todavía están muy entregadas a los roles del hogar.
Y así, poco a poco, años tras año, Somos Martina es un proyecto que está ayudando no solo al medio ambiente en Colombia sino también a la desmitificación de la menstruación dentro del país.
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