Feminista, revolucionaria y vanguardista: la historia de la artista japonesa Yayoi Kusama

Revista Diners
Era la Nueva York de los 70, cuando la mítica discoteca Studio 54 estaba en su apogeo y los mayores exponentes del arte pop se paseaban por las calles de la ciudad. Allí, entre el trabajo de Andy Warhol y Claes Oldenburg, se encontraba la japonesa Yayoi Kusama, una artista que hoy en día, a sus 93 años, sigue siendo fiel a su propuesta de psicodelia y patrones.
De hecho, por estos días internet está lleno de lunares de colores creados por la japonesa para su colaboración con la firma de lujo Louis Vuitton, que precede a la que lanzaron en 2012. En este nuevo trabajo colaborativo, la colección reinterpreta 450 artículos, todos piezas icónicas de la firma, con los motivos característicos de la artista.
Puntos de color, otros metálicos, repetidos infinitamente, y la flor psicodélica de Kusama son algunos de los elementos característicos de la obra de Yayoi Kusama, reconocida como “la princesa de los lunares”, que ahora animan el universo de Louis Vuitton.
Más allá de su éxito mediático, Yayoi Kusama hace parte de los libros de historia del arte por lo revolucionario de su trabajo, que continúa realizando incluso desde un hospital psiquiátrico, al que se internó voluntariamente en 1977.
Entre Nueva York y Japón
Yayoi Kukasama nació en Matsumoto, Japón, en 1929, y en 1950 se trasladó a Kyoto a estudiar pintura de estilo tradicional japonés. Sin embargo, su pasión por el vanguardismo occidental definió su trabajo, por lo que en 1957 decidió mudarse a Nueva York.
Allí se sumó a la ola artística de la que hacían parte otros artistas como Andy Warhol, Claes Oldenburg y George Sega, aplicando su expresionismo a la escultura e instalación. Dentro de sus trabajos más reconocidos durante sus días en Estados Unidos se encuentra una serie de happenings en los que plasmaba su puntillismo sobre participantes desnudos.

A pesar de su éxito en América, Yayoi Kusama regresó a Japón en 1988 con la ilusión de trasladar un poco de esa modernidad a su país natal. El intento fracasó y terminó dedicándose a ser marchante de arte, lo que abandonó al poco tiempo.
Luego, debido a problemas psiquiátricos, la artista se internó voluntariamente en un hospital mental, en donde reside hasta la actualidad. Desde entonces es conocida por ser solitaria y por su insistente práctica artística diaria, lo que la ayuda a evitar los pensamientos suicidas, según le dijo a The Wall Street Journal.
Louis Vuitton by Yayoi Kusama
Desde este centro de salud en Japón, Yayoi continúa creando y supervisando cada colaboración que lleva su nombre, como lo hizo en su más reciente trabajo con Louis Vuitton.
Sin embargo, Delphine Arnault, vicepresidenta ejecutiva de la marca, se acercó a la artista en 2021 con la idea de la colaboración pero sin muchas esperanzas. “Ella básicamente siempre dice que no”, le confesó Arnault a WSJ.
Tener a Kusama en cualquier colaboración significa un espaldarazo mediático, ya que ostenta el título de la artista femenina más taquillera en una subasta y el título a la pintura de una artista viva vendida en una subasta. Además, como dato curioso, es la persona que más tiempo ha estado viviendo voluntariamente en un hospital de salud mental -desde 1977-.
Grandes centros culturales como el Museo Whitney, el Tate Modern y el Museo de Arte Moderno de Canadá le han dedicado retrospectivas de gran tamaño, elogiando su influencia en el arte occidental y oriental.
Es por esto que este año Louis Vuitton le apostó a la colaboración, que ha estado acompañada de intervenciones como una tienda pop up en Tokio -que recuerda a sus instalaciones de Infinity Mirrored Room- y el cambio de la fachada de la tienda de la marca en los Campos Elíseos, que ahora incluye una figura de la japonesa abrazando la tienda y sus famosos lunares alrededor.
Por su parte, la tienda de la marca en la Quinta Avenida de Nueva York ubicó en su vitrina una versión robótica e hiperrealista de Yayoi, que pinta los lunares sobre el vidrio, mientras los clientes pasan con asombro por el lugar.
A la promoción de la campaña se sumaron modelos internacionales de la talla de Bella Hadid, Gisele Gisele Bündchen, Fei- Fei Sun y Dion Aoki. Para reproducir el arte de la japonesa, Louis Vuitton utilizó una técnica de serigrafía que reproduce las pinceladas de Kusama, dando un efecto 3D pintado a mano sorprendentemente realista.