Adriana Fernández: la diseñadora colombiana que lleva sus diseños a Francia e Italia

Diners conversó con la diseñadora antioqueña Adriana Fernández sobre su nueva colección de moda que venderá en una tienda departamental de lujo en Italia y estará presente en la Semana de la Moda de París.
 
Adriana Fernández: la diseñadora colombiana que lleva sus diseños a Francia e Italia
Foto: Cortesía Adriana Fernández
POR: 
Adrian David Osorio Ramírez

Hace cinco meses Adriana Fernández abrió su primera boutique en Bogotá. Es su segunda tienda en Colombia, con la cual pretende mantener la esencia de su marca: un espacio pequeño para que su mente creativa pueda estar al tanto del más mínimo detalle. 

Fernández siempre lo ha tenido claro: no quiere miles de tiendas en el mundo ni vender por toneladas. Y no es por falta de ambición ni mucho menos. La experiencia en estas casi dos décadas de emprendimiento le ha enseñado que “para tener una marca así de cuidada, no puede ser masiva. Me gusta que el producto sea valorado, que a donde llegue esté muy bien puesto, por eso lo cuido tanto”, le explica a Diners.

En su boutique, ubicada en la calle 81 con octava, la luz es cálida, el aroma recuerda la fragancia del agua de lino, y con excepción de un par de tops que hay en el fondo, todos los tonos de la ropa son básicos, del blanco al beige, de vuelta al crudo y con un pequeño toque de azul noche.

Camisa blanca Adriana Fernández
Para Fernández, el secreto de una buena camisa blanca está en el cuello y los puños, como esta referencia de la marca.

La diseñadora habla de modo pausado durante el lanzamiento de su nueva colección Momentos. A su lado están sus dos hijas: Antonia, de 21 años, a punto de graduarse de Diseño de Moda en Francia, y Mar, de 19, que estudia Arquitectura en España. “La verdad, este tamaño es perfecto. Con esto es suficiente aquí en Bogotá, ¿para qué algo más grande?”, se apresura a decir.

El camino que la trajo hasta aquí comenzó hace poco más de 35 años, cuando decidió dejar sus estudios en Ingeniería de Producción, para estudiar una carrera nueva, no muy bien vista en la época, pero que le apasionaba como ninguna otra: el diseño de moda.

“Cuando salí del colegio Marymount, en Medellín, no había un sitio para estudiar diseño profesionalmente. Así que estudié ingeniería, que nunca me gustó. Quería ir a España a estudiar Comunicación de Moda en la Universidad de Navarra, que era lo más parecido. En ese momento crearon el programa de Diseño de Moda en la Colegiatura y me inscribí”, recuerda la diseñadora. 

Desde Medellín

Días más tarde, la conversación continúa por medio de una videollamada en su casa, a las afueras de Medellín, diseñada por su esposo, el arquitecto Luis Javier Porto. 

Después de graduarse, Adriana trabajó cuatro años en una empresa dedicada a la producción de jeans y, luego, con un socio, creó Estudio Básico, una marca de moda que, en parte, fue la génesis del ADN que hoy perdura en Adriana Fernández. Sin embargo, debido a algunos desacuerdos abandonó la marca y se lanzó a crear una propia. Un reto que asumió recién casada y en medio del embarazo de su segunda hija. “Toda la vida he tenido claro que por donde uno mete la cabeza, la saca. Tomé la decisión y gracias a Dios aquí estamos, 19 años después”, cuenta.

Su camino en la moda siempre ha tenido una meta fija: lograr un equilibrio perfecto entre estética, comodidad y buena confección. Para esto se ha esforzado por ser completamente fiel a su esencia y a su gusto personal, en desafíos tan específicos como cuando aceptó vestir a Juanes y su banda para una gira de conciertos, únicamente porque le permitieron hacerlo desde su estilo. En su marca no hay estampados, por ejemplo. Tampoco boleros. Dos elementos que el mercado internacional suele esperar de los diseñadores colombianos.

Diseñadora colombiana Adriana Fernández
Adriana Fernández fundó su marca hace 19 años en Medellín.

Por el contrario, sus diseños, como su forma de ser, dice ella, son básicos, claros y concretos. No le gusta dar muchas vueltas. Una cualidad que ha permanecido en ella incluso en los momentos más adversos de su vida. Como hace diez años, cuando le diagnosticaron cáncer de seno, experiencia de la que poco habla porque desde el primer momento decidió que su vida no se resumiría a eso.

“Nunca dejé de trabajar. Me puse una peluca igual a mi corte de pelo, así que salía a la calle y nadie se daba cuenta de mi proceso. No quería inspirar lástima, además porque tenía a mis hijas muy chiquitas y tampoco quería que me percibieran vulnerable. Hice todo mi proceso de quimioterapia y en lo único que incidió en mi trabajo fue bajar un poco el ritmo. No pude montarme en un avión por algo más de un año, así que tuve que recoger las prendas que tenía en showrooms de Dallas y Nueva York”.

Adriana Fernández
El top de plumas Malala es una de las pocas prendas con versión en tonos púrpura y fucsia.

Ese proceso de bajar el ritmo de vida le permitió enfocarse en lo que realmente valía la pena. Depurar un poco más sus procesos y su negocio en general. “Después de vencer el cáncer empecé un nuevo ciclo. Más pequeña, mirando en realidad lo que me gustaba, lo que era más rentable. Porque, muchas veces, por intentar hacer mucho, uno abarca demasiado, pero termina haciendo muy poco”. 

La obsesión de Adriana Fernández por las telas 

Cuando está en su tienda, en Medellín o en Bogotá, lo primero que hace es invitar a sus clientes a tocar, sentir y examinar sus prendas con las manos. La frescura y resistencia del lino, la suavidad del algodón y la delicadeza de los bordados y ojalillos. Estos pequeños detalles, que a veces no son perceptibles a la vista, pero sí al tacto, se han convertido en su obsesión.

Dos veces al año asiste a Premiere Visión, la feria internacional de textiles que tiene lugar en París. “La tecnología de las telas para mí es lo primordial. Ahí empieza la prenda, por eso soy muy rigurosa en este paso. Es muy importante que el material sea natural y amable con la piel, para que el consumidor final no se quiera quitar nunca la ropa”, asegura.

De esta manera, ha hecho conexión con proveedores internacionales para importar lino de Irlanda –conocido como el más fino del mundo–, algodón de Egipto –de altísima calidad y con una fibra más larga– y los bordados, los ojalillos y el guipur de Bruselas, Bélgica.

Cuando llegan a Colombia, las telas se dividen entre una planta de confección propia y otros talleres satélites, con los que ha construido un equipo de alrededor de 60 mujeres, a las cuales ofrece trabajo todo el año. 

Adriana Fernández Momentos
Las prendas de Fernández siempre responden a estética, comodidad y buena confección.

Durante la conversación, Adriana Fernández insiste en que su ropa es mucho más bonita personalmente. Por eso, la llegada de la pandemia se convirtió en un reto que no esperaba. Motivada por transmitir la esencia de sus prendas a través de una pantalla, la diseñadora puso todo el empeño en construir un sitio web robusto. 

Con esta plataforma logró abrir puertas en mercados internacionales, como el de Miami. Incluso, asegura que en su caso aplica el refrán que dice que “nadie es profeta en su propia tierra”. “Somos pocos los diseñadores colombianos que tenemos líneas y diseños simples. Tal vez por eso mi producto es mucho más valorado en otros países, en los que materiales y manufactura son lo más importante. Pero a mí, la verdad, no me gusta exponerme. Nunca aparezco en redes sociales”, dice la diseñadora.

“Momentos” 

En lugar de dedicarles mucho tiempo a las redes sociales, Adriana Fernández prefiere invertirlo en construir momentos especiales con su familia y amigos. Cada sábado, por lo general, hay invitados en su casa. 

“Disfruto mucho ser una buena anfitriona. Y como en esta casa siempre hay almuerzos, me gusta que la mesa esté bien puesta, que las flores sean lindas, que las servilletas estén acordes con los demás elementos y que los invitados se sientan muy bien atendidos. Así sea solo para un café, cada detalle es importante porque todo entra por los ojos”, asegura.

Un día, durante sus recorridos en busca de telas en París, se encontró con unos ojalillos y un guipur –un tejido estilo encaje– que inmediatamente la transportaron a estas tardes de sábado como anfitriona y a las clásicas carpetas tejidas en las que se sirve el té.

Colección Momentos Adriana Fernandez
Los momentos alrededor de la mesa fueron la inspiración de la colección otoño/ invierno 2022.

Además, su amor por las telas y los bordados la hicieron relacionar la intimidad de una prenda, tan cercana al cuerpo, con los instantes que se comparten alrededor de la mesa. Así nació Momentos, la colección para la temporada otoño/invierno 2022. “Cuando hablo de intimidad me refiero a todo lo que se cuenta en una mesa tan pronto terminas de comer. Uno empieza a hablar de cantidad de cosas increíbles junto a sus amigos y familiares. Eso era lo que quería traducir en la colección”.

Una clásica camisa blanca –su prenda favorita– transformada con bordados en diferentes técnicas, pantalones de talle alto, blusas en charmeuse –un tejido ligero de satén– para ocasiones festivas y un par de abrigos en lino conforman la colección. Momentos respira minimalismo con su romanticismo característico y la atemporalidad de los tejidos.

Adriana Fernández rumbo a Italia

En pocas semanas la diseñadora se reunirá con los directivos de Coin, la reconocida tienda italiana departamental de lujo que se dedica al mundo de la moda, la decoración y la belleza.

La cita será la oportunidad para presentar Momentos a los ejecutivos y así elegir en qué tiendas de Italia será exhibida, convertida en la primera marca de moda colombiana en formar parte de la exclusiva cadena. Un hecho que atribuye a su buena suerte.

“Resulta que soy amiga de la anterior embajadora de Colombia en Italia e hicimos un showroom a principios de año allá. Una de las invitadas me convenció de enviarle una prenda a una persona que trabaja en Coin y así me propusieron incluir mi marca en su portafolio. Suena muy fácil, pero creo que es cuestión de estar en el lugar adecuado, en el momento que es, y junto a las personas indicadas. Yo tengo muy buena suerte”, dice con una sonrisa.

Moda colombiana
Este enterizo de Momentos fue hecho con lino de Irlanda.

La propuesta que recibió de Coin fue llevar su marca a siete ciudades de Italia. Fernández, siempre fiel a sí misma, les propuso reducir el número a cuatro: Roma, Milán y otras dos ciudades costeras que están por definirse. Así, desde enero de 2023, su colección tendrá una esquina especial en estas tiendas de Italia.

Su travesía por Europa tiene una parada final el 25 de septiembre en París, en donde su marca formará parte de Noeud, un showroom que reúne propuestas de moda de distintos rincones del mundo, como Rusia y Brasil. De nuevo, Fernández es la única diseñadora latinoamericana del grupo. “En el marco de la Semana de la Moda en París voy a presentar Momentos. Estoy emocionada pero tranquila, con la mente superabierta. Le tengo mucha confianza a nuestro producto”, dice Adriana Fernández.

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septiembre
26 / 2022