Agua tónica: el secreto maestro de un buen coctel
Revista Diners
Las preguntas constantes que me hago a la hora de sentarme en una barra para ordenar un whisky, ginebra, vodka, ron o cualquier otro destilado, se repiten como los mensajes desgastados de un contestador: ¿de dónde sacan el agua para hacer el hielo? ¿Qué opciones de agua tónica, soda o ginger me pueden ofrecer? ¿Cuál de todas las opciones empalma mejor con cada una de las bebidas anteriores?
Estas inquietudes, sin duda, deberían recibir explicaciones ilustradas y unas recomendaciones claras y sugestivas. Pero estas nunca llegan. Por lo general, todos los inquisidores como yo tropezamos con un muro de silencio al otro lado del separador, y por eso elegimos seguir el consejo del humorista Andrés López, quien, ante un mundo sin respuestas contundentes, prefiere consolarse con la famosa expresión de “deje así”.
No es solo tema del agua tónica
Y entonces no queda más remedio que aceptar el hielo preparado con agua del grifo o sacado de una gruesa bolsa de plástico sin marca, o el refresco genérico y sin magia, regularmente empalagoso, cargado de saborizantes artificiales y exageradamente dulce. Con acompañantes así, es inevitable que un whisky de Speyside o un sutil vodka polaco se desplomen sin remedio.
Y si optamos por una fina ginebra o un ron añejo del Caribe, las posibilidades de encontrar una agua tónica equilibrada, una soda elegante o una ginger delicada son mínimas. Fuera de que nadie reclama, tampoco hay masa crítica de paladares exigentes para hacer valer nuestros desvalorizados derechos de consumidores.
Agua tónica Fever Tree
Sobre este tema, el empresario inglés Charles Rolls, dedicado a la confección de mezcladores de alta gama, me advirtió recientemente que “si tres cuartas partes de un coctel corresponden al mezclador, este debe situarse a la altura del espirituoso elegido, potenciando sus riquezas aromáticas y gustativas en vez de diluirlas”.
Me comuniqué con Rolls para preguntarle su opinión de Fever Tree, su línea de mezcladores de lujo, que incluyen agua tónica, ginger y ginger ale, soda y limonada, entre otras.
Rolls, y su socio, Tim Warrillow, trajeron estos mezcladores hace más de 10 años y aún pocas personas conocen estas finas bebidas carbonatadas, basadas en ingredientes traídos del Congo Oriental (quinina), Toscana (aceite de limón), esencias florales (Provenza) y así sucesivamente. “No hay nada artificial en nuestros líquidos”, dice Rolls, quien durante varios años trabajó como director ejecutivo de Plymouth, una de las ginebras clásicas inglesas.
Un agua tónica de lujo para buenos licores
Rolls y Warrillow, un experto en bebidas de lujo, han diseñado acompañantes clásicos para ginebras de categoría (tonic water); para whiskies añejos (ginger), para rones selectos (lemon tonic y ginger ale) y para vodkas de alto vuelo (limonada). Todas sus bebidas pasan por un cuidadoso proceso de carbonatado para agregarles sensaciones burbujeantes similares a las de un exclusivo champán.
El consumidor de hoy quiere estar en control y beber menos volumen de alcohol y otros líquidos, pero de mejor calidad.